La etapa de hoy también se puede dividir en tres partes:
La primera tiene como objetivo Ponferrada. Es una bajada suave que me lleva una hora larga. Es una ciudad antigua que parece deber su nombre, a un antiguo puente de hierro sobre el río Sil ( Pons ferrata), allà por el siglo X. Es tierra rica en carbón y otros minerales, un valle muy fértil y paso, desde antiguo, de multitud de peregrinos. Los caballeros del Temple, los Reyes de León, los Reyes Católicos y posteriores "castas" han ido imponiendo su ley en estas tierras. Visito el castillo templario del XI, la basílica de la Virgen de la Encina (patrona) y el casco medieval con su arco del reloj, la cárcel medieval... Un pincho de tortilla y un zumo de naranja ponen fin a la visita.
Por no coger el camino oficial , por donde van los "guiris", salgo de Ponferrada por la zona industrial que conduce a Camponayara. Es una calle recta, de unos 10 km, que cruza varios pueblos
unidos por naves industriales y casitas bajas. Eso sí, con un bar cada 50 metros. En el trayecto, cae una cervecita y le voy diciendo "adiós" a Luis del Olmo, paisano de Ponferrada.
Y de nuevo, al camino. Vides, cerezos, castaños, almendros, perales... que yo haya reconocido. ¿Podría asemejarse a La Rioja? Creo que aquí, crece todo lo que eches a la tierra. Paso por el centro de interpretación del vino del Bierzo. El chico que me atiende, me quiere hacer probar varios vinos, pero con dos tragos tengo suficiente.
Todavía me quedan 8 km, pues quiero dirigirme hacia el Santuario de Cerracedo. Parece que está abandonado, pero en muy buen estado. Por el sendero que he escogido para llegar, me encuentro con Mariano, viejo socialista desencantado que va a votar a "Podemos", según me cuenta. Está fumigando y se ofrece a llevarme en su tractor, pues me he desviado un poco. El trayecto me cuesta una cerveza en el bar que hay enfrente del monasterio y me despido de Mariano. Visito el monasterio y después camino hasta Cacabelos.
Cacabelos es un pueblo, cuyos orígenes según cuentan, se pierden en en neolítico. Lo preside un Castro Romano y está bañado por el río Cúa. Los albergues y posadas se multiplican. Para mí el hostal " la Gallega" tiene sus puertas abiertas. ¿Qué cenaré esta tarde- noche? Seguro que probaré la limonada, un vino tinto cosechero con frutas maceradas durante 6 meses. El sueño está asegurado.
Albergue Hostal
Plaza Río Cúa
Leyendo tus crónicas, parece que reconozco el camino. Buen camino, amigo
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