sábado, 5 de julio de 2025

León, Villafranca del Bierzo

                    
    Llego temprano a Villafranca pues la distancia desde las Médulas es corta. Hace calor y lo primero que hago es ir al hotel. Voy a dormir aquí esta noche.
Cuenta la leyenda que unos pastores con sus rebaños que sufrían un temporal de frío y viento vieron de repente a una vaca blanca y decidieron seguirla. Allí donde se paró, fundaron un poblado que dio origen a Villafranca del Bierzo.
   La verdad histórica es que Villafranca del Bierzo fue un fuerte militar en la época romana que protegía la ruta del oro y hasta el lugar donde astures y tropas califales pelearon durante la Reconquista. Pero sobre todo fue su situación geográfica, al inicio del duro valle del río Valcarce, la que la convirtió en un paso de descanso obligado para los peregrinos que querían ver al apóstol Santiago en Galicia. De hecho, muchos historiadores justifican su florecimiento a los hospitales que se crearon para atender a los caminantes. Es conocida como la pequeña Compostela.
     
   
Así surgió su castillo, su estructura medieval y su famosa Iglesia de Santiago con una Puerta del Perdón que permitía obtener la bula papal.

El Castillo de los Marqueses de Villafranca del Bierzo
  El imponente Castillo de los Marqueses de Villafranca  es una imagen casi de película: fuertes muros, torres circulares en las esquinas, ventanas enrejadas y una ubicación espectacular. Lo recordaba de mi anterior viaje por el Camino Jacobeo.
   El edificio, de principios del siglo XVI, es un gran cuadrado con cubos circulares en las esquinas y estancias palaciegas alrededor de un patio central interior.
  El castillo hoy es de propiedad privada por lo que no se puede visitar, se levantó sobre otro más antiguo al que llamaban la Fuerza. Fue Juana I de Castilla la que dio el permiso para crear un complejo adaptado para que pudieran vivir los Marqueses de Villafranca.
  A partir de ahí, se fueron haciendo ampliaciones y se transformó en una fortificación al estilo italiano por sus torres circulares con tejado de pizarra, típico de la zona.
  El castillo fue saqueado por los ingleses cuando huían hacia Lugo durante la invasión francesa y luego las tropas galas lo incendiaron y arrasaron con lo que pudieron. ¡Cómo no!
  

                                  
  
   Villafranca fue de dominio real y señorial alternativamente. La hija de la primera marquesa, María Osorio Bazán y su marido, Pedro Álvarez de Toledo (segundo marqués de Villafranca), fueron los creadores del actual castillo.

        

A pocos metros, subiendo una pequeña cuesta llego a la Iglesia de Santiago. 
  La Iglesia, construida en el año de 1186 por don Fernando, obispo de Astorga  recibe a los peregrinos en Villafranca del Bierzo y en su Puerta del Perdón pueden obtener el jubileo los enfermos e impedidos de continuar el viaje. En mi visita de peregrino hace unos ocho años, fue quien me recibió.


  Fue construida en el siglo XII, después de que el obispo de Astorga consiguiera permiso del Papa para levantar un templo a Santiago donde los peregrinos que no pudieran completar la ruta, por enfermedad o accidente, consiguieran igualmente el jubileo a 190 kilómetros de la de Compostela. Eso sí, tendrían que haber recorrido al menos 100 kilómetros del sagrado camino.
                                      ¡Lo oficial y lo legal de las indulgencias religiosas!


Además, de esta Puerta del Perdón, que sólo se abre en el Jubileo y que permaneció cerrada en los siglos XIX y XX por la peste y los saqueos, el templo de una sola nave cuenta con una portada austera, con arcos de medio punto y una espadaña que eleva un poco la altura del templo románico.
                                                                   Puerta del Perdón
   

  La Iglesia fue restaurada en 1958 por Ramón Cañas del Río. Es un buen ejemplar del románico de transición; consta de una sola nave con cubierta de madera, presbiterio con tramo recto que se inicia con arco toral y columnas adosadas y ábside semicircular, abovedados con cañón y casquete esférico, respectivamente.
   En su interior, destaca su cabecera, con el ábside de tambor muy propio de las iglesias románicas, y un Cristo crucificado, del siglo XIV, a tamaño natural.

 

  Me dirijo hacia la Plaza Mayor, eje central para recorrer el resto del pueblo.
   Es una plaza pequeña pero muy animada. Preside el espacio el Ayuntamiento de Villafranca del Bierzo y muchos de los bares y restaurantes más típicos para poder saborear las viandas del Bierzo. Mantiene la estructura de soportales de madera muy típica de la zona.

