lunes, 14 de abril de 2014

SUDAMÉRICA, mi viaje tras tres meses

              Han sido prácticamente tres meses de andadura por Argentina y Chile.

 Viajando en solitario, ha habido algún momento en que me he sentido muy solo. Incluso estando rodeado de gente, Por suerte, un mismo idioma facilita la comunicación. Esta experiencia  me ha ayudado a entender la importante diferencia entre estar solo y sentirte solo.

 Sentirse solo incrementa los sentimientos de aislamiento y te come por dentro. Por el contrario, estar solo desarrolla la autoconciencia y te hace sentir más conectado con el mundo.

  Nunca, durante el viaje, he estado realmente solo, pero es difícil reconocerlo sin tiempo para reflexionar sobre el tema. Al buscar compañía, sin embargo, muchas veces he obviado reconocer los beneficios del estar solo.

  Quizás el mejor aspecto de viajar solo es que mientras descubres el mundo también descubres tu verdadero yo. Es una forma de viajar autorreflexiva y buscarte la vida. ¿De qué soy capaz?

  Y no me llaméis raro; viajar en solitario no tiene nada de malo y sí mucho de bueno. De hecho, creo que todo el mundo debería viajar solo en algún momento de su vida. La percepción del viaje es totalmente diferente a cuando se viaja en compañía y en muchos sentidos llega a ser bastante más enriquecedor.

  Viajar en solitario significa para mí, no tener a nadie más cuando quiero y tener a todo el mundo cuando lo prefiero. En mi viaje me he cruzado con personas viajando en solitario; muchos querían compartir y otros muchos no. A mí sí me gusta compartir, especialmente en momentos determinados. Ahora con mi experiencia, comparto con vosotros lo siguiente: 
"Los hostels son el centro de todo; he utilizado mucho las redes (hay foros de viajeros solitarios); siempre que he podido he comprado una SIM local para el móvil; he usado transportes colectivos y he compartido mesa; he participado en free tours; he viajado sin miedo, pero con sentido común; he ido informando de mis destinos; las fotos , la escritura y la lectura siempre han estado conmigo."




domingo, 13 de abril de 2014

CHILE, la tragedia me persigue

     La tragedia me persigue. El cielo de Viña está azul y el de Valparaíso parece el infierno. Eran las 18:00 horas cuando nos dirigíamos de La casa de Neruda a Viña del mar.  Son apenas 40 kilómetros. Valparaíso quedaba al oeste de la carretera y nos percatamos del extraño suceso. Una nube de humo emergía de Valpo, cual fumarola volcánica. Pusimos la radio para tener alguna noticia. Un gran incendio se había originado en varios cerros de Valparaíso.

                                                   No hay ninguna manipulación de las fotos.

                                                   Llegando a Viña del Mar. Al fondo Valparaíso...

                                                Desde la Costanera, Avda de Perú de Viña.

       No pretendo enseñar una puesta de sol, sino el humo negro que oscureció el cielo. En Viña el olor a humo se hizo presente y era incómodo respirar en la calle. Calculad en Valparaíso...

sábado, 12 de abril de 2014

CHILE, Viña del mar, los otros cerros...

    Con unos amigos voy a visitar Viña del Mar y dormiremos en una casa que tienen en Concón, una de las muchas playas, junto con Reñaca, que hay en la zona. Antes queremos ver la tercera casa de Neruda convertida en Museo. Está cerca de Viña, pero hoy es sábado y mucha gente ha pensado lo mismo que nosotros y se ha lanzado a la carretera. 
    

    Bueno haremos tiempo en la playa comiendo unas ricas empanadas, mientras llega nuestro turno de visita.


 

                                       Fuimos a ver a Neruda y nos encontramos con Sorolla.


  "Isla Negra" así se llama la otra casa que Neruda tenía por esta zona; hoy está convertida en museo. Aquí capté lo humano de Neruda, más que lo poético. La casa es una pasada y muestra su interés por coleccionar cosas variadas y sobre todo las vistas que tenía al mar. Vivía muy bien, el jodido.
                    

                                            La casa respira mar, huele a mar y sabe a mar.

                                          Entro con un barco y salgo con una locomotora.                
  
        
   La visita da para lo que quieras. Un minimalista se volvería loco aquí dentro. A mí me ha encantado, no  ha lugar al aburrimiento. El tiempo se detiene o pasa rapidísimo, no sé yo.    
 

           Los mascarones de proa son una constante y las botellas de colores se repiten en sus casas.
 

Y las colecciones de casi todo.
  
      
    La poesía está latente en el pueblo chileno. Estamos en un chiringuito próximo a la casa de Neruda y sus odas componen "la carta" para la clientela. ¡Muy bueno!
           

