viernes, 5 de abril de 2024

Una semana en CANTABRIA, Santander


   El Imserso nos obsequia con un tour guiado por la ciudad. Es la única salida conjunta que hacemos y no me vendrá mal para recordar todos estos lugares. Primero haremos una visita en autobús y luego continuaremos andando por la zona del centro.
    El bus nos lleva por los jardines de Pereda, todo el paseo marítimo y tras llegar al Sardinero, nos devuelve a la Plaza Porticada.     


     Ya caminando con una guía enamorada de Santander, hacemos la primera parada frente a la Catedral. Santander no se puede conocer, sin mentar el incendio de 1946,  la explosión de la carga de dinamita del buque Machichaco en 1893, hoy Matxitxako, y los continuos robos de la ciudad al mar. La guía hace hincapié en todas estas cosas para entender bien dónde estamos pisando. Terrenos robados al mar en sucesivas momentos de la historia.
    
     Somorrostro es un pequeño promontorio, elegido por los romanos como punto de abastecimiento. El mar llegaba hasta aquí. Posteriormente una muralla lo protegió y un castillo se hizo presente: Las famosas atalayas cántabras. Y es aquí donde se edifica la catedral. De estilo gótico, pero con bastantes reconstrucciones posteriores. (XII-XIV-XVII y mediados del XX)
      La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción son dos en una : La iglesia alta para visitar y la iglesia baja, la cripta, donde se realizan los oficios religiosos, principalmente.

    Plaza de la catedral o de las atarazanas


La iglesia alta es la que salió perjudicada tras el incendio de 1946, por lo que tuvo que ser reconstruida, respetando el estilo gótico incluyendo cimborrio y girola, lo que le dio mayor amplitud que la original.
No está muy decorada en su interior, salvo en la puerta de entrada. Hay unos antiguos escudos reales  de castillos y leones del Reino de España. Me han gustado.

                     

    En las naves laterales hay capillas diversas. A mí me han llamado la atención la tumba del polígrafo santanderino Marcelino Menéndez y Pelayo; la de la Virgen bien Aparecida patrona de Santander y una pequeña capilla con un fresco de la Virgen embarazada.


   Al viejo claustro se accede por esta puerta principal. Al igual que la catedral, es de un gótico sobrio. Las naves cierran el jardín con galerías arqueadas y esbeltos parteluces.


   La iglesia baja o de Cristo o Cripta es más pequeña y está justo debajo de la iglesia alta y en su construcción aparecieron vestigios de un primitivo asentamiento romano.


   Me ha sorprendido su poca altura, sus bóvedas bajas y las fuertes pilastras. Y cómo no, las reliquias de San Emeterio y de San Celedonio de los cuales hay leyendas fabulosas sobre su aparición en Santander... A propósito, ambos son los patronos de la ciudad.


           Salimos de la Catedral y en la misma Plaza, llamada Plaza de las Atarazanas en recuerdo de los astilleros reales (recordad que hasta aquí llegaba el mar) vemos este edificio: Correos.
Fue el único edificio de la zona que se salvó del incendio de 1946. Hoy parece que se va a destinar a un museo de arte... La estatua es de Alfonso XIII en recuerdo de sus vacaciones santanderinas.


   Caminamos todos juntos por los jardines de Pereda para llegar al Edificio Botín. Está situado en una zona estratégica frente a la bahía. Destinado a estimular el desarrollo económico, social y cultural de la  ciudad. 
   Cuando acaba la charla subo a la azotea del edificio pues hay unas bonitas vistas de la bahía y el día me invita... Saco una foto de la grúa de piedra, la primitiva grúa que realizaba la descarga de las mercancías...


         La charla se ha acabado por parte de la guía y yo voy a recorrer todo el paseo marítimo, A ver qué me encuentro.
         
           Ahí están, los raqueros: Unos niños que se zambullían en el mar buscando las monedas que los paseantes les lanzaban. Yo los conocí en el puerto de Donosti.


