domingo, 12 de noviembre de 2023

Cuenca. su catedral

   
   La Catedral de Cuenca, está ubicada en la Plaza Mayor. Fue el primer templo gótico construido en España y se levantó sobre una antigua mezquita.
  Comenzó a edificarse en 1182, gracias al celo del obispo San Julián y a la protección recibida por el rey Alfonso VIII, y fue consagrada en 1208  cuando sólo se habían terminado la capilla mayor y parte del crucero, siendo finalizada en 1271, bajo el reinado de Alfonso X. Considerada como la primera catedral gótica en nuestro país, rompió moldes estéticos en una época caracterizada por el arte románico en los edificios religiosos.
    Esta espectacular fachada, pretendió reproducir la original. Tiene tres puertas de arco apuntado y por encima un piso con arcos apuntados y en medio un rosetón. El remate está protagonizado por una galería porticada.

 


   No queda ninguna de las cuatro torres del templo, salvo el arranque de la del Ángel, obra de la primera fase constructiva. Asimismo, el hundimiento, en 1902, de la Torre del Giraldillo afectó a la fachada del templo, reconstruyéndose la actual neogótica con tres puertas de acceso.
                                                

   Tiene planta de cruz latina con tres naves y una sola en el crucero, y un ábside poligonal de siete lados. Su construcción habría de pasar por tres etapas distintas.

                 

   La primera, es la parte más antigua, de estilo gótico, aún con reminiscencias románicas como el empleo del cimborrio cuadrado y de triforio abierto (especie de estrechas galerías sobre las arcadas de las naves laterales), único en España, cuya decoración sirve para contrarrestar el empuje de las bóvedas.


   En una segunda etapa se hizo el cuerpo de la iglesia a partir del crucero, dándose por terminadas las obras en 1271, para hacer la reforma de la cabecera, destruyéndose la original y siendo reemplazada por una amplia girola que no es sino una imitación tardía de la genial solución ideada por Petrus Petri para la Catedral de Toledo.
  La cabecera, primera parte de la construcción, sólo conserva de los siglos XII-XIII el ábside central, pues los laterales fueron eliminados en el siglo XV para construir una doble girola ya con la arquitectura y la estética propia del gótico final (bóvedas estrelladas) pero inspirada en la girola de la seo de Toledo.
Mucho más interesante es el ábside central que se ha conservado. Tiene planta poligonal de siete lados y muestra un alzado con un primer piso de arcos muy apuntados (característica de toda la iglesia) con un segundo nivel de claristorio con ventanales de medio punto. El abovedamiento de esta capilla se lleva a cabo con sexpartitas, típica cubrición del primer gótico.

                                    

  Como en tantas catedrales españolas el coro se ubica en medio de la nave principal lo que impide una visión de conjunto del templo desde los pies.

                              


                         

   Esta girola de dos naves se construyó alternando tramos cuadrados y triangulares (no trapezoidales) como sucede el catedral de Toledo. Los pilares llevan multitud de finísimas columnillas sin apenas capitel que se prolongan en innumerables nervios para formar la citada bóveda estrellada.
Esta alteración hace mucho más espacioso el templo creando una cabecera hipertrofiada en comparación con la moderada superficie de las naves.

       

   El Transparente, obra barroca de Ventura Rodríguez, que contiene el Altar Mayor y el sepulcro de San Julián. Es un altar revestido de mármoles y jaspes, con ornamentación de bronce dorado, compuestos, altar y laterales, por altorrelieves con escenas de la vida de San Julián. 



   La serie de capillas que cubren las naves laterales fueron edificadas en los siglos XVI y XVII, destacando la de los Apóstoles, la de los Albornoz (con rejería de Lemosín), la del Espíritu Santo (construida en el siglo XVI por Andrea Rodi como panteón de los Marqueses de Cañete) y la de los Caballeros; además de las salas nobles, como la Sacristía y la Sala Capitular, cuyas puertas son obra de Berruguete y además posee unas magníficas rejas del siglo XV.

    

              

  

    Al claustro se accede, desde el interior, por el singular Arco de Jamete, ; y directamente desde la calle, por uno de sus laterales. De fábrica de sillería de piedra pizarrosa, tiene planta cuadrada y dos alturas separadas por un entablamento clásico con triglifos y metopas. El primer piso tiene arcos de medio punto sobre pilastras, que fueron cerrados en el siglo XVIII por José Martín de Aldehuela con una composición neoclásica de exquisita traza; y el segundo, de orden apilastrado, también dórico, resaltado con chambranas decoradas con ovas y huecos recercados. La obra, comenzada por Andrea Rodi sobre las trazas de Vandelvira, fueron continuadas por Pedro de Aguirre y Pedro de Abril.


