lunes, 29 de abril de 2024

Granada, sus monumentos religiosos

  Esto es lo que he leído sobre los orígenes de la catedral de Granada. 
 La conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492 y la repentina muerte de Isabel la Católica en 1506 aceleró la construcción de la Capilla Real para darle sepultura, en el lugar que ocupaba entonces la mezquita mayor (una vez más). 
  El emplazamiento, en el centro de Granada, serviría para comenzar a construir la nueva catedral, cuya primera piedra se colocó , el día de la Encarnación, bajo la dirección de Enrique Egas, arquitecto predilecto de los Reyes Católicos.


  Diego de Siloé, modificó el proyecto para darle mayor grandiosidad al templo gótico y dándole un estilo mucho más renacentista.  Quedaron sin levantarse las dos torres previstas, dejando la fachada actual con una sola. 
    El autor de la fachada principal  es Alonso Cano, pintor, escultor y arquitecto del siglo XVII, quien no pudo ver la obra terminada.
                                                  

 La fachada es un notable ejemplo del Barroco Renacentista, con una característica triple arcada coronada por seis pináculos y una gran cruz central que miran a la pequeña plaza de las Pasiegas.



   Una vez en el interior, me encuentro un templo de cuerpo basilical de cinco naves, con una planta que da protagonismo central a la eucaristía, próxima a los fieles, y que reserva su capilla mayor como función funeraria, según los deseos de Carlos V.


  Otro aspecto  es su luminosidad. Los altos ventanales permiten la entrada de luz  que refleja en el enlosado blanquinegro y se apoya en la claridad de las paredes encaladas. 
 Dos espléndidos órganos del siglo XVIII situados en el lado de la epístola y del evangelio, respectivamente.

                        

   También destaca el facistol, el atril sobre el que se colocan los libros corales, diseñado por Alonso Cano en 1652.
 
 
  
  La Capilla Mayor constituye un elemento central en el templo, al haber sido concebida originalmente como panteón real por petición de Carlos V. La decisión de Felipe II de construir el Monasterio de El Escorial y enterrar allí a los reyes españoles desbarató la idea de su padre.
  La Capilla Mayor es una amplia rotonda con siete arcos sobre los que se disponían los nichos previstos para los féretros de los monarcas. Sobre ellos, siete pinturas del propio Alonso Cano y por encima 14 vidrieras cromáticas.


                                            Justo al lado de la catedral está la La Capilla Real
                                                                
                 El ticket de la catedral me sirve para entrar a la Capilla, pero no me libra de la cola...


    Los Reyes Católicos estuvieron tan ligados a Granada, que Isabel la Católica decidió que quería ser enterrada en esta ciudad. 
   El arquitecto Enrique Egas construyó la Capilla Real entre los años 1506 y 1517. Isabel la Católica murió en el año 1504 y el rey Fernando en 1516. Como la Capilla Real no estaba acabada, estuvieron unos años enterrados en el convento de San Francisco de la Alhambra.
    

   Fue en el año 1521 cuando Carlos I, cumplió con la voluntad de sus abuelos y movió los cuerpos de los Reyes Católicos a la Capilla Real de Granada. También está el sepulcro de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.

   Además ya en la cripta, hay un quinto cuerpo que es el Miguel de la Paz, nieto de los Reyes Católicos que murió a los 2 años de edad.


Aquí todo está a mano. Salgo de la Capilla Real y me encuentro con  La Madraza y la Alcaicería


Situada junto a la primitiva Mezquita principal este palacio fue la primera unoiversiidad del 
Al- Ándalus. Hoy forma parte de la Universidad de Granada.

 
   La Alcaicería es un lugar que en la Granada nazarí se dedicaba a la venta de tejidos y productos artesanos. En la actualidad está dedicada a la venta de artesanía: loza de Fajalauza, la taracea o
incrustación de madera y las farolas de cristal coloreado.
 


  Me habían comentado que uno de los imperdibles de Granada era  La Cartuja. Cojo el coche y gracias al GPS, me acerco a la colina a primera hora de esta mañana lluviosa. 
  Se alza la Cartuja de Granada sobre los cerros de Aynadamar, lugar por el que los musulmanes sintieron un gran aprecio. Actualmente el entorno ha cambiado radicalmente por los edificios universitarios que se han levantado a su alrededor.

   La entrada al conjunto se realiza por una portada de estilo plateresco, realizada en el siglo XVI . La constituye un arco de medio punto, sobre el que hay una hornacina que acoge una imagen de la Virgen.

                                             

   A través de ella se llega a un gran compás -patio-, al fondo del cual una amplia escalinata nos lleva a la entrada de la iglesia. Destaca en este espacio un magnífico empedrado granadino del siglo XVI.


      A la entrada me encuentro con esta maqueta. Me gusta orientarme, dominar el espacio y ver dónde piso...

    El claustrillo al parecer fue trazado por Fray Alonso de Ledesma, a mediados del s. XVI, como la iglesia y el gran claustro que se arruinó a mediados del s. XIX.
A él se accede a través de una puerta situada a la derecha de la entrada a la iglesia. El Patio está centrado, por una fuente, y a él se abren galerías de arcos de medio punto sobre columnas de capitel dórico. En torno a él se distribuyen las diversas dependencias del monasterio. 

    El Refectorio, de planta rectangular y cubierto, con bóvedas ojivales se comenzó a construir en 1531. De sus muros cuelgan los lienzos realizados por Sánchez Cotán sobre el origen y el comienzo de la Orden Cartujana. Preside el testero la Santa Cena.

