Recordaba a la pequeña Italia, como un gran barrio bullicioso y que hacía frontera real con Chinatown, de mi anterior viaje a Nueva York en 1990. Hoy he encontrado otra cosa.
Tres calles con restaurantes italianos y poco más...
Mulberry st es la calle cargada de nostalgia italiana. El nombre de la calle viene de la abundancia de moreras, que había en la zona.
Me he parado a probar una pizza en un restaurante, tras dejarme convencer por uno de los múltiples voceros de la zona. Vocero inglés, pues no sabía casi nada de italiano.
¡Estaba rica...la pizza!
En Grand st, casi en la esquina, está Ferrara. Una gelatería café donde me tomo un helado, a pesar del frío. Igual hubiera sido mejor tomarme un capuccino...
Canal st es la columna vertebral de la zona de Chinatown, con callejones orientados a ambos lados. Pero yo empiezo el paseo por la parte más meridional del barrio.
Los primeros emigrantes chinos llegaron para trabajar en el ferrocarril en condiciones muy precarias. Tras vivir en el oeste, poco a poco fueron trasladándose hacia el este, en concreto a Nueva York, para trabajar en lavanderías de Nueva Jersey.
Hoy se cree que hay unos 150.000 chinos en NY.
Chinatown tiene bastantes templos budistas. Caminando me tropiezo con este llamado Mahayana. Pregunto si puedo entrar y un chaval joven me dice que sin problema. Los viejos no me han entendido. Creo que hablan menos inglés que yo...
En su interior hay un buda dorado muy grande, sentado sobre una flor de loto y rodeado de frutas y ofrendas...
Apenas hay gente. Al salir me despido de los leones que custodian la entrada.
Puestos callejeros de fruta, tiendas de pescado fresco, de plantas y raíces, restaurantes y lugares donde encuentras de todo... ¡Colores y olores!
No hay comentarios:
Publicar un comentario