Después de comer y descansar un buen rato, pues la mañana ha sido durilla, voy a por los siguientes objetivos. He leído mucho sobre la mezquita Rüstem Paša que voy a visitar. Le voy a dedicar parte de la tarde.
La pequeña mezquita está situada en Eminönü en la calle Hasırcılar Caddesi, trasera del Bazar de las Especias, en la zona del Bazar de Ferreterías. Está muy cerca del hotel y no tendré problemas en encontrarla.
Encontrarla la he encontrado, pero , ¿Por dónde se entra?
La mezquita de Rüstem Paşa es un poco liosa de localizar, por lo menos la primera vez. Está situada en un primer piso en la zona de tiendas.
Tras subir por unas escaleras estrechas con arco incluido, me encuentro con esta maravilla.
Se construyó en 1560 y está decorada con azulejos de Iznik de la mejor calidad con una gran variedad de motivos florales y geométricos.
El sol está cayendo sobre este pequeño atrio de entrada.
Sólo había un señor lavándose en la fuente. Por aquí no hay nadie. Parece un sueño.
Ésta es la puerta de acceso y empieza la batalla de azulejos.
Fue un encargo a Sinan de la hija favorita de Suleimán el Magnífico, Mihr-ü Mah, dedicada a la memoria de su esposo, el gran visir Rüstem Paşa un político un tanto intrigante, según he leído.
El arquitecto Sinan era al parecer de origen armenio; a partir de los 50 años fue nombrado arquitecto de Suleimán el Magnífico y realizó algunas de las más bellas mezquitas de Estambul. Se le considera el arquitecto más prolífico de la historia.
Este hombre vivía para trabajar. Más de 90 mezquitas es un buen récord.
Y para récord el mío. Llevo una hora ensimismado aquí dentro.
Esta mezquita es mi favorita. Es la más original, la distinta.
Y éste es el puente. Un puente al que la torre que tengo aquí detrás, da su nombre.
El puente Galata que une lo que separa el Haliç.
El tiempo, mientras me entretengo con los pescadores y las vistas, va pasando.
Miro hacia el sur y ahí está: El Palacio de Topkapy.
¡ Mañana nos vemos!
El sol se debilita sobre la Torre Galata. 
Del otro lado la mezquita de Suleyman calienta su espalda con los últimos rayos. 
Antes de que cierren, cruzo el puente y me acerco al mercado de pescado fresco del otro lado.
¡Qué delicia! Menudas agallas rojizas. Reconozco la mayoría de los pescados. Son mediterráneos
¿Y qué me decís de este rodaballo? Sin comentarios. Éste tiene cosas distintas. Tendré que investigarlas. Así de primeras, no parece muy apetitoso. Es blanco con granos, los nuestros son grises...
"La viruela del mono" 
Anochece y vuelvo a cruzar el puente. Lo hago por la parte baja, curioseando los menús de los restaurantes.
No ceno allí. Buscaré un lokabasi camino del hotel
¡Hasta mañana puente Galata!
Y lo encontré... ¡Qué me aproveche!
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