La dársena de Puertochico, el antiguo puerto pesquero que hoy hospeda a barcos deportivos y de recreo. Y el Planetario


      El dique de Gamazo, es el antiguo astillero y hoy forma parte del patrimonio industrial de la ciudad. Se construyó a principios del XX y por el pasaron multitud de barcos. Lo de Gamazo es por este político liberal del XIX.
 Es un dique seco que puede llenarse de agua por unas compuertas. Lo jubilaron en los años 80.



Palacio de Festivales, tumbonas relajantes y Museo Marítimo


    Y llego a las playas. La marea está baja y me animo a caminar por la orilla. Hay una pequeña brisa y me lanzo por la playa de los peligros, la playa de la Magdalena y la playa de los biquinis.


      Dejo la arena en la playa y subo por los jardines que rodean hacia el Palacio de la Magdalena. Me asomo al precipicio y descubro el Cantábrico. He dejado atrás la bahía. Un santanderino que camina por la playa me ayuda a orientarme, pues estaba confundido. Ubico Pedreña, Astillero y peña Camarga con su pirulí, La bahía es de orientación sur y la Magdalena está hacia el Este... Menuda clase práctica.


    Y aparece el Palacio de la Magdalena, sobresaliendo en su península. Me trae recuerdos del 2008 cuando estuve dando aquí un curso de verano.  ¡Cómo pasa el tiempo!


 

                  Dejo atrás el palacio y me doy cuenta que llevo toda la mañana caminando. Estos marinos cántabros, no caminaban, navegaban. Y en estos barcos... ¡Valientes!

 


         Bonita atalaya para hacerme una foto. Playa del camello, ¿pero dónde está el cuadrúpedo jorobado?  ¿Tú lo ves?


     Salgo de la península de la Magdalena y me dirijo hacia la zona del Sardinero. Hay mucha gente y hoy es lunes, pero de Pascua y en Cantabria y País Vasco es festivo. Aprovecho para tomar una cerveza, pues la caminata me ha dado sed.


              No me gusta el juego de azar, pero este Casino es realmente bonito y sugerente...


    Ando un poco sobre mis pasos, para salir del ajetreo del Sardinero y tomo un autobús que me devuelve al Paseo Pereda. La guía me ha recomendado un mercado gourmet aquí al lado. Es el mercado del Este, pero confunde lo de Museo...


                           

            Es el sitio ideal para tomar unas raciones. ¡Marchando una de Rabas y otra de croquetas varias!
    Las croquetas de cabracho, riquísimas.


     Para bajar un poco las dos cervezas me doy un paseo por la Plaza Porticada, también llamada Plaza de Pedro Velarde, por razones obvias. Tras el famosos incendio se construyó esta plaza porticada de estilo neoclásico herreriano, allá por 1950.
     
  

     Dando una vuelta por la plaza, veo que se pueden visitar restos de la antigua muralla en unos bajos acristalados. Para algo sirvió el incendio.,,
     También me encuentro con un refugio antiaéreo de la guerra civil...



    La guía nos ha comentado de la existencia de unas escaleras eléctricas y un funicular que te ayuda a subir el cerro que empieza justo detrás de la Plaza Porticada, Santander es un sube y abaja. Desde allí hay unas buenas vistas de los tejados de la ciudad. Tengo tiempo y el clima está cambiante.... Después de una mañana preciosa se acaba de nublar...
    Bueno, las vistas de la bahía no me la esperaba.
Bajo andando, tampoco es tanto y encuentro una tasca que en mis lecturas de blogs sobre Santander recomendaban; El Riojano.
   Dicen que este restaurante sirve el mejor cocido montañés. Hoy está cerrado.



       Menos mal que no llueve, aunque el cielo está gris. Vuelvo hacia la Plaza de la Catedral y me fijo en un detalle que no había visto esta mañana. Es el año jubilar lebaniego. Recuerdo que hace dos años hice ese camino...


         Anochece y el ayuntamiento se ilumina para decirme adiós. La gente se retira pues mañana es día de trabajo.


    Día y noche del monumento a José María Pereda. Recuerdo que nos hicieron leer en el bachillerato dos de sus obras Sotileza y Peñas arriba.


















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