miércoles, 10 de agosto de 2016

CHEQUIA, La ciudad vieja, el río Moldava (Vitava) y el puente.


   Hoy me toca callejear y perderme por las calles de Staré Mestó. El día es agradable para caminar. Creo que  miles de turistas han pensado lo mismo.
  La plaza vieja es el corazón de la ciudad. Llego a la hora en punto para ver el espectáculo del reloj astronómico. Todo el aforo " está vendido".

                                  

     Al sonido del gonj, los apóstoles desfilan ante turistas expectantes. Es el momento de los carteristas y amigos de lo ajeno.
                                   

   Continúo dando una vuelta por la plaza. Arquitectura ecléctica, según dicen, gótica, renacentista, barroca y neoclásica mayormente (XV - XVI - XVII - XVIII y XIX). Y pensar que por aquí se pasearon Kepler, Mozart, Kafka. Y hoy, el que está aquí, soy yo.    
                                   

     A propósito del monumento central que hay en la plaza,  me informo un poco sobre  el reinado de los Habsburgo, las guerras de religión, el reformista Hus, la guerra de los 30 años y la batalla de la Montaña Blanca (hoy un gran parque de recreo en las afueras). Los católicos vencen a la reforma, pero el declive de Praga como capital europea ya es un hecho (XVII).


   Me alejo de la plaza. Quiero ver lo que queda del barrio judío y lo que fue el gueto. Perduran algunos edificios religiosos, el cementerio y tiendas de recuerdos.
   He oído que en Praga el muro del barrio judío, allá por el siglo XVI, lo levantaron los propios judíos como defensa de sus intereses. Tampoco queda ni rastro.
                                     

   

     Paseo por la Karlova ulice, calle de Carlos. Calle que recorría el cortejo para la coronación de los reyes. Hoy el cortejo de turistas la convierte en impenetrable, sobre todo en horas punta.
 

  Y llego al puente. El famoso puente gótico de Carlos, del XIV. Une la ciudad vieja y el barrio del castillo.
   
        Posee 30 grupos de esculturas, dos en cada pilar, una en cada lado.
       En uno de los pilares, San Juan Nepomuceno me está esperando para completar el ritual.    

        Al pobre San Juan, confesor de la reina, lo están lanzando al río después de haberle cortado la lengua, por no revelar secretos de confesionario.
        Dicen que el que lo toca, vuelve a Praga... Oye, yo por si acaso...    

            El teatro Nacional visto desde el puente.


         Por la tarde-noche voy al teatro de sombras. No es el teatro nacional, pero es lo que hay. 
 Me ha gustado.           
 
         Y  después, una visita a la Praga moderna y al restaurante "U fleku" museo de la cerveza. Dicen que es la cervecería más antigua de Europa, de 1499.
Recomendado. Comida tradicional, una cerveza estupenda y un ambiente excepcional.

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