Aires sanos, noches oscuras llenas de constelaciones, parajes naturales sorprendentes, pueblos de montaña con mucha historia, exquisita gastronomía cuyo emblema es la trufa negra... son algunos de los motivos que me llevan a la Sierra de Gúdar - Javalambre.
Mi primer contacto con esta región turolense se va a reducir a visitar dos pueblos encantadores: Mora y Rubielos. Pero aprovecho el paisaje mientras llego desde Teruel, capital.
Mora de Rubielos
Castillo - Palacio de los Fernández de Heredia
Auténtica mole de piedra, dominadora de la villa, se alza directamente sobre una plataforma rocosa. De sorprendente magnitud destaca el edificio tanto en superficie cuanto en espesor de los muros, lo que entroncaría con el carácter macizo y sobrio del gótico mediterráneo, el cual no se concibió exclusivamente con una finalidad castrense, sino también residencial, que combina elementos diversos: algunos típicos de la arquitectura castrense (torreones, saeteras, troneras, matacán, adarve, etc.) y otros de raigambre palaciega y señorial, como la disposición de las diversas estancias en torno a un patio central. Pese a la carencia de documentación, puede establecerse una cronología para el castillo, que parte del último tercio del siglo XIV, prolongándose hasta la primera mitad del siglo XV. El castillo fue habitado por los Fernández de Heredia hasta el año 1.614, momento en que lo cedieron a los monjes franciscanos; éstos permanecieron allí hasta la exclaustración de Mendizábal (1.835). Con ello se inició el largo proceso de cambios y transformaciones que sufrirá el edificio hasta bien entrado el siglo XX. Debe destacarse la importancia del castillo de Mora de
Castillo-Palacio de los Fernández Heredia (XIV)Auténtica mole de piedra, dominadora de la villa, se alza directamente sobre una plataforma rocosa. No se concibió exclusivamente con una finalidad castrense, sino también residencial, por lo que combina elementos diversos: algunos típicos de la arquitectura castrense (torreones, saeteras, troneras, matacán, adarve, etc.) y otros de raigambre palaciega y señorial, como la disposición de las diversas estancias en torno a un patio central. Construido en el último tercio del siglo XIV, prolongándose hasta la primera mitad del siglo XV. El castillo fue habitado por los Fernández de Heredia hasta el año 1.614, momento en que lo cedieron a los monjes franciscanos; éstos permanecieron allí hasta la exclaustración de Mendizábal (1.835). Con ello se inició el largo proceso de cambios y transformaciones que sufrirá el edificio hasta bien entrado el siglo XX.
Arco del Calvario
Arco del Calvario
Siguiendo la calle de Las Cruces, se inicia en un arco de medio punto rematado por tres pináculos, construido en 1801, Es de sillería, al igual que los pilones que marcan las estaciones. Termina en un arco similar, junto a la ermita de La Dolorosa, s. XVI
Las Torres
Sus altos baluartes y la muralla, parcialmente tallada en la cantera, son el mejor exponente del segundo recinto fortificado.
Ex-Colegiata de Santa María (XV)
En 1.454, el arzobispo de Zaragoza, Dalmau de Mur, a instancias del señor de Mora – Juan Fernández de Heredia (VII) – eleva el templo a la categoría de Colegiata. Se trata de una obra gótica construida a base de piedra sillar. El amplio espacio interior, dividido en cinco tramos, se cubre con bóveda de crucería simple, al igual que las capillas laterales, excepto la del Sagrario (siglo XVII), que se dispone en el lado del Evangelio, próxima al coro. A los pies del templo se dispone el coro, ligeramente posterior; en él, aparecen ventanas semicirculares y la bóveda de crucería estrellada (siglo XVI). La reja de forja, también del siglo XVI, es su elemento más valioso. La anchura de la nave – 19 m – sólo es superada dentro del gótico hispánico por la catedral de Gerona. El claustro, pese a que puede parecer posterior, se halla dentro de la tradición gótica. En 1.851, la iglesia pierde su condición de Colegiata, y tras la última guerra civil, terminará en un estado ruinoso. Con todo, su valor artístico es indudable, y en 1.944 se declara Monumento Nacional. La Ex colegiata de Santa María de Mora de Rubielos es una obra gótica que participa de las características del gótico levantino por su racionalidad constructiva, adaptación al medio, predominio de las masas arquitectónicas (gruesos contrafuertes) y de los volúmenes prismados frente a la menor importancia de la decoración esculpida.
Ex-Colegiata de Santa María
Puerta flanqueada por sendas, torres unidas mediante un puente en su parte superior. El muro frontal que las une descansa sobre un arco rebajado, siendo de madera la base del puente.
Primer Portal de Rubielos
Curiosa torre-puerta, muy modificada, data de 1380. Muy transformada en la actualidad. comunica la villa vieja con la nueva.
Puente Viejo o 'del Milagro'
Obra de cataría y manpostería, consta de dos arcos (uno ligeramente apuntado y otro rebajado) y un tamajar de sillería, sobre el que se ha restaurado el pilón del Milagro.
Rubielos de Mora