lunes, 10 de octubre de 2022

Burgos, la comarca del Arlanza: Monasterio de S. Pedro de Arlanza y Covarrubias


   Y cuando menos te lo esperas, al menos yo no lo tenía previsto, en plena carretera a Covarrubias aparece El Monasterio de San Pedro de Arlanza. El aperitivo y la comida pueden esperar. Aparco el coche y me adentro en el edificio.
  Leo en la guía que está situado a orillas del río Arlanza, cerca de Covarrubias. Fue uno de los centros monásticos más importantes del reino de Castilla.  Recibió el apelativo de «cuna de Castilla» y estuvo en funcionamiento hasta la desamortización de Mendizábal en el 1835.
   En 1931 fue declarado Monumento histórico-artístico.

                             
                           
   La congregación de monjes fue fundada en 912 como un eremitorio, de ruinas aún visibles, en la parte alta de las paredes que flanquean el valle.

                                                         
    Los nombres de sus fundadores: Fernán González, su esposa Sancha,  el conde Gonzalo Téllez, su mujer Flámula y la madre y hermano de Fernán González, Muniadona y Ramiro González... ¡Unos personajes!

 

   La entrada al monasterio es una estructura clasicista de dos niveles presidida por la figura de un caballero aplastando a dos musulmanes. Más que de Santiago matatamoros, se trataría de Fernán González en alguna de sus batallas contra los cordobeses del siglo X.


    Entro en el monasterio y me encuentro con esta maqueta. Me ayuda a tener una visión global de cómo era el Monasterio

   Hoy, desde mi ignorancia observo una superposición de diferentes estilos, fruto de las numerosas actuaciones a lo largo del tiempo.
    
          

                                    No podía faltar el claustro. Me doy un paseo tipo monje.



Dejo atrás el Monasterio y me dirijo a Covarrubias. Está aquí al lado.
 Aparco al lado de la biblioteca del pueblo. Es la hora de comer y voy a buscar algún restaurante. Es día laborable y no hay apenas gente por la calle.
   Entro a la almendra medieval por esta arcada. Se llama Archivo del adelantamiento (puerta de entrada y salida). Curioso el nombre, ¿no?

 

   La atracción que me produce este tipo de construcciones no tiene palabras. Llego a la Plaza Mayor y al Ayuntamiento... Pero yo estaba buscando un restaurante donde saciar el apetito...



     Tras una buena degustación de viandas castellanas, me doy una vuelta por este núcleo del medievo. Me viene bien para ir bajando la comida.
Me dirijo hacia la excolegiata, pero aún no la han abierto. Justo enfrente, en un pequeño jardín, me encuentro con la estatua de Kristina Noruega. ¿Qué pintara por estos lares una nórdica de la Edad Media? Tengo que investigarlo.
    Bajo hasta el río. Aquí observo restos de la muralla que en el XVI fue parcialmente derribada para airear la villa y combatir la peste (Lo leo en unos carteles informativos con código QR.

             

  Vuelvo a la  excolegiata de San Cosme y San Damián (XV) . Ya está abierta. Saco el boleto y toda para mí. Puedo visitar la iglesia, el claustro y el museo.
 La colegiata se reconstruye a lo largo del siglo XV, entre 1474 y 1480. Pertenece al gótico castellano tardío. 
 

 La Iglesia, comenzada en 1474 consta de tres naves cubiertas con bóvedas de crucería.

                     
 Lo que más atrae mi atención son los numerosos enterramientos en sarcófagos, de abades infantes de Castilla y personajes nobles. Entre ellos destacan los de Fernán González y su esposa Sancha (se repiten).  Bajo el retablo principal se hallaron los restos de tres abadesas infantas de Covarrubias. En el resto del templo hay otros muchos enterramientos de gran calidad.
 
                

   Además me llama la atención que el coro está a los pies de la nave principal. Creo que fue trasladado a principios del siglo XIX. Hay un magnífico órgano.

  
  
  En cuanto al claustro es del siglo XVI con decoración renacentista y en él se destaca el sepulcro de la princesa Cristina de Noruega, fechado la primera mitad del siglo XIII. He investigado algo sobre esta princesa nórdica.

…Que vino a casar a Castilla desde los misteriosos países del Norte: que Alfonso X «el Sabio«, estando descontento porque su esposa, Violante de Aragón, hija de Jaime I el Conquistador, no le daba herederos para su trono tras años de matrimonio, decidió repudiarla y buscar una nueva esposa que le pudiera dar descendientes.

