viernes, 16 de mayo de 2025

Gran Canaria, el oeste más costero: Puerto Mogán y La Aldea de San Nicolás,

        

                        Ya dispongo de vehículo y hoy voy a recorrer la costa sudoeste de la isla.

                 

   El puerto Mogán es un lugar realmente sorprendente. Esta no es una típica ciudad canaria. A menudo se la conoce como la «Pequeña Venecia de las Canarias».
Alrededor del puerto y de los canales, las estrechas calles están llenas de encanto, con casas blancas de vivos colores y muchas plantas.
                        El pueblo es pequeño y se recorre fácilmente. Es más difícil aparcar...

                

    Este puente, uno de ellos, es el que separa las dos partes del pueblo... Más bien el puente une y el río, ría en este caso el que lo divide. Empiezo a descubrir "la pequeña Venezia".

 

Por si acaso me despisto, estoy en la playa de Puerto Mogán.

                                             

   Sigo caminando por esta hermosa playa. Intento buscar la sombra pues hace calor. Me dirijo hacia el puerto, más deportivo que pesquero.


         

   Y busco perderme por estas cuatro calles tan cuidadas. Son para fotografiar y para los turistas...

              
             Tienen mucho de los pueblos blancos andaluces, salvando las distancias por ambos bandos


   Sigo explorando este pequeño laberinto. He leído que tengo que encontrar este bonito pasaje con escenas de la vida histórica: El Paseo de Mis Padres.

                                      

   Me dirijo hacia uno de los miradores para dominar el pueblo y sus alrededores: mar y montaña

                    


  Me interesan estos yacimientos arqueológicos, pues su visita me parece indispensables para conocer mejor a los Guanches. Hoy y aquí, en Puerto Mogán,  visito el Lomo de los Gatos , curioso nombre.
  Es un conjunto arqueológico formado por un poblado  que se encuentra entre las laderas de la montaña de Mogán (La Cañada de los Gatos). 

 

Un enclave formado por viviendas indígenas, fosas, túmulos y cuevas funerarias que ha sido acondicionado para poder ser visitado a través de senderos y pasarelas que comunican las diferentes áreas del poblado.



      
Hace calor y aunque el paseo no es demasiado exigente, me vendrá bien hacer una parada. Hago una parada en un mirador-cafetería donde hay buenas vistas panorámicas del yacimiento y el Puerto de Mogán... y algo más.

   


Después de reponer fuerzas me dirijo hacia la aldea de San Nicolas, Está cerca.
  La Aldea de San Nicolás es una extensión de 139 kilómetros cuadrados, desde la costa al interior y su altitud es 340 metros sobre el nivel del mar.
  

   En sus límites norte y este hay acantilados y barrancos y se alarga de norte a sur en una irregular franja costera de 33 kilómetros. Se trata de una costa considerablemente accidentada, alta, rocosa de gran belleza y con playas o pequeñas calas que se corresponden con las desembocaduras de barrancos o barranquillos. 

       
  Hacia el sur pequeños campos de cultivo agrícola: Me ha parecido ver terrenos de tomate... agricultura de plásticos y aloe vera y palmerales.

                                            

                   


   Antes de llegar a la playa me doy una vuelta por el pueblo. No es gran cosa. La iglesia preside la calle principal y la Plaza.

              

    Una señora me recomienda que pase por la pastelería de San Nicolás. No me arrepentiré. Bueno, una vez allí no me llama mucho la atención.

    

   Me dirijo a la playa. He leído y recuerdo haberlo visto en algún vídeo que aquí se celebra la Fiesta del Charco, única en Canarias. Se celebra cada 11 de septiembre en el marco de las Fiestas Patronales de San Nicolás de Tolentino. Se nota que es una zona de pescadores. Vamos allá.
                 
        
    Se basa en una antigua técnica de pesca prehispánica que consiste en aturdir los peces con savia de plantas como el cardón o la tabaiba para luego capturarlos con las manos.


      Este evento singular celebra la técnica ancestral de pesca por narcotización, conocida localmente como embarbascar, que se realizaba en la histórica charca "La Marciega"
 

   Hoy en día, la fiesta convierte esta práctica ancestral en una celebración cultural, destacando el valioso legado y las costumbres del antiguo pueblo canario.

        




































































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