La joya de la corona de esta localidad es la Iglesia de Santa María la Real, pieza clave del arte medieval navarro, cumbre del románico y declarada Monumento Nacional en 1889. En tu visita debes poner especial atención a su portada, decorada con una riqueza que asombra. Multitud de esculturas que representan el antiguo y el nuevo testamento, diferentes oficios, animales fantásticos y caballeros medievales entre otros motivos. Descubrirás dos partes bien diferencias y esculpidas de forma muy diferente atribuidas a dos autores: Leodegarius y San Juan de la Peña.
Al lado de este majestuoso edificio se encuentra otro de los emblemas de Sangüesa; el puente de hierro que da entrada a la Ciudad. Está ubicado en el mismo sitio en el que antaño se encontraba el puente de piedra que era paso obligado entre Navarra y Aragón.
Continuamos la ruta y llegamos al Ayuntamiento uno de los consistorios más antiguos de la Comunidad Foral, un interesante edificio civil de 1570 en el que destaca el porche que recorre toda su parte baja. Y a escasos metros te toparás con el Palacio Castillo Príncipe de Viana también conocido como palacio de los Reyes de Navarra. Una construcción del siglo XIII que evoca los tiempos en los que Sangüesa era Corte del Reino y que ahora se usa como biblioteca.
Paseando por su calle Mayor se llega al Convento de San Francisco de Asís, fundado en 1266 se dice que por el propio santo. Algunos de los elementos artísticos más importantes de este lugar son su portada, su claustro gótico o su colección de estelas funerarias. Este junto al Convento del Carmen son los únicos que se conservan de los cuatro que hubo en la ciudad.
A tan solo unas calles se llega al Palacio de Ongay - Vallesantoro un edificio del siglo XVII de estilo barroco que luce adornos coloniales de Méjico y Perú. Además, en su fachada destaca uno de los aleros en madera más espectaculares de la Comunidad Foral. Cuenta con trece canes que representan animales fantásticos que atrapan cabezas humanas, flora y frutas exóticas, fondos indios y figuras grotescas. Una construcción peculiar por fuera y por dentro en la que además tienen lugar un gran número de actividades culturales y espectáculos.
De Sangüesa se dice que tiene un monumento en cada calle y esta expresión no es nada exagerada. Todavía te quedan por visitar la Casa de los Sebastianes, Iglesia de San Salvador, el palacio de los Iñiguez de Abarca, el portal de Carajeas, el hospital de peregrinos o la Cruz de San Lázaro entre otros. Además, no nos podemos olvidar de sus ermitas, lugares por los que los sangüesinos y sangüesinas sienten una gran devoción. La ermita de la Nora a orillas del río Aragón, la de San Babil o la de Nuestra Señora del Camino son las que ocupan el entramado urbanístico de la ciudad.
Portal arco de Carajeas y el otro
También destacan la iglesia románica de la Magdalena, de hermosa portada y torre; el conjunto barroco de la iglesia de San Jorge y su antiguo claustro y convento; y la iglesia de San Nicolás, que conserva un tímpano románico al estilo del de la Magdalena.
Entre sus casas palaciegas y señoriales, cabe citar el palacio renacentista del Marqués de San Adrián, con espectacular alero y escalera; y el palacio barroco del Marqués de Huarte.
No debe olvidarse un recorrido por sus singulares plazas, como la de Mercadal, donde se encuentra la casa de Cultura Castel Ruíz; la plaza Vieja o la plaza de los Fueros, del siglo XVII, presidida por la casa del Reloj y decorada con cerámicas de escudos y escenas taurinas.
Santa María, la catedral olvidada, la màs antigua del país vasco navarro
XI sobre una antigua mezquita
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