sábado, 5 de julio de 2025

Asturias, Oviedo

 

¡Qué ganas tenía de patear de nuevo esta ciudad! Hace 30 años que no la visitaba...

  Oviedo es una ciudad atopadiza (cómoda y agradable), fácil de visitar, hecha a medida.
   La capital asturiana guarda un patrimonio prerrománico único; es el inicio del Camino de Santiago primitivo y posee un casco antiguo repleto de historia y de marcha...
    Hay miles de rincones para empaparse de Oviedo pero éstos son los imprescindibles, retazos de ciudad para llevarse Oviedo en el recuerdo...


Voy a empezar por la Catedral de San Salvador.
   La Catedral de San Salvador está en la parrilla de salida de este listado de cosas que quiero ver y hacer en Oviedo los 2 días que voy a permanecer aquí.
  Además, la capital de Asturias es parada obligada para los peregrinos del Camino de Santiago. La Ruta Jacobea Primitiva nace en Oviedo y llega hasta Santiago de Compostela.  El primero en recorrerlo fue ni más ni menos que un rey, Alfonso II el Casto, que según cuentan, en cuanto se enteró del hallazgo del cuerpo del Santo Apóstol tomó esta ruta hacia Compostela para ser testigo en primera persona. De esta manera, en Oviedo, y partiendo de su Catedral, se inició el llamado “Camino Primitivo”.
  Hay un dicho que dice: «quién va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al Señor». 



Curiosidades de la Catedral de San Salvador 
  Hay  un montón de curiosidades que , pero me pica un poquito la curiosidad : 

   El Retablo Mayor de la catedral de San Salvador es el tercero en importancia de España. Y sin investigar mucho, creo que es verdad; al menos a mi me lo parece.

          

            

  La catedral  también es conocida como la Sancta Ovetensis, por la cantidad de reliquias y joyas que contiene: el Santo Sudario (que cubrió el rostro de Cristo) y la Cámara Santa, que es Patrimonio de la Humanidad.
  Entre sus joyas, aquí se encuentra la Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias representado en su bandera, pero también la Cruz de los Ángeles, símbolo de Oviedo.
 

           


  La plaza donde se encuentra la Catedral de Oviedo tiene nombre propio, Alfonso II el Casto, aquel rey que salió hacia Santiago en peregrinación que he comentado antes.
 Creo que el rey  tomó como ejemplo a Toledo, que había sido capital del reino visigodo y montó aquí  el jardín de los Reyes Godos.

          

    Como todavía no estoy saturado de lugares eclesiásticos sigo por los alrededores de la Catedral y me encuentro con el Convento de San Pelayo.
    El monasterio de las benedictinas de San Pelayo fue fundado en época medieval bajo la advocación de San Juan Bautista. Sin embargo, con el traslado de los restos de San Pelayo a Oviedo varió su designación para denominarse Monasterio de San Pelayo. Las monjas que lo ocupan han sido conocidas tradicionalmente como las Pelayas.
    Se trata de un convento de clausura que forma parte de la historia de Asturias, ya que  ha logrado acopiar un notable fondo documental y, en la actualidad, sirve como Archivo Histórico Provincial.



En 1703 se diseñó la vistosa fachada de la vicaría, basándose en los palacios barrocos. 
La planta baja se organiza con tres grandes arcos entre columnas toscanas exentas, que sustentan los balcones de la primera planta, balconadas decoradas con columnas jónicas. 
En la segunda planta se colocan los escudos de la orden benedictina, por debajo del escudo real.



Sigo dando vueltas alrededor de la Catedral y me encuentro con La Regenta
 Es  Ana Ozores, la protagonista del libro La Regenta ambientado en la ciudad  por Leopoldo Alas “Clarín”. 

                            

Y tras saludar a Ana Ozores paso por la Casa de la Rúa
 Justo enfrente de la estatua se encuentra La Casa de la Rúa (siglo XV), uno de los edificios civiles más antiguos de la ciudad. Todavía en sus muros veo  pequeños agujeros causados por disparos durante la Guerra Civil.

              

    Sigo teniendo a la catedral como faro y me encuentro con el Palacio del Marqués de Camposagrado, demostrando que antes los nobles buscaban construir sus residencias cerca de la catedral. Cosas de marqueses. 
            

    En la misma Plaza de Alfonso II el Casto también está el Museo de las Bellas Artes de Asturias, que guarda  cuadros del Greco, Ribera, Zurbarán, Murillo, Goya, Sorolla, Picasso, Miró y Dalí entre otros. No entro.

   Se me ha hecho tarde y quiero visitar el Museo Arqueológico. Está aquí mismo; la verdad que en Oviedo no se precisa de grandes caminatas para ir descubriendo sus tesoros más o menos ocultos.
  El Museo Arqueológico de Asturias está instalado en el antiguo monasterio benedictino de San Vicente, del siglo XVI. En él  vivió y escribió todas sus obras el Padre Benito Feijoo (XVII-XVIII).

Sus tres plantas presentan un recorrido desde la Prehistoria hasta la edad Moderna, haciendo más hincapié en los hallazgos asturianos.

       

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