sábado, 22 de febrero de 2014

ARGENTINA, Un paseo por el Delta del río Paraná

   A tan sólo 32 kilómetros del centro de Buenos Aires, a una hora en tren (desde la terminal ferroviaria Retiro), existe un lugar llamado Tigre, donde abundan casonas coloniales, un casino, cientos de locales de artesanías y una estación fluvial desde donde se llega a un mundo natural inigualable: el Delta del río Paraná y Río de la Plata.

   La estación de tren de Retiro, preciosa por cierto, queda cerca de mi hotel. Voy andando y saco el boleto. Tren Mitre a Tigre. En apenas muna hora me dejará en mi destino.
    
                                                 
                                                   Éste es el itinerario que llevará el tren.    
         
   El tren es cómodo y hoy no va muy concurrido. El día es agradable y a pesar de ser temprano las estaciones están preparadas para atender a los usuarios. Todo se vende.


     

 La localidad se llama Tigre y como está relativamente cerca de la capital, sirve de escape de fin de semana a muchos porteños. No es fin de semana y yo soy "gallego".

                           El tren me deja al lado de un muelle donde están los botes turísticos.
   ¿Qué mejor manera de tomar contacto con los tentáculos del delta que un paseo por sus aguas? A ver si me oriento. Por si acaso, cojo un mapa que me ofrecen en taquilla.
              
 Un señor río que viene desde Brasil y Paraguay y acaricia las costas uruguayas. El delta se lo deja a Argentina. Después de su largo recorrido, el segundo del continente, fijaos lo que ha podido transportar.   
  Mucha de esa tierra y limo arrastrado se queda a vivir en este delta, formando una red de tentáculos navegables que lo hacen casi único.
  

                         No estamos en Malasia ni en el río Mekong. El supermercado flotante.


             Las segundas viviendas de la élite porteña se suceden... ¡Menudas chocitas!

        
 


Éstos son los distintos apeaderos que se incluyen en el trayecto.
  

                   Los jóvenes aprovechan las aguas terrosas para nadar, hacer piragua y pescar. 
  




              Me apeo y hago un recorrido a pie por "tres bocas" para ver cómo viven los isleños.

  El recorrido es por un sendero a orillas de los canales.

  El Delta del Paraná, el quinto mayor del mundo y el único que desemboca en un curso de agua dulce, en el río de la Plata.

             Salvo algunas casas de uralita, las demás son mansiones de vacaciones y fin de semana.
  

    

Desde uno de los apeaderos vuelvo a coger un bote. Para que me deje en el apeadero inicial de Tigre.

    Paso por el mercado. Antiguamente a esta localidad se le llamaba Puerto de Frutos. Yo voy buscando un poco de fruta.

 
Los viejos se juegan las perras en el casino. Nunca había entrado en uno y he salido corriendo.
                         

                                                      Tomo el tren y vuelvo a Buenos Aires...
































1 comentario:

  1. Comparto contigo el paseo por Tigre. Es curioso, un barrio sin coches y con embarcadero en cada casa.¡ Qué bonito viaje estás haciendo! Espero que sigas disfrutando mucho.

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