miércoles, 8 de agosto de 2007

CUBA, llegamos a La Habana

    Es un viaje costeado por un segundo premio conseguido por unos trabajos de material informático que presentamos , Merche y yo, a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid; 3000 euros tienen la culpa.
  Elegimos Cuba porque nos interesa ver los resultados de la Revolución en la isla. Por otra parte queremos ver la influencia de Fidel, medio apartado del Gobierno y la importancia de su hermano Raúl, al frente del ejecutivo...

        
                  Tenemos tres destinos para 13 días: La Habana, Santiago de Cuba y la isla Juventud

    En Madrid, unos amigos cubanos que viven en Cádiz, nos pidieron que les lleváramos unos regalos a sus familiares en La Habana. Cuando retiramos el equipaje en el aeropuerto José Martí, faltaba la maleta de los regalos. Fue nuestro único contratiempo. La recuperamos a la semana siguiente. Y la compañía nos recompensó con un dinero que dejamos en una escuela que visitamos en La Habana.

 

  Un taxi nos lleva en un santiamén hasta el Hotel. Digo en un santiamén, pues el recorrido me absorbe completamente. Paisaje, personas y la charla con el taxista se amontona en mi mente desbordada.

                             

  Merche se había encargado de los pasajes y de los hoteles. Creo que nunca he estado en un hotel de superlujo, y éste lo es.
  Me sonroja un poco. Sobre todo por el contraste con lo que he visto al venir desde el aeropuerto. Y todavía no he visto prácticamente nada. A Merche le pasa lo mismo. Recordamos nuestras andanzas por Nicaragua en los años 90.

                     

                         

               
   Vistas desde la habitación. Descubro el malecón y esos edificios modernos que albergan hoteles de lujo. Estamos en el barrio del Vedado, un barrio de la clase más acomodada de La Habana.

    
      
   La comida del hotel es entre cubana e internacional, especialmente en el desayuno. La fruta tropical exquisita.

                                                               Y para los momentos especiales un mojito

                                         


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