       

                                                             La última cena preside el Refectorio
              

    Comunicando con el Refectorio se encuentra la Sala de Profundis, construida en 1600. Aquí se halla un pequeño retablo con un lienzo de San Pedro y San Pablo, del mismo autor. Rezos previos al refrigerio.
                                      
            
            San Bruno y Monjes enterrados con su nombre en la  losa blanca del claustrillo.

             
                                 
   La Sala Capitular de Legos es la más antigua edificación del monasterio (1517). Tiene planta rectangular y se cubre con bóveda de crucería. Los lienzos que cuelgan de sus muros describen temas de la vida de los cartujos.
                                 

      La iglesia (s. XVI) tiene tres puertas de acceso, una para los fieles y las otras dos que, comunicando con el claustrillo, fueron para los monjes y los legos.

                                                

   Su planta es de una sola nave dividida en cuatro tramos, utilizando para esta separación elementos como el retablo que separa el coro de legos del de los monjes. En el espacio de los pies de la iglesia se situaban los fieles, el siguiente estaba dedicado a los legos, y a continuación el de los monjes, para culminar en el presbiterio.



  En el Presbiterio, cubierto con bóveda elíptica, destaca el altar mayor; se trata de un altar-baldaquino de madera dorada que deja transparentar el gran cristal que dentro de un arco, de medio punto separa el presbítero del Sancta Santorum. 


   La cúpula que cubre este espacio la decoró con pintura al fresco, el artista cordobés Antonio Palomino (s. XVIII). Impresionante.
    La sacristía está situada a la, izquierda del Presbiterio. Presenta planta rectangular, dividida en cuatro tramos, cubiertos con bóvedas de medio punto los tres primeros y elíptico el último. 
 El retablo, de mármol de Lanjarón, se realizó en 1780; en él aparecen las imágenes de San Bruno y la Inmaculada. 
  La Sacristía de Granada es como una continuación del arte nazarí, a la vez que una creación nueva. La decoración se completa con los altos zócalos de mármol y las bellas cajoneras de taraceas, como las puertas, realizadas por un lego cartujo 


       En la galería del patio, junto a la nave de la iglesia, hay cuatro capillas, en una de ellas he encontrado este Ecce Homo.
   El hecho de que fueran escultores de afición y no de profesión, normalmente eran legos, pudiera explicar su independencia, especialización y fama alcanzada con sus Ecce Homo de barro cocido, tanto en esculturas exentas como en relieves. 
                                          
                                                   
 
                  Ha empezado a llover y he aparcado el coche detrás de la Cartuja, cerca de la facultad de Teología. Me ha gustado mucho la visita al Monasterio Cartujo.

   Sigue lloviendo y aprovecho mi ticket combo para visitar el Monasterio de San Jerónimo, también muy recomendado.


   Este recinto se conoce como Claustro de la Emperatriz porque en él residió, en 1526, Isabel de Portugal, la esposa de Carlos Primero, rey de España y Quinto Emperador del Sacro Imperio.

                         
     
Tras su matrimonio en 1526, Carlos e Isabel viajaron a Granada y, tras presenciar varios terremotos,

 
 La Emperatriz decidió alojarse en el Monasterio de San Jerónimo, por considerarlo un lugar más seguro. Durante su estancia en estas tranquilas dependencias, quedó embarazada del que sería el deseado heredero, que un día reinaría con el nombre de Felipe II.


Entrada a la iglesia desde el claustro.
  

     La iglesia consta de una sola nave rectangular de cuatro tramos, a la que se abren las capillas laterales. La nave de la iglesia está construida siguiendo el estilo tardo gótico, que se transforma en renacentista en la Capilla Mayor. 

                 

                           
   
En el siglo XVIII, los monjes decidieron cubrir techos y paredes con pinturas murales. Esta tarea fue encomendada al taller de Juan de Medina, que ejecutó el encargo entre 1723 y 1735.



   La gran maquinaria de este retablo es obra sumamente discutida, atribuyéndole las trazas a Siloé, siendo profundamente ampliado por Pedro Orrea.


   Cabe resaltar que en la Capilla Mayor reposan los restos de Gonzalo Fernández de Córdoba y su esposa, María Manrique, Duquesa de Sessa. Gonzalo fue un famoso militar al servicio de los Reyes Católicos que participó en todas sus grandes gestas de finales del siglo XV y principios del XVI.
En los laterales del retablo aparecen las figuras orantes del Gran Capitán y su mujer, la Duquesa de Sessa.



El Claustro Procesional o Principal, de estilo gótico, era la zona en la que los monjes desarrollaban la mayor parte de su vida. En su entrada podemos ver escrito el lema del monasterio “Soli Deo honor et gloria” (Sólo a Dios honor y gloria) y el año de su construcción: 1593.
Destaca su genuina decoración del Renacimiento y sus jardines llenos de naranjos, junto con los 7 arcosolios a modo de capillas.

   En el Monasterio de San Jerónimo de Granada se organizan una serie de dependencias donde destaca el refectorio, lugar donde la comunidad se reunía para comer y, 


   La sala profundis, llamada así por ser la estancia donde los monjes entonaban el Salmo 129.
Esta sala se llama así porque los monjes, antes de entrar en el comedor, rezaban el salmo de profundis (desde lo profundo, clamo a Ti, Señor)
En la pila que hay en la sala se lavaban los monjes antes de entrar al comedor.
Tiene una portada plateresca de Siloé

 

      También se encuentra la Sala Capitular que cuenta con la lápida sepulcral de Pedro Ramiro de Alva, prior del monasterio y arzobispo de Granada entre 1526 y 1528.

 

Finalmente, en la sacristía, cobra protagonismo una mesa calicera de mármol procedente de El Carmen de los Mártires.

En Granada sigue lloviendo, pero aquí están de boda y comuniones.

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