     Después de tomar un pequeño aperitivo, salimos rumbo a Viña del Mar. 
     Una ciudad a veinte minutos de Valparaíso, con una estructura urbana parecida, pero de clase social alta. Es una ciudad turística por excelencia, que podría asemejarse a cualquier ciudad costera  mediterránea. A mí me suena por el Festival Internacional de Música. 
     Las casas de sus cerros, también poblados y empinados, no  tienen nada que ver con su vecina y colorida Valparaíso.
                                      Vista aérea de Viña del Mar y del Estero Marga-Marga
  

       Llegamos a Viña cuando está atardeciendo. Nos dirigimos a Concón, así que apenas tengo tiempo de saborear la ciudad. Mañana intentaré resarcirme.     

                                  Menuda diferencia de cerros. ¿Recordáis los de Valparaíso?
     

       Paramos un momento en Viña, mientras cruzamos el estero y nos quedamos mirando al casino.
                                                               Está claro, esta noche casi NO. 
 

                                  

                                                                        Teatro Municipal

                                                    Parque Quinta Vergara y anfiteatro

                                                                   Museo Fonc y moai
                           
                                                                      Avda del Perú centro

La historia de este singular reloj, se remonta a 1962, cuando se construyó para embellecer la ciudad con motivo de la elección de Viña del Mar como una de las sedes de la Copa Mundial de Fútbol. Hoy según la tradición cuenta, quien se fotografía con el reloj a su espalda, volverá a visitar la Ciudad Jardín.

Avda Perú, costanera...
  

Castillo Wulf ley de costas, muchas manos , hoy municipalidad centro de exposiciones. cultura 
     











  





















viernes, 11 de abril de 2014

CHILE, arte callejero en Valpo

 

    Madrugo y el día me acompaña. Desde el hotel he subido andando hasta la avenida de Alemania. Quiero patear el cerro Bellavista, que es conocido por La Sebastiana, la Plaza de Los Poetas, el ascensor Espíritu Santo y el Museo a Cielo Abierto. Dicho en otras palabras el recorrido por la cultura de la Ruta Bellavista.

Es temprano y la Casa de Neruda aún está cerrada.  Aprovecho para viajar en este ascensor con un ida y vuelta. Es uno de los fijos de Valpo y el paisaje del cerro está asegurado.

                                                             Ascensor Espíritu Santo 
                 

          Una tienda cerrada, próxima a La Sebastiana y que me hubiera gustado ver por dentro.                                                                                              ¡Madrugadores!
      

  La Sebastiana, la casa del poeta Pablo Neruda en Valparaíso, inaugurada en 1961, es todo un ícono del barrio.
                                 

    Sus cuatro pisos albergan los aposentos decorados con un estilo lúdico y a ratos, para mí, surrealista. Es un lugar  para conocer más de la vida cotidiana de Neruda, disfrutar de su imaginación y de las hermosas vistas a la bahía.

    Sus salas y habitaciones están muy bien conservadas, y tienen unas espectaculares vistas a la costa y al puerto de Valparaíso.
 
   
  De este paisaje disfrutaba Neruda cuando se levantaba cada mañana. Tonto, tonto, no era don Pablo.
   

     Continuo mi camino por la ruta cultural del cerro. Casas bajas y coloridas ¡Qué bella vista!
 
    
 Cerca de la La Sebastiana se encuentra la Plaza de Los Poetas. En este lugar se encuentran las estatuas de los poetas Vicente Huidobro, Pablo Neruda y la poetiza Gabriela Mistral
                       

   

   

         Las escaleras de la plaza además están decoradas con bellos mosaicos y cerca de ahí se puede acceder a una bella perspectiva de la ciudad.
  

      

       El Museo a Cielo Abierto fue inaugurado en 1992. Actualmente convive con murales de arte urbano, pero también grafittis, lo que hace más difícil distinguir las obras originales que siguen adheridas a los muros .
       En esta pequeña placa en la que se explica el número al que pertenece cada mural y la persona que lo hizo. Lo he intentado seguir, pero hay muchos dibujos antiguos lesionados por el paso del tiempo... Y otros actuales, que han surgido de las manos de nuevos artistas. ¡Voy a mi bola!
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          No hago distingos. Ahí dejo algunos de los que me he cruzado y me han llamado la atención.

 
  

 

                                   

                           

     

                 

 

             Tuerce un poco la cabeza para ver este graffitti de Indi. Es el artista más famoso del mural                 chileno, El Muelle español o el Banksy inglés.

Y a comer una chorrillana

¡Que aproveche!
                                

Voy a ver si después de la chorrillada en una tasca me tomo un gin-tonic en el Gato Tuerto.