La última transformación realizada ha sido la colocación de vidrieras de artistas contemporáneos

 



   Lo más notorio es la gran fachada principal neogótica construida a comienzos de siglo XX (1910). Esta fachada había llegado a comienzos del siglo XX con elementos originales de época gótica y otros barrocos del siglo XVIII. Sea como fuera, en 1902 se derrumbó la torre del Giraldo y se llevó por delante parte de esta fachada (además de algunas vidas). Así surgió el proyecto no rematado completamente.






 

jueves, 9 de noviembre de 2023

La ciudad de Cuenca

 

   He subido a la parte alta de la ciudad, al barrio del castillo, pues las vistas desde aquí son espectaculares. El día está un poco nublado, pero son nubes altas. Después de la paliza de ayer, he preferido coger un autobús que me evite la gran cuesta.


             
Desde este punto alto hay miradores que me permiten ver estupendamente la hoz del Huécar.

                         


     Actualmente, poco queda de la antigua muralla árabe, de la que se se conservan algunos fragmentos, dos cubos magníficos y el bello arco de piedra, arco de Bezudo, de lo que fue una de las entradas a la ciudad. El nombre viene del capitán Rodríguez Bezudo, de las tropas de Alfonso VIII que murió en el asalto del Castillo, ocupado por los musulmanes.
  En cuanto al castillo, no queda prácticamente nada de lo que en su día fue una inexpugnable fortaleza cristiana. 
 

        Su última edificación data de la época de Felipe II, cuyo escudo podemos encontrar en la fachada del actual Archivo Histórico Provincial (antiguo edificio de la Inquisición), es el edificio de la derecha.


Bajo por la calle Alfonso VIII, la arteria principal que me llevará a la Catedral.


    La plaza de la Torre Mangana es un espacio que en otros tiempos constituyó la alcazaba árabe, después el barrio judío y más adelante una zona de casas solariegas de la nobleza castellana. 
  Hoy  es una  plaza pública en la que destaca la Torre de Mangana, reloj de la ciudad desde el siglo XVI. Hay dos buenos miradores desde los que ver al unísono la ciudad vieja y la nueva.


 Vuelvo a la calle Alfonso VIII y sigo en dirección a la Plaza Mayor. La fachada de la catedral gótica más antigua de España es neogótica. Dichosos incendios. Está inacabada le faltan las torres.

                   

  El Ayuntamiento, sus arcos y esas casas con pinturas llamativas, Parecen barios de Sudamérica. Me encanta.

   La Cuenca Subterránea se refiere a los diversos túneles creados en distintas épocas que posee la ciudad de Cuenca. Hablan de un acueducto que traía agua por el Castillo, las criptas de las iglesias y los refugios antiaéreos de la Guerra Civil. 
 Hay leyendas que hablan de una ciudad subterránea que recorre Cuenca y que según el narrador que la cuente, fue creada por los musulmanes (fundadores de la ciudad), por los templarios para trasladar el Santo Grial o por la Santa Inquisición para poder torturar a herejes e infieles. 
Hoy estaba cerrado

 

   Edificios de tres o cuatro pisos que se convierten en rascacielos en la vertiente que da al río Huécar. Ahora mismo voy a verlo

  Las calles traseras de la catedral me conducen a las casas colgadas y a varios museos que albergan sus dependencias. Es una zona imperdible de la ciudad.


  Situado en mitad de la Hoz del Huécar, el Puente San Pablo sirve de unión entre el Parador Nacional de Cuenca y las Casas Colgadas.

               

   

  Sigo descendiendo entre callejuelas empedradas y ahí los tengo, los rascacielos de Cuenca. Supongo que los vecinos que vayan al primero o segundo, incluso al tercero en vez de subir desde el portal, bajan...


Los pisos se sujetan en la roca... ¿Colgadas?


Continúo mi camino hacia el ensanche de la ciudad. Sigo el cauce , ahora ya canalizado, del río Huécar. Me recuerda un poco el recorrido del río Darro granadino...

      
   Por la noche refresca, los turistas se han marchado y los residentes en Cuenca se retiran al calor de su hogar, Es un buen momento para intimar con la ciudad. Remonto las cuestas que me llevan al casco histórico. Voy a rehacer parte del camino de esta mañana. La luz, en este caso su falta, lo cambia todo.

                       

El rey Alfonso VIII conquista la noche.

      

  Vuelvo a la Plaza Mayor, todavía hay alguna terraza abierta. Lo que mejor entra es un chocolate caliente... ¿Unos churritos?






Las turbas... finalizan mi paseo.