viernes, 16 de mayo de 2025

Gran Canaria, Las Palmas barrio de Triana y playa de Las Calderas

 Triana es un barrio, es una calle, pero también una manera de ver el mundo. Debe su nombre al conocido barrio sevillano por la colonia de comerciantes andaluces que, junto con los ingleses y los daneses, la poblaron en su día, y fue la principal zona mercantil de Las Palmas de Gran Canaria…Esto dice la historia.


    Triana nace a partir del XV, de la expansión del barrio histórico de Vegueta y es hoy en día una de las zonas comerciales  de la ciudad. Hoy cruzo el límite de Vegueta que visité ayer y me dispongo a patearlo. Con el plano que me han dado en la oficina de turismo es más fácil-

 La Plaza Hurtado de Mendoza
  Esta mítica plaza (hoy popularmente conocida como «plaza de Las Ranas») se remonta a principios del S. XIX, cuando se construyó el denominado Puente de Piedra  para facilitar el paso entre los barrios de Vegueta y Triana.

          
     Una vez atravieso el estanque me llama la atención  el edificio de la Biblioteca Insular y varios quioscos.



La Plaza Carrasco
   Una pequeña, pero coqueta placita, flanqueada por el Gabinete Literario, un edificio de estilo modernista construido en 1844.  También con un colorido amarillo albero, el mítico Hotel Madrid, cuya terraza aún conserva este espíritu literario donde se respiran aromas de café y tertulia. ¿El café Gijón insular?


La Calle Mayor de Triana
   La gran cantidad de sevillanos que se hallaban entre los conquistadores y el paralelismo con esta ciudad, fueron los que dieron nombre al nuevo barrio, junto con su calle más importante, la Calle Mayor de Triana.
Una calle plagada de edificios emblemáticos y casas modernistas reconstruidas a principios del S. XX, multitud de tipologías arquitectónicas, preciosas plazas y rincones… pero sobre todo, un lugar lleno de vida. Hoy hay una carrera popular y la policía esta restringiendo el paso a los peatones...
                              


La Casa Museo Pérez Galdós
Me desvío a una calle paralela, pues llega la carrera para encontrarme con "Don Benito" y con la vida de este gran escritor canario del S. XIX.
  En la misma trasera de la calle Triana, concretamente en la calle Cano, nació en 1843 el novelista y dramaturgo canario Benito Pérez Galdós, uno de los escritores más representativos del Realismo Español del S. XIX.
  En su casa se conservan piezas museísticas y un amplio archivo documental de su obra.
               

Tras el parloteo con Don Benito sigo camino hacia el Parque y me topo con El Palacete Rodríguez Quegles. Es uno de los edificios más señoriales de Triana. ¡Mola!


Llego al parque de San Telmo. tiene una gran importancia en la historia de esta ciudad, ya que fue el emplazamiento de la muralla norte de Las Palmas de Gran Canaria, que se mantuvo hasta el S. XIX y de cuya presencia tan solo se conservan algunos vestigios, como el Castillo de Mata hoy convertido en el Museo de la Ciudad y el Mar.

               
  Aquí se emplazó este parque para recibir a los viajeros y navegantes que llegaban o partían de la ciudad. Es más amplio de lo que muestro en las fotos. ¡Agradable!
 Otra de las maravillas que descubro en este parque es este kiosco modernista (1924), una de las joyas que este estilo dejó en la ciudad y que aún conserva su decoración original.
   
        
                
    La ermita de San Telmo (S. XVII) es un ejemplo de arquitectura mudéjar, con portada gótico renacentista y uno de los retablos más bellos de Gran Canaria.

                                     


Sigo caminando , mientras busco el mar.  Dejo a un lado el Cabildo Insular de Gran Canaria. Ahí se cuece el acontecer político y social de la isla.


 Otra plaza aún más grande. Nudo de comunicaciones. Es la Plaza de Santa Catalina.
Ubicada, justo en la mitad del istmo que conecta La Isleta con el resto de la isla, es uno de los puntos de encuentro más activos de la capital insular. Su ubicación, equidistante respecto a la playa de las Canteras, la terminal de cruceros del Puerto de la Luz y el intercambiador de guaguas, convierte al Parque de Santa Catalina en un lugar de paso obligado tanto para locales como para turistas. Aquí estoy yo.




El ambiente ya huele a  océano, a Puerto y a la playa de Las Calderas  
En menos de 5 minutos andando llego a la playa, una lengua de arena de 3 kilómetros de longitud que muchos consideran la mejor playa urbana de la isla. 

          

Su característica “barra”, una extensa formación rocosa ubicada a escasos metros de la orilla, protege la playa del oleaje y la convierte en un escenario de baño perfecto y seguro.


El paseo marítimo es mi sendero de referencia. A lo largo del paseo  encuentro, cómo no, infinidad de cafeterías, heladerías y restaurantes. Al inicio del paseo están las terrazas de la Puntilla y los restaurantes de pescado fresco. 

                          

   Llego al otro extremo de la playa. Aquí hay un ambiente surfero que me da la bienvenida. El Auditorio Alfredo Kraus, me da la bienvenida.



Su estatua preside la parte final del paseo y lo inmortaliza. 
Es época de comuniones y este chaval no ha querido dejar pasar el día de playa y su comunión... Como te vea tu madre...


Vuelvo a desandar el paseo. He visto un chiringuito majo para poder picar algo...


                                    Me marcho sin bañarme en esta playa. ¡No traje traje!



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