Siempre que visito algún pueblo o ciudad me gusta ver sus mercados. En Oporto hay varios mercados populares. Este es el mercado do Bolhao. Merece la pena meterse en su bullicioso interior.
Por lo que observé, creo que encuentras de todo.
Bueno, Oporto bien vale una visita... O dos. Creo que volveré.
Paseando con aire perdido, te aparecen tiendas preciosas que mantienen su fisonomía original y también encuentras casi de todo.
No me canso de ver escaparates curiosos, que surgen al doblar una esquina.
Y por la noche algunos se iluminan convirtiéndose en "casas de muñecas", de turrón y mazapán.
Y para degustar un buen bacalao no hay como elegir una de estas tascas.
El café Magestic. Me recordó algunos " colegas suyos" de Venecia, Viena y Buenos Aires. Un capuchino 4 euros. Un día es un día.
En un local modernista, principios del XX, antiguo café Imperial, me encuentro una hamburguesería. En la avenida de los Aliados. Sin comentarios...
El Ayuntamiento, de arquitectura anterior al resto de edificios modernistas, preside la Avda de los Aliados. Puede ser la arteria central de Oporto.
Vista global de la Avda, con sus edificios modernistas a ambos lados.
Siguen apareciendo las curiosidades en sus estrechas callejuelas. Merece la pena perderse durante un rato.
Una escultura original en el parque de la Cordonaría, en el centro de la ciudad.
Y un poco más alejados, los jardines del Palacio de Cristal. El palacio no me llama mucho la atención. Se utiliza como sala de exposiciones.
Pero sus jardines merecen la pena para darse un paseo. Y con buenas vistas...
La librería Lello e Irmao, sí, la que sale en la película de Harry Potter.
Y las cabinas de teléfono que funcionan. No, no estamos en Londres.
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