Selfie en Las Letronas,
El Barrio de Cimadevilla
Fue la zona de Gijón que más nos enamoró. Nos quedamos prendados de su ambiente, de sus casitas de diferentes colores, de sus bares donde tomarse una buena sidrita (o dos, o tres)… Hablar de esta parte de la ciudad daría fácilmente para un post entero.
Pero, a modo resumen, estos son los lugares que te recomendamos conocer de este barrio:
La Plaza ‘El Lavaderu’. Se trata de una coqueta plaza en mitad del Barrio de Cimadevilla, llena de casitas de colores como te mencionábamos antes. Aquí es donde más bares juntos vimos.
El Museo Casa Natal de Jovellanos. Gaspar Melchor de Jovellanos, que seguro que te suena de las clases de Lengua del Instituto, nació en Gijón, precisamente en el Barrio de Cimadevilla. Hoy por hoy puedes conocer su casa y contemplar algunos de sus objetos y muebles originales. La entrada a este lugar que ver en Gijón en un día es gratuita.
La ‘Casa del Chino’. Como deducirás por su nombre, fue la vivienda del primer habitante chino de la ciudad. Siendo sinceros, fue el único sitio del Barrio de Cimadevilla que nos defraudó ya que, pese a ser actualmente un centro cultural, lo encontramos bastante destartalado.
La Torre del Reloj de Gijón. Esta torre se reconstruyó a finales de los 80 con el objetivo de ser uno de los miradores de la ciudad. No obstante, al no cumplir con la normativa vigente ha quedado casi en desuso. Solo se puede acceder a su planta baja, donde se sitúa el Archivo Municipal de la Ciudad.
Puerto y barrio pesquero
El Elogio del Horizonte
Merece una mención aparte, aunque esté situado en el Barrio de Cimadevilla. En concreto, está enclavado en la zona más al norte del barrio, en la Batería de Santa Catalina.

A este monumento llevado a cabo por Eduardo Chillida en la década de los 90, los gijoneses le llaman popularmente ‘El Váter de King Kong’. ¿Por qué? Bueno… echa un vistazo a la imagen que te dejamos más abajo y entenderás por qué. Tiene una altura aproximada de 10 metros y pesa unas 500 toneladas. ¡Casi nada!





La Basílica del Sagrado Corazón
Conocida popularmente como ‘La Iglesiona’, la Basílica del Sagrado Corazón está ‘encajonada’ entre las calles del centro y, por fuera, no dice mucho. Pero por dentro… ¡La cosa cambia!
Nosotros alucinamos con los frescos de las bóvedas y sus vidrieras. Y eso que tuvimos que conformarnos con verla prácticamente desde la entrada, ya que nos pilló misa y, como es normal, no se podía hacer una visita turística durante el servicio.
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