jueves, 13 de febrero de 2014

ARGENTINA (Buenos Aires), Microcentro





  Desde el bus tours y con unas horas de sueño alteradas, intento hacer real la imagen virtual del plano que tengo en la mano. Hoy es festivo y desde la altura de este bus turístico, recorro el centro tranquilo de Buenos Aires a esta hora temprana.



    Microcentro, o más apropiado Montserrat, es el barrio donde está mi hotel. Es peatonal en un
40%, turístico, de arquitectura del XIX y XX un tanto descuidada y sucia. Hoy está abierto en canal por las obras. Las grandes vías y plazas están aquí: Plaza de Mayo con la iglesia de Montserrat ( de ahí le viene el nombre al barrio), Casa Rosada, Obelisco, Avenida 9 de julio... Voy a aprovechar las paradas e ir visitando las zonas que despierten más mi interés.
 

 Mi primera parada es la Plaza de Mayo, hoy Plaza de las madres de Mayo.
  Estoy paseando por uno de los lugares más emblemáticos de Buenos Aires, la Plaza de Mayo. La reconozco, pues la he visto muchas veces en Tv. Lo primero que me llama la atención es  la asociación de las Madres de la Plaza de Mayo. Me acerco y hablo con alguna de ellas. También comparten sitio algunos supervivientes olvidados de  la guerra de las Malvinas. 


                         Hoy es festivo y ya hay gente preparando la concentración del mediodía.
 
                                                                                       
    Justo en el centro de la plaza se alza este Monumento en recuerdo de la Independencia Argentina de la Corona Española que ocurrió allá por el 25 de mayo de 1810.             
                      

 En esta misma plaza se ubica otro de los símbolos de la nación, la Casa Rosada, antiguo lugar de residencia de los presidentes del gobierno argentino.
              

     También en la plaza, en la antigua iglesia Montserrat, se encuentra el Cabildo Nacional, que albergó el ayuntamiento y hoy en día es un Museo Histórico Nacional.
              

    Por último en la Plaza de Mayo en otro de los costados, se encuentra la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
   

Parece un templo griego. Cerca de la entrada principal me encuentro con un candil encendido día y noche... Al soldado desconocido.
 

   Juan de Garay gobernador de Asunción (territorio de Paraguay y Río de la Plata) funda Buenos Aires en 1580. El acta fundacional de la nueva urbe llama a esta «Ciudad de Trinidad», en recuerdo de su llegada que tuvo lugar el domingo de la Santísima Trinidad. El puerto de la misma recibió el nombre de «Santa María de los Buenos Aires».
 Con este monumento se recuerda a Juan de Garay , frente a la Casa Rosada. Detrás de la estatua puede verse un brote del Árbol de Guernica. Garay era vasco. 
   
   Parece que, según me cuenta la audioguía del Tour, ciertos sectores porteños, están revindicando la figura de un personaje olvidado por la historia.  Se trata del conquistador Alonso de Vera y Aragón y Hoces. Alonso un lugarteniente de Garay se adelantó a la llegada del Gobernador, por orden de éste, y llegó a este lugar con indígenas de Asunción, caballos, alimentos de cultivo y la "yerba paraguaya" la hierba mate. De ahí que le denominen "el primer gaucho". ¿Pero el mate es paraguayo, uruguayo o argentino? Ya está liada...  
                                                                       Juan de Garay

 Camino hacia la Avenida 9 de julio. El Obelisco me guía. Mientras camino hacia ella me pregunto, ¿por qué Avenida 9 de julio? Leo en mi guía que el nombre se debe al día de la Declaración de la Independencia de Argentina, insisto Declaración, que fue el 9 de Julio de 1816.

   El Obelisco se ubica entre dos de las calles más famosas de Buenos Aires, la Avenida de Corrientes y la Avenida 9 de Julio, que es la calle más ancha del mundo. Tiene 140 metros de ancho y tres kilómetros de largo.
             
                                                    

    El Obelisco se encuentra en la inmensa Plaza de la República y es el punto donde se izó la primera bandera argentina en 1812. 
  

   Es una avenida que posee diez vías, cinco en cada sentido, y que para cruzarla lo debes hacer en dos o tres sesiones. Muy, pero que muy ancha, ¡vamos!  La recorro por la parte Central.
                                  ¡Hola Evita, hola Don Alonso Quijano, hola Natxo...!                 

  

    Hay que seguir andando por los alrededores de esta inmensa avenida 9 de Julio para apropiarse de su inmensidad. Y mis apuntes dicen que en la ciudad del teatro, no podía faltar una visita al mítico Teatro Colón, inaugurado en el año 1908.

   Rodeo el teatro para ver su parte trasera. Me encuentro con otra gran plaza La plaza Lavalle. Bonitos edificios de corte neoclásico la encuadran .                      

