sábado, 25 de abril de 2015

El CAMINO, de PortoMarín - Palas de Rei. (26 km)


      Vuelvo a madrugar, pues la predicción del tiempo dice que a media mañana... Y justo paso el puente sobre el Miño, y empieza a llover. Son las 7:50 de la mañana. Hoy la capa de agua va a ser amortizada.     La lluvia no es fuerte y ha refrescado un poco

   El recorrido es similar al de ayer. Corredeiras entre castaños, robles y pinos; pequeños pazos diseminados, pertenecientes al mismo concello. 
             
        
 Hay bastante gente al comienzo de la etapa, casi todos extranjeros; solitarios/as que se agrupan, grupos que se parten... 

   Poco a poco los voy dejando atrás. Lo prefiero, pues las conversaciones, gritos e incluso alguna música alteran los sonidos del bosque. Al cabo de una hora, voy a mi aire.
   Pronto empieza un camino paralelo a la carretera nacional.
 

 Se pierde el asfalto para entrar a algún pueblecito de tres casas con bar o albergue de peregrinos. En todas las aldeas se repite la misma estructura: el hórreo estilizado, cabaña de vacas lecheras o de carne, el lavadero, la ermita y el cruceiro que cuida su entrada.
                   

                  

               
      Por el camino, paso por uno de los mejores cruceiros del camino. Está un poco antes de llegar a la aldea de Ligonde. La representación de las dos personas, creo que son Jesús y María, se ve desde los dos lados.
                                   
             

    Atravieso de nuevo la nacional. De aquí, una carretera comarcal bien asfaltada con el camino adosado me conduce después de unos 10 km a Palas de Rei. camino un rato con Nicole, una parisina de unos 70 años, pero con una energía sanferminera. Me cuenta que hace el camino por una promesa. Se queda en un albergue moderno de la Xunta en una aldea vieja y abandonada de esta Galicia. 
                                           
    
      Aparece el viento. Se abre un poco el cielo. ¿Durará mucho? Vuelve a llover, cuando entro al pueblo La niebla cae sobre el valle. Oscurece. La tarde va a estar pasada por agua.                
                 
Apenas me encuentro nadie por la calle. Es un pueblo muy limpio y me parece que bastante cuidado.
                    
    
 
  
     Este pueblo tiene que ver con los Ulloa. Rosalía, " Los pazos de Ulloa", Galicia... Ah, y con Pepiño Blanco. ¿Será por eso que a la entrada hay un complejo polideportivo como el que no he visto en todo el camino?... Pues eso.

  No ha parado de llover en toda la tarde. A pesar de ello me doy una vuelta por el pueblo. En el centro eatá el albergue de peregrinos. 
  

Y yo estoy comiendo unas empanadas y un queso del lugar excelente, con membrillo, claro. Este queso de Arzúa es exquisito. Todo el mundo está en sus casas. El día está desapacible. 
 
















1 comentario:

  1. Si no lloviera, parecería que no hubieras llegado a Galicia. Pero, ójala salga el sol y te seques un poco. Sigue contando que se disfruta leyendo el paisaje.
    Buen camino, amigo

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