Villar del Río, Bertrún, Santa Cruz de Yanguas, Yanguas y Enciso...
Los yacimientos de la provincia de Soria se datan entre 140 y 128 millones de años. El ambiente se interpreta como el de una gran llanura fluvial con canales que podrían dar lugar a la formación de charcas temporales, desembocando, probablemente, toda la red hídrica en un lago de carácter perenne .
Geográficamente, podemos confirmar que el grupo de huellas soriano se localiza en las cuencas de los ríos Cidacos, Mayor y Alhama, por tanto forma parte del Valle del Ebro.
Casi la totalidad de las huellas de dinosaurios reconocidas en Castilla y León son tridáctilas; esto es, pertenecientes a dinosaurios que dejaron impresas solamente las huellas de tres dedos de sus extremidades inferiores; y rastro bípedo, que se dividen en dos grupos principales:
terópodos (carnívoros) y ornitópodos (comedores de plantas).
La mayoría de estos sedimentos de la provincia pertenecen a especies de bípedos, dinosaurios que caminaban sobre dos patas; y tridáctilos, con tres dedos.
Las huellas de los dinosaurios terópodos se distinguen por tener dedos largos y delgados que rematan en poderosas garras. Un ejemplo es el dinosaurio Triceratops
Mientras que las de los dinosaurios ornitópodos presentan dedos anchos y cortos de perfil redondeado.
Entre estos últimos, son numerosas las huellas de grandes herbívoros de la familia Iguanodón.
Garras que parecen huellas de gallinas gigantes, icnitas tridácticas que corroboran que los grandes reptiles habitaron estas tierras hace 150 millones de años.
Las reproducciones a tamaño real de varios especímenes en algunas localidades de la zona alertan al visitante de que pisa terreno de restos paleontológicos. aunque la figura de un Parasaurolophus en Garray abre el recorrido a pocos kilómetros de la capital.
Los más significativos están en Villar del Río, Bretún, Santa Cruz de Yanguas y Yanguas,
Un enorme Braquiosaurio avisa que es uno de los puntos claves de esta ruta.
Un Estegosaurio un Iguanodon y un Triceratops, señala el lugar que pisó en el Cretácico un grupo de ejemplares de esta especie.
A pesar que en los trípticos de la guía del aula paleontológica habla de tortugas gigantes y grandes saurios, sólo he encontrado estas reproducciones.
Oigo rugidos, hay gente corriendo... Parece que los dinosaurios se han enfadado.
Patas, ¿Para qué os quiero? En estos momentos esa frase de mi infancia cobra sentido...
Y colorín, colorado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario