La ermita de San Pelayo, se encuentra en un paraje aislado a poco más de un kilómetro de Perazancas, en la carretera que conduce a Olmos de Ojeda. No tenía pensado parar, pero está en la misma carretera. La he visto indicada y aunque estoy ya un poco lleno de tanta ermita e iglesia, me puede la curiosidad.
Es del año 1076, dice una lápida que se conserva en su interior. La existencia de elementos de carácter prerrománico, como son los capiteles de estética mozárabe de su portada occidental, hacen suponer , que la actual ermita de San Pelayo se edificó sobre los restos de una construcción anterior.
Es de construcción sencilla, de nave rectangular cubierta con techumbre de madera, pequeño presbiterio con ábside semicircular abovedado en cuarto de esfera.
En el interior lo más relevante son sus pinturas románicas.
Se aprecian los restos de una Maiestas Domini y de un cortejo de querubines. Una inscripción identificando a Mateo lleva a pensar en la posibilidad de la existencia de un Tetramorfos.
A ambos lados de la ventana central, se encontrarían los restos del colegio apostólico, siendo reconocibles algunos de ellos.
En el cuerpo inferior, son claramente identificables los restos de un Mensario o calendario agrícola. En lado derecho del arco triunfal pueden verse algunas escenas del ciclo de Caín y Abel y en la parte superior del arco de entrada al presbiterio se intuyen las siluetas de dos ángeles y sendos personajes en los extremos, uno de ellos lleva acompañado la inscripción “PEL”.
Asimismo, en el interior se conservan un par de sarcófagos antropomorfos, extraídos de la necrópolis anexa al templo.
Ésta es mi última parada y objetivo programado desde Madrid.
La Iglesia de San Juan de Baños, situada en la localidad palentina de Baños de Cerrato, es el edificio religioso más significativo del reino visigodo y uno de los templos cristianos más antiguos de España.
Es un ejemplo de conexión y enlace entre la arquitectura de tradición romana y la cristiana en la Hispania de finales del Imperio romano.
Una lápida de mármol a la entrada de su capilla mayor data esta iglesia en época del rey visigodo Recesvinto, en el año 661; aunque la fecha es discutida porque hay quien dice que esta lápida fue trasladada de otro lugar y que su verdadera datación podría ser incluso anterior: en el año 652 .
Se trata de una basílica de tres naves, con capilla mayor rectangular y dos sacristías separadas de ella.
Presenta crucero y pórtico a los pies, y sus naves están separadas por columnas cuyos capiteles hacen pensar en un arquitecto sirio, según me cuenta el guía.
Los muros están construidos con sillares grandes bien labrados, colocados a hueso sin argamasa. Cuatro columnas de mármol , aprovechadas de restos de otros edificios romanos, sostienen los arcos de separación de las naves. Dichos arcos, al igual que el del pórtico y el triunfal, son de herradura, con el típico canon visigodo.
El presbiterio o parte central de la cabecera es de época visigoda, aunque la cubierta a dos aguas y el muro que las sostiene han sido levantados posteriormente.
Es un ejemplo de conexión y enlace entre la arquitectura de tradición romana y la cristiana en la Hispania de finales del Imperio romano.
Una lápida de mármol a la entrada de su capilla mayor data esta iglesia en época del rey visigodo Recesvinto, en el año 661; aunque la fecha es discutida porque hay quien dice que esta lápida fue trasladada de otro lugar y que su verdadera datación podría ser incluso anterior: en el año 652 .
Se trata de una basílica de tres naves, con capilla mayor rectangular y dos sacristías separadas de ella.
Presenta crucero y pórtico a los pies, y sus naves están separadas por columnas cuyos capiteles hacen pensar en un arquitecto sirio, según me cuenta el guía.
La decoración escultórica es relativamente clásica, tradicional y austera. Ocho capiteles corintios soportan los arcos de separación de las naves, seis de ellos esculpidos en una clara tradición romana corintia.