viernes, 24 de abril de 2015

El CAMINO, de Sarria - Portomarín. (24 km)


    Amanece nublado, pero no llueve. Salgo temprano, pues los de "mimochila" han pasado antes de lo acordado por el hotel. He hecho rápido la maleta y se la he bajado. Craso error, pues la cartera con el dinero y la documentación estaban dentro. Menos mal, que ayer compré alguna cosa en el súper. Desayuno "especial" y a andar. Espero que el cuco que me acompaña día a día, no lo tenga en cuenta y hoy, se salte la leyenda vasca de mis ancestros.
    Camino suave, y por sendas muy baqueteadas por los peregrinos. 
  


  Se nota que, desde Sarria, mucha gente inicia su camino. Grupos de ciclistas me sobrepasan. Hoy van a disfrutar con sus "mountanbikes". Pequeñas subidas y bajadas, lomas redondeadas, valles verdes y casas de labor diseminadas por todo el recorrido. Y todo muy verde. Sus habitantes mayores en su viaje otoñal.

      

   Sobrepaso un mojón que indica 100 km a Santiago. La lluvia es fina, pero no molesta. La temperatura ideal para caminar. Hoy hay un poco más ajetreo por el camino. Los castaños y los robles siguen siendo los señores del recorrido.
                                           
        

      Hay carteles indicativos de "la ribeira sacra"; hoy veré el río Miño, el Sil lo crucé el otro día. A ver si pruebo uno de sus "zumos" con denominación de origen.

 

 

    El gris del cielo se aclara, aunque sigue nublado. Desde lo alto de la última ondulación, veo Portomarín. Este pueblo es nuevo. El antiguo fue anegado en los años 60, por el embalse de Belesar alimentado por el Miño.

         Estoy a unos 20 km de Lugo, la capital. La suponía más lejos. 
   En algunas guías hablan de este pueblo. Porto Marín, como el paso "de una villa medieval a una urbanización moderna". Tal fue el trasvase originado por el embalse y cauce del río,
     
         Cruzo el puente y entro en el pueblo. Ocupa la ladera de la margen derecha del río.
       

  El viejo pueblo fue dinamitado antes de ahogarse. La iglesia de San Nicolás, del siglo XII, fue trasladada piedra a piedra al interior del nuevo pueblo. Esta era la imagen del antiguo asentamiento, justo en la ribera.
                 

           Creo que su retablo y algunos objetos sacros fueron "expoliados". Esta tarde intentaré entrar en la iglesia a ver lo que queda de ella en su interior.
      

  


                                             
   
Después de comer, normalmente ceno fuerte, doy una vuelta por el pueblo. La iglesia rescatada es curiosa, las vidrieras de sus arcos son asimétricas, tal vez los operarios que la rehicieron piedra a piedra lo tuvieron difícil. Me acerco a la iglesia y aprovechando que la puerta está abierta...


                               

                                  Una iglesia de origen románico,  salvada y restaurada de su desaparición.
                            

      Esta ermita románica solo se abre una vez al año, cosa que no entiendo, siendo de interés de los visitantes y peregrinos.   
                        
     Visito la tahona donde hacen tartas de Santiago. El encargado, un personaje muy enrollado, me enseña también su pequeña destilería de orujo.
    


                                             

                       Es el pueblo más famoso de Galicia...¡por su orujo y sus tartas de Santiago!

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