sábado, 3 de mayo de 2025

Gran Canaria






También conocida como “continente en miniatura”, Gran Canaria destaca por sus marcados contrastes. En un mismo día podemos disfrutar de maravillosas playas rodeadas de campos de dunas y ascender a las cumbres tapizadas por bosques de pino canario, cuyo verdor resalta en el oscuro sustrato volcánico.


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Y en el camino encontrarnos con profundos barrancos, valles, imponentes roques y calderas volcánicas, impresionantes acantilados… lugares increíbles para recorrer a través de senderos y pararnos a contemplar los paisajes que se abren ante nuestros ojos. O también desde la comodidad del automóvil o del transporte público, pues Gran Canaria cuenta con una extensa y bien conservada red de carreteras..

Sin duda, las playas están en los primeros puestos de la lista de atractivos que posee Gran Canaria. Las hay para todos los gustos: extensas, pequeñas calas, animadas, solitarias, de arena dorada.
En el sur están las más amplias, de aguas tranquilas y en su mayoría de arena rubia. Al estar situadas en los principales núcleos turísticos, cuentan con todos los servicios, además de ser las de más fácil acceso.
Las del norte son bien distintas: pequeñas calas de arena oscura o de roca volcánica, con mayor oleaje y algunas con accesos más complicados, aunque también existe la opción de refrescarse en acogedoras piscinas naturales. Eso sí, son playas bellas y salvajes, capaces de hacernos conectar con la naturaleza en su estado más puro.

Gran Canaria es mucho más que sol y playa. Es también naturaleza y paisajes agrestes de gran belleza, como el que se extiende en el corazón de la isla presidido por el Roque Nublo, un imponente monolito volcánico al que se puede llegar por un sendero apto para casi todos los públicos. Desde esta atalaya natural, las vistas son impresionantes.
Coronando los grandiosos acantilados del noroeste de la isla, un paisaje conocido como “cola de dragón”, se encuentra el Parque Natural de Tamadaba, uno de los bosques primigenios de pino canario mejor conservados de las Islas Canarias junto al de Inagua, el refugio del pinzón azul, una pequeña ave exclusiva de esta isla.

Alejados de los animados núcleos urbanos y turísticos de la costa, en el interior de Gran Canaria encontramos tranquilos pueblos y caseríos en los que todo sucede sin prisas. Remansos de paz donde el concepto “tiempo” cobra otra dimensión, la que nos permite conectar con la vida sencilla, y donde las tradiciones continúan bien arraigadas.
La lista de pueblos y caseríos que salpican la isla sería interminable. Recorrerlos es, sin duda, la mejor manera de conocer la identidad e idiosincracia de Gran Canaria.



Es prácticamente imposible encontrar una localidad en la isla que carezca de al menos un museo, aunque es la capital, Las Palmas de Gran Canaria, la que alberga la oferta más amplia y variada. En el corazón del magnífico casco histórico de la ciudad son de visita obligada El Museo Canario, un recorrido que muestra distintos aspectos de la vida de los aborígenes, con piezas muy curiosas como la colección de cráneos o las momias; la Casa de Colón, edificio singular que, además de dar testimonio del paso de Cristóbal Colón por la isla, muestra también la historia de Canarias y sus relaciones con América; y el CAAM-Centro Atlántico de Arte Moderno, con exposiciones de artistas de Europa, América y África vinculadas a la cultura contemporánea. Para quienes se apasionen con la tecnología y la ciencia, el Museo Elder es imprescindible.


En el norte encontramos la Caldera de Bandama con un impresionante cráter de algo más de 1 km. donde realizar un ruta a pie está al alcance de la mayoría (no te llevará más de 2 hrs.) y, entre profundos barrancos donde las presas forman parte del singular paisaje, encontramos pueblos con un encanto especial como son Arucas, Firgas o Teror.




En el corazón de Gran Canaria son más evidentes los sucesivos episodios de construcción y destrucción de origen volcánico así como una progresiva erosión del terreno. Estos fenómenos naturales han dado lugar a formaciones geológicas únicas en el mundo como el Roque Nublo (símbolo de la isla) o el Roque Bentayga (de gran importancia espiritual en el mundo aborigen). La vista de estos monumentos naturales son privilegiadas desde pueblos como Tejeda o Artenara.
Quizás entorno a este último pueblo es donde se concentre la mayor cantidad de yacimientos arqueológicos y lugares naturales relevantes. Claro ejemplo es el complejo de cuevas de Acusa Seca, un lugar donde descubrir el patrimonio troglodita admirando sus numerosas casas-cueva, algunas habitacionales, otras ceremoniales, otras como graneros colectivos y otras como necrópolis. Muy cerca se sitúa Risco Caído, un poblado prehispánico en el que destaca principalmente una de sus cuevas, la número 6, un antiguo templo astronómico dedicado a la fertilidad.





La orografía abrupta de Gran Canaria propicia la existencia de numerosos microclimas. Pasar de los 10 a los 28ºC en cuestión de una hora es algo habitual con lo cual es siempre recomendable salir del hotel o apartamento con abrigo, bañador y toalla. Estas dos últimas son especialmente necesarias para visitar la zona sur de Gran Canaria pues el clima es más seco y árido pero no por ello más aburrido o prescindible. Entre tanto que ver en Gran Canaria también hay espacio para quitarse la ropa.

El sur destaca por sus kilométricas playas y el buen clima durante todo el año. Se trata de la zona más turística de la isla y lugar donde se sitúan los grandes complejos hoteleros como son los de Costa Meloneras, Mogán y Playa del Inglés. Dicho esto hay un espacio protegido que eclipsa todo los demás, un oasis de gran fragilidad medioambiental que merece ser conservado. Hablamos del complejo de las Dunas de Maspalomas y su laguna salobre que está catalogada como Reserva Natural Especial.




destaca especialmente en la isla es la combinación de patrimonio natural y cultural. Algunos ejemplos son el Parque Rural del Roque Nublo, el emblemático Roque Bentayga, el Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria y, por supuesto, la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas. Visitar Gran Canaria es querer volver una y otra vez.






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