lunes, 13 de agosto de 2007

CUBA, el Malecón y la calle para jugar


   Decir Malecón es decir Paseo Marítimo.
Tiene cerca de ocho kilómetros de largo. Es uno de los puntos de reunión preferidos por todo el mundo, habaneros y turistas. Así lo hemos visto en diversos momentos a lo largo de nuestra visita a la Habana.


       Presidiendo, vigilando y protegiendo el Malecón se erige el Hotel Colonial. Una perla de La Habana vieja.
                                

         El Malecón fue diseñado como un pequeño paseo marítimo para viviendas de la clase media, a principios de la década de 1900. Pero se expandió rápidamente hacia el este en la década siguiente, dejando una ecléctica arquitectura de edificios que combinaba los estilos neoclásicos con el caprichoso Art Nouveau. Sus innumerables edificaciones antiguas están siendo restauradas.
     Desde 1950 la carretera del Malecón de La Habana cuenta con un total de seis carriles y, actualmente, éste es uno de los lugares de visita obligada, si estás de paso por La Habana. Nuestro hotel está junto al Malecón, por cierto, en el Vedado.

                           

               

     Todos los días nos damos una vuelta, por la mañana y al atardecer. El espectáculo de los chavales lanzándose al agua está garantizado.

    
  

Hace una mañana estupenda para fotografiar el Castillo y el faro, desde donde comienza el Malecón. Nos dirigíamos hacia la plaza de la Catedral y he aprovechado la ocasión para hacer unas fotos. Es el Oeste de la ciudad.
 
 
 Al atardecer vemos unas balsas de neumáticos. No son balseros que se dirigen a Miami, sino gente que sale a pescar cuando cae el sol.

 

    El ambiente durante el atardecer es estupendo. Aquí es donde se pueden apreciar uno de los ocasos más bellos de la isla.
 

             Los músicos callejeros buscan su sitio junto al atardecer del Malecón. Yo me "siento" embobado. Con qué espectáculo me quedo, ¿con el sol o con el son?


       Y en la calle, cuando no están en la escuela, ser niño cubano es sinónimo de felicidad, de juego y de alegría.

       Me recuerda una infancia parecida a la mía; la calle, los amigos, la imaginación y a jugar. Necesitan de otros niños de carne y hueso, más que máquinas informáticas individualistas...


        Con tan pocos recursos y qué grandes peloteros nacen en esta isla. Ya lo viví en Nicaragua.

  
                                    Hoy por hoy, el béisbol sigue siendo el deporte nacional.


      Por lo que he observado las niñas tienen sus preferencias. La coreografía excelente, al menos eso me parece.
  
   Algunos dicen que el fútbol es imparable. Las imágenes de las televisiones tienen la culpa en su recorrido. A estos chavales, maneras no les faltan.


                     ¿Unas nike? Pies descalzos... ¿Un balón de la UEFA? Pelotas redondas...


          Y la niñez se cuela entre las canas. Necesitamos poco para echar una buena partida de ajedrez.
             
  
   Pero no todo es calle. La educación en Cuba es un derecho muy cuidado y consolidado. A esta edad los escolares son "pioneros"

          




 

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