Es mi penúltimo día en Estambul. Voy a dedicar la mañana a visitar la mezquita de Süleymaniye y hacer un guiño al arquitecto Sinan.
La mezquita fue construida entre los años 1520 y 1566 por orden de Solimán I, más conocido como Solimán el Magnífico, quién encomendó al arquitecto Mimar Sinán su diseño.
Está considerada como la obra más representativa del arte islámico.
Posee cuatro minaretes, dos de ellos con tres balcones y los otros dos con dos. Los hizo construir así Solimán, para recordar que fue el cuarto Sultán desde la conquista de Estambul y el décimo desde la fundación del imperio otomano. Todo un juego matemático.
Las vidrieras de colores y una espectacular luz central ayudan a la iluminación natural.
Las columnas de mármol impresionantes.
En el jardín, tras flanquear la puerta principal, se encuentra el mausoleo de Suleimán .La decoración de su cúpula con piedras preciosas, dicen que la asemejan a un cielo estrellado.
Y a su lado se enterraba a los fallecidos de su séquito.
La Mezquita de Süleymaniye formaba parte de un complejo que contaba con un hospital, madraza, biblioteca, hammam y una cocina de caridad donde se atendía a más de mil indigentes de la ciudad.
Algunos edificios sobreviven; el antiguo hospital es una imprenta, las cocinas son hoy un restaurante y lo que se conocía como el callejón de los adictos es una zona de restaurantes y de tiendas.
También se encuentra en la zona el hammam Süleymaniye, el más antiguo de la ciudad.
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