             
          
  El edificio que más me llama la atención en la plaza es San Nicolás El Real
  El Convento de San Nicolás El Real y su iglesia forman uno de los complejos religiosos más importantes del Bierzo. Construido en el siglo XVII, sigue el tradicional diseño de la Compañía de Jesús que lo levantó para ser un colegio para niños.
  
                              

Algunos historiadores  incluso lo conectan con El Escorial en algunas soluciones arquitectónicas.  impresionante fachada, coronada por el escudo de los jesuitas, . En su interior destaca su retablo churrigueresco con  la imagen del patrón de Villafranca, el Cristo de la Esperanza y su claustro.
 
    Lo curioso, además de sus claustros y sus frescos, es el Museo de Ciencias Naturales y Etnográfico de los Padres Paúles que alberga entre sus muros.

                                          
    Esta casa también me ha llamado la atención, pero no he conseguido información sobre ella, más allá de la escalinata y los leones que la guardan

                        

 Los Jardines de la Alameda recorren el último tramo de la plaza. Destaca en su centro, la fuente de La Chata perteneciente al claustro del monasterio de Santa María de Carracedo.



                   Y en la otra punta de la Plaza está la iglesia convento de San Francisco.
  La tradición dice que el primer convento, ubicado en el antiguo hospital, fue fundado en 1213 por el propio San Francisco de Asís en su peregrinación a Santiago de Compostela bajo el auspicio de la reina doña Urraca.
   En 1285 se trasladó a su ubicación actual. Pedro Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca, mandó instalar allí los sepulcros de su familia. 
   Durante la regencia de María Cristina el edifico fue un cuartel.
             
     Mezcla los estilos, románico tardío en la portada de acceso, gótico en la cabecera, y barroco en un segundo cuerpo de la fachada y las torres del campanario, 
 Un incendio en 1968 dejó en pie solo la iglesia, aunque del edificio original, del siglo XIII, sólo se conserva el lado oeste; 
             
   El monumento en su interior alberga un gran retablo de estilo churrigueresco del XVII.
El resto pertenece al siglo XV, incluyendo el artesonado policromado mudéjar con motivos góticos y escudos de armas de los Condes de Lemos.

 

   De singular importancia son los enterramientos o la arquitectura funeraria como la Capilla de Ambrosio de Castro donde se puede admirar una bóveda con arcos conopiales del siglo XVI.

 

   Mis tripas empiezan a protestar. Tengo un hambre que me comería un PULPO... Hoy es martes y llegan los pulpeiros.
Han montado los chiringuitos en los jardines de la  Alameda. La culpa la tienen 15 euros...

   Para ir haciendo la digestión qué mejor que darme una vuelta por la La Calle del Agua
  La Calle del Agua fue la Calle con más actividad comercial, artesanal y de tránsito una vez consolidada la Ruta Jacobea. Toda la calle constituye un auténtico museo de heráldica como también importante muestrario de arquitectura Barroca.
   
        
Palacio de los Marqueses de Villafranca y Palacio de Torquemada, ambos del S. XVII. Existen otros ejemplos de gran singularidad como son las Casas Torre, la Casa Morisca, situada al lado de Palacio de Torquemada y se fecha en el S. XV.


                      Conserva también la Calle la casa natal del poeta Enrique Gil y Carrasco.

         Y camino hacia el hotel veo que la colegiata está abierta. ha estado cerrada durante toda la mañana. Qué mejor momento para ver la Colegiata de Santa María 
 Se construyó sobre el antiguo solar ocupado por el monasterio de Santa María de Cluniaco o Cruñego, supongo que de la orden de Cluny.
   Erigida en el siglo XII por monjes cluniacenses, en el XIV quedó convertida en ruinas y del XVI al XVIII fue reedificada por los marqueses de Villafranca. La obra es  de estilo gótico tardío y plateresco. 

      

   Ya en el siglo XII como hospedaje para los peregrinos franceses.
   El edificio es un ejemplo de arquitectura berciana del siglo XVI, aunque su larga construcción que duró 200 años, le fue añadiendo elementos posteriores. La iglesia construida por orden del Marqués de Villafranca, es interesante sobre todo por sus bóvedas y por la cúpula que cobija retablos y un coro barroco rococó

        

          Me voy contento de Villafranca, no sin antes cruzar El Puente medieval sobre el río Burvia.
   

    Al final de la calle del agua y antes de cruzar el Puente. echo un vistazo al pueblo y al río Burbia. Me vuelvo a despedir de una fantástica estatua de piedra que representa a un peregrino. Ya lo saludé hace ocho años cuando me dirigía a Santiago,,, ¡Buen camino!











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