Mientras preparaba esta salida me llamó la atención lo que leía sobre Gormaz. Esta fortaleza califal fue construida en los primeros años de la Reconquista sobre las ruinas de algún castro romano o edificación visigoda. Fue un punto clave de la frontera de Al Ándalus con los reinos cristianos.
Se encuentra junto al río Duero, línea divisoria que durante muchos años separó ambas culturas. Así pues, durante cien años sería tomado y retomado por moros y cristianos en incontables ocasiones, tal era su importancia. El río tuvo, tiene y tendrá una importancia económica en esta zona.... ¡Viva el vino!
Este dato impresiona: El recinto amurallado tiene aproximadamente 1.200 metros de forma longitudinal y eje este-oeste. Voy a buscar la entrada. Subo en coche.
La fortaleza se distribuye en dos zonas claramente diferenciadas, al este, el alcázar protegido por recios muros y torreones.
Voy camino de San Esteban de Gormaz un pueblo que es citado en el Cantar del Mío Cid, donde se califica a la villa como una “buena ciudad” y a sus gentes como mesuradas y prudentes.
Entre sus joyas cuenta con dos iglesias románicas, San Miguel y el Rivero, ambas dotadas de magníficas galerías porticadas. La de San Miguel es la cuna del románico soriano y también la primera en la que se incorpora la galería porticada.Y como en uno de los carteles informativos situados en la plaza leo lo de Atauta. el pueblo de mi buena amiga Rosa, le digo a Google map, que me lleve. Quiero ver sus bodegas. ¡Viva el vino!
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