En el centro de Navarra, de Campanas a Puente la Reina y en el valle de Ilzarbe, cerca de Muruzabal, se encuentra la impresionante iglesia de Santa María de Eunate, sobrio monumento religioso que se erige, solitario y silencioso, en el medio de la nada, como un faro que ilumina y sirve de guía al viajero, marcándole el camino e indicando la cercanía del destino.
El templo se sitúa muy cerca del Camino Aragonés de Santiago, también llamado Camino de Somport, por lo que forma parte de la ruta de muchos peregrinos. Es parada obligada en este camino no sólo por la belleza de la edificación, también hay un halo de misterio que rodea sus orígenes y lleva a indagar en su historia. En el exterior hay varias sepulturas, algunas marcadas con las conchas de vieira que identifican a los peregrinos del camino.
No hay acuerdo respecto a su origen: hay quienes sostienen que es obra de la Orden del Temple y que la construcción emula a la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén; mientras que otra versión afirma que es creación de la Orden de San Juan.
Independientemente de su origen, el templo es de estilo románico y está situado en el término municipal de Muruzábal que hoy forma parte de la Comunidad Foral de Navarra. Su construcción se ubica entre finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII, y está dedicado a Santa María. Su particular diseño en piedra sillar, es de planta octogonal y cuenta con treinta y tres arcos de medio punto que conforman una bellísima galería porticada que la rodea.
Independientemente de su origen, el templo es de estilo románico y está situado en el término municipal de Muruzábal que hoy forma parte de la Comunidad Foral de Navarra. Su construcción se ubica entre finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII, y está dedicado a Santa María. Su particular diseño en piedra sillar, es de planta octogonal y cuenta con treinta y tres arcos de medio punto que conforman una bellísima galería porticada que la rodea.
El interior se divide en dos partes: el cuerpo principal del templo, y el ábside. La bóveda de la cubierta es muy alta y configurada por una red de nervios sostenidos por columnas y capiteles decorados.
Lo que sí puede darse por cierto de la historia del lugar es que el folclor popular sostiene que en el sitio convergen fuerzas telúricas, que allí llueve al menos la mitad de lo que llueve en Pamplona, estando a pocos kilómetros de distancia, que en algún momento fue refugio de forajidos y que es un espacio mágico, muchas de sus piedras están llenas de símbolos
La soledad y el silencio del templo y la paz que transmiten tanto este como su entorno ofrecen descanso y alivio al cuerpo y al alma del peregrino y a todo aquel que lo visita. Por esto, haciendo o no el Camino Aragonés de Santiago, visitar el templo de Santa María de Eunate es un destino imperdible en tu visita a Navarra.
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