  El Palacio de Justicia

     Y de nuevo la cultura. El Teatro Cervantes y puestos de libros al aire libre. Me siento en la Cuesta Moyano madrileña.
 

  Me llama la atención una Sinagoga judía (¿redundante?). Después me informo, que es la primera que se creó en Buenos Aires, donde hay una comunidad judía importante.
 

      Me pierdo caminando. Una delicia. Calle de Balvanera y un edificio que me llama la atención. Menudo Palacio. Investigo y leo que tiene una gran influencia europea y sobre todo francesa.
     

     Es el Palacio de Aguas Corrientes. Edificio que albergaba en su origen los tanques de Agua Corriente  instalados en el XIX en la ciudad. Posteriormente tras una remodelación se transformó en lo que es hoy, el Museo de Patrimonio Histórico.
                     
  
 Menuda mañana de descubrimientos. Desde el autobús del tour he visto que esta plaza bien se merece otro paseo, es la plaza del Congreso de Buenos Aires.
   Es parte de un conjunto de tres plazas ubicadas en la misma zona, junto a la Plaza Lorea y la Plaza Mariano Moreno. La construcción de estas plazas fue una creación urbanística en torno a los festejos del centenario de la Revolución de Mayo.                    

     Mal llamada Plaza de los Dos Congresos, la confusión se debe a que el monumento que se halla en ella, se llama De los Dos Congresos, en honor a la Asamblea del año XIII y al Congreso de Tucumán.
    
 

             De plaza a plaza yendo hacia el este y llego a la plaza San Martin, con un sol de justicia.        

   Aquí se rinden honores a los caídos en la guerra de las Malvinas. Nada que ver con lo que me he encontrado en la Plaza de Mayo.
                                                      La vida te da sorpresas.
  

             Recorro las calles perpendiculares Corrientes, Avda. de Mayo, Lavalle, Florida, Perón... 
    Buenos Aires y especialmente la calle Corrientes, nunca duermen. Eso dicen, pero hoy que es festivo y temprano. las 08:30 h, no se ve un alma.
     

Medios de transporte

       Desde pequeño oí, tal vez por algunos familiares emigrantes en Argentina, que Buenos Aires es literatura y música. Buenos Aires es puro teatro también, y la calle Corrientes es el alma de musicales y comedias.                                                     ¡Mucha mierda! 

    Buenos Aires también es literatura, por eso también hago una ruta de librerías por toda la ciudad y en especial en la Avenida de Corrientes.
Entro en alguna librería con sabor. Me dice el librero que los últimos años han desaparecido muchas. Hoy los libros se han transformado en pizzas y celulares.
                   

    Visita obligada es El Ateneo, la librería más grande de Latinoamérica y una de las más bonitas del mundo, en la Avenida de Santa Fe.
            
   
 Una visita que tenía programada era el café Tortoni, reliquia de las tertulias culturales bonaerenses. Como el Gijón, pero con más actividad. Un lugar de encuentro de Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Julio Cortázar o Carlos Gardel. El café buenísimo.
  Voy por la noche, pues hay un recital con tango incluido. Imposible, mirad qué cola. 
                                                        ¡Vuelva usted mañana!
    
 
Vuelvo por la mañana temprano, recién abierto. Pido un desayuno. Como no hay prácticamente nadie comparto habitáculo con las estatuas de Borges, Gardel y Alfonsina Storni.
    

            Eso si, los argentinos hacen colas y colas. Fundamentalmente las he visto, a cualquier hora, en los estadios de fútbol, en los teatros y sobre todo en los bancos.
    No he comprado nada, pero cerca de mi hotel están las galerías Pacífico. Me recuerdan a la galería Lafayette de París, salvando las distancias.

 

  Se me olvidaba, Buenos Aires también es gastronomía, por eso es imprescindible hacer una buena ruta gastronómica. Probar las empanadas, las pizzas o los dulces es obligatorio. 
                                           Unas ricas empanadas  de carne en la calle Corrientes
       
                                                             Una pizza en Güerrin
 
                                               Alfajores y dulce de leche en el cafe Havana
 

                    Lo he probado, pero me resultan especialmente dulces y empalagosos. Lo siento.
                                         

  "Consigue que un argentino comparta su mate contigo".  No lo he conseguido, aunque tampoco lo he intentado. Agua caliente, bombilla y yerba mate. Ah, y buena compañía para compartir.

   Por último, me dicen, no te vayas de Buenos Aires sin que algún argentino te invite a participar en un buen asado argentino y disfruta del ritual, de la charla y de la incomparable carne argentina. Por ahora me conformo con tomarlo en un restaurante,

 
 Las televisiones y los argentinos se dividen entre el Milán y el Atlético de Madrid. Hoy es el gran partido y yo a 8.000 km de distancia.
    Después de un día de trabajo la gente se retira a sus casas. Buenos Aires está sucio y muchas manos buscan en las basuras. ¡Qué lejos está todo!

  


















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