sábado, 5 de julio de 2025

León, Las Médulas

                                
                                    Localización: c/ General, s/n, 24442, Las Médulas (Carucedo), León.
                                         Tl 987 42 07 08 / 619 25 83 55 – Email: medulas@ccbierzo.com
   Esta dirección me ha ayudado para informarme sobre la visita que voy a realizar. Estuve por aquí hace muchos años. pero fue una visita fugaz, en la que no saboreé la zona. Era joven y mis intereses eran otros. Espero resarcirme.
 
 
  Para visitar Las Médulas en un día, me recomiendan empezar por el Mirador de Orellán, donde se puede disfrutar de una vista panorámica del paisaje. y luego explorar las Galerías de Orellán, un tramo de túneles romanos. Después, puedo realizar l a Senda de las Valiñas, que incluye la Cuevona y la Encantada. Si me quedan tiempo, ganas y fuerza,  visitaré el Aula Arqueológica para aprender más sobre la minería romana y el Lago de Carucedo.

                               

                                                                               ¡Vamos allá!
           

                         Pronto dejo la falda de la montaña y el camino aún ancho empieza a empinarse.

        

    Es la primera parada. Nacida entre castaños me refresca. Es La Fuente de la tía Viviana. No conozco su historia, pero se me antoja cuando menos curiosa.

               
         El camino se transforma en sendero pedregoso y con señales de raíces de los castaños... y la         pendiente aumenta.
                                

     Tras un paseo de unos 45 minutos por un bosque de castaños y algunos cerezos, dejo el bosque y llego al Mirador de Orellán.
    En este mirador se obtiene una vista panorámica de Las Médulas. También se puede acceder a pie desde el pueblo de Las Médulas por la otra vertiente.


Abre los ojos, Natxo. Estás en el Paraíso.
           

                              


                                      Un montañero jubilado y feliz de este descubrimiento.

   Cuando, en tiempos de Augusto, Roma decidió acuñar monedas de oro, tuvo en el norte de España una de las mayores minas del imperio, que explotó derruyendo los montes con la sola fuerza del agua.


    Desde el mirador se vislumbra una gran oquedad que indica una de las salidas de las Galerías de Orellán. Son una serie de túneles romanos, que formaban parte de la red hidráulica utilizada para la extracción de oro. 
          

    Las galerías de Orellán fue el último lugar donde se derribó la montaña para obtener el oro de sus entrañas. Por las galerías de Orellán se introdujo el agua que sirvió para derrumbar en la última fase dos millones de toneladas de sedimentos auríferos. 


                                           Hay un mirador espectacular al final del recorrido.
          

Senda de las Valiñas
  Esta senda, de dificultad baja, me lleva a través de los restos de la antigua explotación minera romana. Voy en busca de la Cuevona y la Encantada, dos grandes cavidades en la roca.

        



                                          La Cuevona                                           La Encantada
 

Objetivo cumplido y disfrutado.

   Me dirijo hacia el Aula Arqueológica para aprender ver si he aprendidoalgo sobre la historia de Las Médulas y la minería romana.
 
         

                              

La monitora del aula museo me recomienda visitar el Lago de Carucedo.
    El poder del agua inyectada por las galerías. rompió la montaña y arrastró materiales muy diversos a varios kilómetros de la explotación que fueron depositándose a lo largo de su camino hasta rellenar el valle y taponar la salida del río que circulaba por éste. Esta acción supuso además la creación del lago de Carucedo, un paisaje de leyenda, que supuso la creación de un humedal en la zona donde hoy convive una fauna muy diversa.
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   Este lago es el escenario de varias leyendas, pues si hay una dama de estas aguas es sin duda la Ondina Carissia, emparentada con la mitología clásica, que vivía en la cercana y legendaria ciudad de Lucerna y que se enamoró perdidamente de un joven general romano, Tito Carissio. Pero como la ninfa era astur, éste se burló de ella. Por ello Carissia estuvo muchos años llorando, y sus lágrimas formaron el lago, inundándose la ciudad de Lucerna. También según la leyenda y la creencia de las personas de estos entornos, dicen que todos los años, la noche de San Juan, la Ondina sale del lago para buscar “un guapo mozo que la requiebre en amores”. Y al amanecer, “cuando se abre el alba y el sol dora las aguas”, se vislumbra el reflejo de la ciudad de Lucena al fondo del lago.
      

   Y en Carucedo los vecinos me han recomendado visitar el Castillo Templario de Cornatel  que está aquí cerca. 
                         
     En sus orígenes y gracias a su posición sobre un promontorio rocoso, funcionó como estratégica fortaleza, a comienzos del medievo (siglo IX), para afianzar el avance de la repoblación por el noroeste peninsular después de la retirada musulmana.

                                   

   Posteriormente fue un baluarte defendido por los caballeros de la Orden del Temple para garantizar el tránsito sin sobresaltos a los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.  
     




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