INICIO: Plaza del Fontán
FIN: Plaza de Alfonso II El Casto
DURACIÓN: 1 hora
OBSERVACIONES: El itinerario propuesto consiste en un paseo por diferentes plazas y calles del centro de la ciudad, convertido en un museo al aire libre, para ver alguna de las esculturas más representativas de la ciudad
Entre el Teatro Campoamor y la Calle Uría, hay dos estatuas que se han hechos súper famosas en Oviedo. Bueno, ya lo eran antes de ser estatuas, pero ahora tienen aquí su minuto de fama entre tus fotos turísticas:
Estatua de Mafalda está dentro del Parque de los Patos del Campo de San Francisco, a un lado de la Calle Uría.
La estatua de Woody Allen, casi enfrente pero al otro lado de la Calle Uría, está exactamente en la Calle Milicias Nacionales.
A la par que se sigue el rastro regio, algunos vestigios artísticos en forma de esculturas nos ponen a la vista el alma literaria de un Oviedo/Uviéu que ha sido inspirador de novelistas como Leopoldo Alas “Clarín”, Ramón Pérez de Ayala o Armando Palacio Valdés…
El Prerrománico del Monte NarancoLas iglesias del Prerrománico asturiano
La cosa es que el rey Ramiro I ordenó construir una serie de edificios en la ladera del monte Naranco, aunque debes saber que hasta nuestros días sólo se ha conservado una pequeña parte de aquel conjunto.
Entre los que puedes visitar apunta: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, que son Patrimonio de la Humanidad y los principales monumentos del arte Prerrománico Asturiano.
Justo debajo de Santa María del Naranco tienes un Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico Asturiano, donde te puedes informar más de todo lo relacionado con esta zona.
En el Naranco, el monte al que mira Oviedo y que empieza su cuesta aún en la zona urbana de la ciudad, están dos de los monumentos del prerrománico asturiano, un estilo único, lleno de creatividad y que se desarrolló entre el visigodo y el románico.
Al lado se encontrará el Centro de Interpretación del Prerrománico con abundante información y con actividades y talleres, especialmente ingeniosas las organizadas para niños.
Santa María del Naranco es el ejemplo más bello y armonioso de una arquitectura que simbolizó el poder del Reino de Asturias cuando en el sur de la península, triunfaba el califato de Córdoba. Aunque fue iglesia entre el siglo XII y el primer tercio del siglo XX y aún hoy es sede de algún servicio litúrgico y depende de una parroquia, la construcción no encaja con un esquema religioso.
Se considera que fue un palacio y parte de un conjunto residencial palatino, oficial o de retiro de campo, del monarca que ordenó la construcción: Ramiro I (842-850). Tiene dos plantas, cada una con tres dependencias, con grandes innovaciones arquitectónicas –bóvedas de cañón, contrafuertes…- y una riqueza decorativa – capiteles, medallones…- que adelantó varios siglos los talleres del gótico.
En los extremos de la sala principal hay sendos miradores; los tres arcos del oriental son desde hace muchos años el símbolo del Turismo en Asturias.
Es una gran simplificación, pero hay algunos elementos característicos de la arquitectura prerrománica, un movimiento que empieza con Alfonso II el Casto (791-842) y llega a su madurez con su sucesor Ramiro I (842-850). Busque esos elementos en cada monumento y aprenda a reconocerlos: En las ventanas, tres arcos; una cámara superior en la parte trasera a la que solo se accede desde el exterior y cuya finalidad sigue siendo una incógnita; los pilares y otros adornos, con sogueados; y las celosías de las ventanas con sus filigranas.



A tan solo unos 300 metros de Santa María llegará caminando por la carreta a San Miguel de Lillo o Liño, que fue en su día una basílica de la que hoy solo se conserva una pequeña parte. No tan bien conservada como Santa María pues ya en el siglo XI sufrió un derrumbe que solo dejó en pie un tercio de la construcción,
Es una gran simplificación, pero hay algunos elementos característicos de la arquitectura prerrománica, un movimiento que empieza con Alfonso II el Casto (791-842) y llega a su madurez con su sucesor Ramiro I (842-850). Busque esos elementos en cada monumento y aprenda a reconocerlos: En las ventanas, tres arcos; una cámara superior en la parte trasera a la que solo se accede desde el exterior y cuya finalidad sigue siendo una incógnita; los pilares y otros adornos, con sogueados; y las celosías de las ventanas con sus filigranas.
A tan solo unos 300 metros de Santa María llegará caminando por la carreta a San Miguel de Lillo o Liño, que fue en su día una basílica de la que hoy solo se conserva una pequeña parte. No tan bien conservada como Santa María pues ya en el siglo XI sufrió un derrumbe que solo dejó en pie un tercio de la construcción,
deténgase en el exterior para admirar las celosías originales.