La Seu y el Mediterráneo, roca contra agua. La imagen de la Catedral de Santa María de Palma es el icono de la ciudad desde hace casi ocho siglos; para mí no hace tanto tiempo, pero en cuanto vi aquella fotografía dije que tenía que visitar Palma.
La historia cuenta que el rey Jaume I ordenó en 1229 derribar la mezquita de Medina Mayurca, siempre lo mismo, para construir en su lugar un gran templo dedicado a Santa María. Así cumplía la promesa que le había hecho a la virgen por haberle salvado del fuerte temporal que azotó a los barcos que la Corona de Aragón había mandado rumbo a la isla.
El resultado fue esta hermosa catedral, de estilo gótico levantino, cuya construcción se prolongó durante tres siglos, aunque con reformas y ampliaciones posteriores. Un edificio lleno de sorpresas. Es temprano y después de un café con su respectiva ensaimada, compro la entrada de jubilado y me adentro en el templo. El exterior lo vi ayer y luego a la salida me daré otra vuelta. Me descargo, la audio guía en el móvil y a disfrutar.
Lo primero que me llama la atención de la Seu es su planta basilical, creo que es una influencia alemana típica en el gótico levantino, lejos del modelo francés de planta de cruz latina. Tres naves forman un amplio espacio rectangular sustentado por altísimos pilares. La nave central, escucho en el audio, es una de las más altas entre las catedrales góticas europeas con 44 metros (solo es superada por la de Beauvais, 48 metros, y Milán, 45). Se trata, además, de un templo muy luminoso gracias a sus 87 ventanales y siete rosetones, por lo que también es conocida como la Catedral de la Luz.
Lo primero que me llama la atención de la Seu es su planta basilical, creo que es una influencia alemana típica en el gótico levantino, lejos del modelo francés de planta de cruz latina. Tres naves forman un amplio espacio rectangular sustentado por altísimos pilares. La nave central, escucho en el audio, es una de las más altas entre las catedrales góticas europeas con 44 metros (solo es superada por la de Beauvais, 48 metros, y Milán, 45). Se trata, además, de un templo muy luminoso gracias a sus 87 ventanales y siete rosetones, por lo que también es conocida como la Catedral de la Luz.
El estilo barroco se impone en la decoración interior, que en su mayor parte data de los siglos XVII y XVIII. De esta época y estilo son los retablos de sus 16 capillas laterales. A mí la que más me ha gustado es la que está debajo del órgano, aunque hay para elegir...
Tras mi primer paseo por el interior, salgo al Portal del Mirador, que no se encuentra a los pies sino en la fachada sur, de cara al mar. De esta fachada es de la que guardo mis recuerdos. ¿Será por las fotos y las postales?
El Portón está protegido por un arco ojival exterior de 15 metros de altura. Considerado una joya del gótico mallorquín y cuenta con un bajorrelieve que representa la Última Cena.
En la fachada opuesta me encuentro con el Portal de l’Almoina, donde destaca una estatua de un ángel con las alas desplegadas. La puerta está cerrada, pero al lado está la puerta que da acceso a la sala capitular y sacristía. Vuelvo a entrar por donde he entrado al principio con mi entrada.
El rosetón mayor cuenta con un hermano pequeño situado enfrente, en la fachada de Poniente. Entre los dos conforman un fenómeno lumínico único que solo puede observarse dos veces al año. El 2 de febrero y 11 de noviembre, coincidiendo con las festividades de la Candelaria y San Martín, la luz del sol atraviesa el rosetón mayor de tal forma que su imagen se proyecta justo debajo del rosetón de enfrente, formando lo que se conoce como el ocho de la Catedral o la Fiesta de la Luz. El instante, que ocurre en torno a las 8.30 de la mañana de esos dos únicos días, es posible gracias a la perfecta alineación de la salida del sol con el eje de orientación de la catedral.
La Catedral volvió a ser restaurada en el siglo XX : Las reformas de Gaudí
Trasladó el coro de la nave central al presbiterio; diseñó nueve vitrales y recuperó los ventanales tapiados que aportaron una nueva iluminación; incorporó nuevo mobiliario y diseñó el baldaquino del altar mayor, una enorme corona heptagonal rematada por una escultura de Jesucristo crucificado con la Virgen y San Juan a sus pies. En realidad, es una maqueta a tamaño natural. No sé por qué es de cartón y no de metal... supongo porque en principio era sólo una maqueta.
Cien años después, ya en el XXI, el artista mallorquín Miguel Barceló, reformó el interior de la capilla del Santísimo Sacramento (en el ábside derecho), que fue inaugurada en 2007. Su gran mural de cerámica policromada, inspirado en el milagro bíblico de los panes y los peces, es hoy uno de los grandes atractivos de la Catedral. ¡Es impresionante!
Acabada la visita, una vez fuera, me dirijo al Portal Mayor. Es de estilo renacentista y fue terminado en 1601. Está presidido por la Inmaculada rodeada de 15 símbolos marianos. No me he parado a contarlos, me fío de la audioguía.
El Castillo Bellver, bellas vistas, está rodeado de un bosque de pinos, actualmente utilizado como un gran parque de la ciudad. Se construyó por orden de Jaume II de Mallorca, y se terminó el año 1310. Este castillo se utilizó pocas veces como punto de defensa. Cuando dejó de albergar a la corte de Jaume II, el castillo se utilizó para otros fines: residencia de verano de Pedro IV de Aragón, refugio contra la epidemia de la peste, pero sobre todo como cárcel.
Un edificio singular en relación a los castillos europeos de la época gótica. También destaca la diferencia entre la arquitectura defensiva y austera del exterior, y el aspecto refinado del palacio del interior.
El Castillo, según veo, se conserva en perfectas condiciones y cuenta con una triple torre de defensa y un alto torreón independiente conocido como Torre del Homenaje, unido al castillo principal por un pequeño puente.
El patio central, Patio de Armas, tiene dos niveles: el nivel inferior está conformado por arcos románicos catalanes y era utilizado por sirvientes y soldados; mientras que la familia real hacía uso del segundo nivel con su arqueado de estilo gótico.
Las vistas de la bahía y bosques que le rodean son espectaculares, 360º de puro espectáculo para los sentidos.
El castillo aloja el Museo de Historia de la Ciudad
El museo permite hacer un recorrido a través de la historia de Palma y la su evolución urbana desde la edad del bronce hasta nuestros días. Colecciones de arqueología, patrimonio municipal y maquetas.
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El Palacio Real de La Almudaina, que data del siglo XIV, es la Residencia Oficial de SS.MM los Reyes durante sus estancias en Mallorca. Un palacio que recoge los estilos artísticos que se han sucedido a lo largo de la historia en la isla.
Históricamente se yergue sobre restos de asentamientos de la época romana y de una alcazaba árabe. El castillo o palacio actual fue levantado a principios del siglo XIV, entre 1305 y 1314, por Jaime II y fue considerado residencia de la corte real desde la primera mitad de ese siglo.
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