lunes, 21 de noviembre de 2016

LISBOA, El Chiado


   Subo por dos calles empinadas desde la Baixa. Enseguida me encuentro señales anunciado este barrio.
      El nombre Chiado viene del seudónimo de este poeta del siglo XVI. Otros dicen que viene del chirriar de los carros que subían por la cuesta Garret. 
A mí me gusta que sea este personaje sonriente, quien dé el nombre a este barrio.
                  

        Este barrio lo conocí antes del incendio de 1988. Lo reconozco, pero lo encuentro muy cambiado, especialmente la rua Garret. Es un barrio con sabor intelectual, cafeterías famosas y sus terrazas, tiendas, librerías...
         Hablando de librerías, aquí está la librería Bertrans, de principios del XVIII.

        Y hablando de libros, sentado en la terraza de "La Brasileira" el escritor Fernando Pessoa.
Creo que me ha mirado; tal vez le sirva como personaje para su próxima novela.
      

                                                  ¡Cuidado! El tranvía... Y es el 28.

      Sigo caminando hasta la Plaza de Luis Camoens, escritor de la historia pasada de Portugal.
                                       
                

     Voy a subir hacia el barrio Alto. Los tranvías, sus raíles y catenarias me van indicando el camino.

                           Busco calles para caminar. encuentro tascas, talleres y gente sin prisa.

                                    Subo y bajo y sigo perdido o desorientado. ¡Qué gusto!

                                                                    Vuelvo otra ves al Chiado.
        Y un poco de historia reciente en el suelo. La revolución de los claveles y la detención de Caetano por el capitán Salgueiro Maia. En estos momentos suena en mi cabeza la canción santo y seña del inicio de la revolución: "Grandola Vila Morena". Me emociona...

                                       En este cuartel fue la detención. Hoy es un museo del ejército.

        En la misma plaza se encuentran las ruinas del convento do Carmo. Mantienen vivo el recuerdo del terremoto de Lisboa de 1755. En su interior está el museo arqueológico.


                    Es mediodía y bajo hacia la plaza de Rossio. Oigo música de fado y me detengo. 

                                             Tengo hambre y hoy toca Bacalao con nata.

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