Teniendo esto en mente, envió una embajada a la corte de Noruega para pedir la mano de la única hija de Haakon IV el Viejo, la princesa Cristina, célebre en toda Europa por su belleza y virtud, buscando la fertilidad que se creía en la época que poseían las mujeres escandinavas.

El rey Haakon, halagado por la alianza que el rey Alfonso le ofrecía, ratificó el matrimonio y envió a su hija a la corte castellana para que se celebrase la boda, pero, cuando llegó a Castilla, saltó la noticia de que la reina Violante estaba embarazada, por lo que desaparecía la razón por la que Alfonso quería repudiarla. El soberano no quería perder la alianza noruega y ofreció a la princesa Cristina la mano de uno de sus cuatro hermanos, eligiendo ella el que más la complaciese.

Eligió Cristina al infante don Felipe, que fuera arzobispo de Sevilla y, como había sido acordado, se casaron, yendo el matrimonio a vivir a Sevilla tras los esponsales pero, enamorada secretamente del rey la princesa noruega y añorando su patria, murió de supuesta melancolía cuatro años después. Fue enterrada en el claustro de la colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias.





                En el Claustro del XVI se encuentra el Museo parroquial.
                                  
Del Museo destaco el tríptico de la Epifanía


                                                             y algunas obras flamencas



Dejo la colegiata y me doy una vuelta final por el pueblo. La gente sigue con su siesta...

  He tenido que subir a lo más alto del pueblo. aquí el dominio lo tiene La Iglesia de Santo Tomás. Su origen es el XII, aunque lo que veo actualmente es del XV, según el cartel informativo

        
  
 Aparece el encargado (¿será el sacristán?) y me deja  pasar a su interior. Me indica para que me fije en   su pila bautismal románica , sus seis retablos, una vidriera renacentista de la Natividad  y una escalera plateresca, joya de la iglesia.

 
  Vuelvo tras mis pasos, hacia la Plaza Mayor y me encuentro con el Torreón de Fernán González (X) 
  Cuenta la leyenda que la infanta Doña Urraca fue encerrada aquí por su padre, como castigo por sus amoríos con un pastor local y no aceptar el marido propuesto por su familia.

              

El conde Fernán González, el conde, quería casar a la joven infanta Urraca en una boda negociada con un príncipe de León, de forma que los condes de Castilla emparentaran con la realeza leonesa y fueran más poderosos. Pero Urraca ya estaba enamorada de un pastor o de un labriego de la zona de Covarrubias y se negó a casarse con el príncipe.
La trágica consecuencia fue que el conde, al ver contrariados sus deseos, condenó a su hija a ser encerrada en vida en una de las estancias de la torre, aunque también se cuenta que en realidad fue emparedada. Y esto sirvió además de advertencia a sus súbditos: si era capaz de emparedar a su propia hija, ¡de qué no sería capaz si no le obedecían sus vasallos!


Otra versión, que trata de ser más certera desde el punto de vista histórico, nos cuenta que:

Lo que en realidad sucedió es que la infanta Urraca, hija de Fernán González se había casado en segundas nupcias con Ordoño IV de León. Su padre apoyaba a Ordoño IV en contra del rey Sancho I y logró que se coronara como rey de León. Pero, al poco tiempo, Fernán González se enemistó con Ordoño IV, apoyó a su rival en el trono leonés, Sancho I, y obligó a Ordoño a renunciar al trono. Ordoño IV, llamado el Malo, se refugió posiblemente primero en Castilla y luego en Asturias. Además, para completar la venganza, recluyó a la esposa de Ordoño IV, su propia hija, en el torreón de Covarrubias hasta su muerte en el 965.

  Me dirijo a la plaza y paso por la Casa de doña Sancha (XV) Hija de Urraca. Su fachada es de adobe y el clásico entramado de madera.
  Es uno de los máximos exponentes de la arquitectura tradicional de la villa. Me gustan mucho la balconada y el soportal. Buenos lugares para disfrutar de un trago y protegerse de los calores.

            
Y caminando por sus callejuelas no dejo de sorprenderme. ¿Pero que construcción es ésta?
Es la Casa del Obispo Pedro Peña que conserva su escudo del XVI. 
  Unos singulares perros tallados en la madera están presentes en esta fachada principal.

                                                                         
 Es muy llamativo, al menos a mí me lo parece, este estilo de construcción.


      

                                                     Covarrubias un bonito rincón burgalés.













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