viernes, 16 de mayo de 2025

Gran Canaria, el norte de la isla y un faro: Agaete, Santa María de Guía, Gáldar y Punta Sardina

 

Estoy contento con el coche de alquiler y hoy elijo el circuito norte. Mis expectativas son altas. A ver qué tal se me da. la autovía me lleva hasta el valle de Agaete en apenas una hora larga.

Agaete  dista tan sólo 32 kilómetros de Las Palmas por la carretera del Norte. Está asentado en un valle fértil rodeado de vegas, así como de impresionantes montañas y acantilados desgastados por la erosión de la roca volcánica en su batalla con el mar. Me ha quedado bonito, pero es lo que veo.


 Humanamente es uno de los asentamientos más antiguos de la isla por los pueblos cristianos del siglo XV y XVI, pero sobre todo, porque ya era un importante núcleo poblacional en su pasado aborigen, como atestigua la cercana necrópolis de Maipés. No me la voy a perder

                   

Hoy está habitado por unos 5.700 agaetenses o “chanos” de carácter afable y parlanchín, de lo cual doy fe.También me llama la atención, la belleza de sus casas blancas y de sus cuidadas callejuelas.

                   


       Pero yo he venido hasta aquí principalmente para visitar  El Parque arqueológico de Maipés.
    Se trata de una gran necrópolis aborigen, un cementerio utilizado por los antiguos canarios antes de la conquista castellana, ubicado en un entorno paisajístico muy singular: una extensa colada volcánica (un "malpaís", de ahí su nombre maipes) en la parte baja del Valle de Agaete.

 



         Y otro de mis intereses en este valle es su costa, más concretamente el Puerto de las Nieves.

                                
   Su playa, cómo no, es volcánica, y el paseo marítimo se nota que goza con el turismo pues abundan los chiringuitos populares. Me pierdo por sus calles y descubro las típicas casas de tonos blancos y azules con detalles marineros. Una postal que llevo encontrando en muchos de sus pueblos pesqueros.


Continúo por el paseo marítimo, en busca del mítico y extinto dedo de dios, brutalmente sacudido por un temporal que dio con sus rocas en el mar. A ver si lo localizo.

                                                              
  El Dedo de Dios (guía turística)
   El "Dedo de Dios" era un famoso roque (formación rocosa) situado en el Puerto de las Nieves, Agaete, Gran Canaria, que se asemejaba a un dedo apuntando hacia el cielo. Desafortunadamente, fue destruido por la tormenta Delta en 2005. A pesar de su desaparición, sigue siendo un símbolo importante para la zona y un tema recurrente en la memoria de los habitantes de Agaete.



     Busco, ya con el coche, algunas calas y refugios costeros donde encuentro "Piscinas naturales" y el Teide al fondo... Buenos días vecinos tinerfeños...
    

 Vuelvo a coger la autovía y me paro en un lugar que no tenía programado. Es quizás lo más bonito que he visto por ahora en el circuito.  Es el pueblo de Santa María de Guía. La imagen me gusta. No sé si el pueblo sube o baja de la colina. ¡Mola!


Es imprescindible, según me dice un paisano, probar el queso local Flor de Guía una auténtica joya gastronómica y dar un paseo por su centro histórico. No hace falta que me lo repita...


    Ya que estoy en el pueblo voy a dar un paseo. Del centro histórico de Guía, hay varios puntos destacados:
 Uno de ellos es la iglesia parroquial de Santa María de Guía con su fachada de estilo barroco y sus torres neoclásicas. Y los colores típicos de las iglesias canarias


 Otro lugara visitar es la ermita de San Roque, de estilo ecléctico así como las numerosas viviendas tradicionales que encontramos por el centro. 


La casa de Néstor Álamo es interesante. Esta casa constituye el ejemplo perfecto de casa tradicional canaria.



   Tras una mañana completita me dirijo más hacia el norte, hacia Gáldar. Está aquí al lado.
  La ciudad de Gáldar, cabecera de uno de los antiguos reinos de la isla (Guanartematos). Posee el más antiguo Parque Arqueológico, el de la Cueva Pintada, en el centro de la Ciudad, uno de los principales hallazgos del arte rupestre del área atlántica. Es el principal objetivo de mi visita, aunque dejo vía libre a las sorpresas.
   A pesar de que hay fiestas en el pueblo. lo primero que hago es visitar el museo. Un parque subterráneo e inmenso, cuyo principal interés es la cueva pintada.

          


  Se trata de una cueva artificial excavada en la toba volcánica y cuyas paredes aparecen decoradas con frisos de motivos geométricos.



  Y ahora me toca dar un paseo por la zona  y comer algo  El centro de la ciudad conserva varios edificios notables según la guía. Todo gira alrededor de la plaza de la iglesia.
  La Iglesia de Santiago de Gáldar, uno de los templos más bellos de Canarias, pasa por ser el puente entre el estilo barroco y el primer neoclasicismo del Archipiélago. Está cerrada y la visita se antoja imposible.


  El antiguo Ayuntamiento, construido sobre una antigua edificación del  XVIII, es un edificio de notables características arquitectónicas, donde se custodia uno de los ejemplares de Drago más antiguos de Gran Canaria, documentado ya en 1718.
      

    Anexo al Ayuntamiento se sitúa el Teatro Municipal, que vino a sustituir al antiguo teatro fundado por la reina Isabel II. Bonito edificio que llama la atención.


Todom gira alrededor de la llamada "Plaza Grande", uno de los mejores ejemplos de Alameda del XIX en Canarias, donde destacan centenarios ejemplares de Laureles de Indias y Araucarias.


                                      Pero mi sorpresa en Gáldar es su fiesta de las flores

                 


        
       

         Y ya me queda poco para concluir el circuito norte. Quiero llegar al extremo noroeste, el punto mas septentrional donde existe un gran saliente rocoso: la Punta de Sardina, con un faro que lleva su nombre. 
                     

  Al abrigo de este saliente se encuentra la Playa y el Puerto de Sardina, a unos 5 kilómetros del casco urbano de Gáldar. 
  Sardina fue una de las múltiples puertas de la isla por las que antaño se canalizaba la entrada y salida de producción agrícola. Su muelle aún conserva un gran encanto y su entorno lo dota de una belleza inigualable.

                 
 
Esta franja costera se caracteriza por estar poco explotada y lucir miles de rincones casi vírgenes. Se encuentra escondida entre acantilados, y frecuentemente es azotada por los vientos alisios y el fuerte oleaje.
                         
   
El mejor refugio de toda la zona está en el Puerto de Sardina, un enclave costero tradicional que ha sido muy mejorado recientemente con la construcción de un nuevo dique, donde pueden fondear también las embarcaciones deportivas.

        

     Antes de iniciar la vuelta hacia el sur y para finalizar el circuito norte, visito Los charcos naturales. No pretendo bañarme, pero la visita ha merecido la pena.

               



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