lunes, 29 de abril de 2024

Málaga, turismo cultural

   Hoy toca turismo de ciudad. Málaga ciudad está a unos 40 minutos en coche de Nerja y es todo autopista. Hace buen día y a las 10:00 h ya estoy buscando aparcamiento por las calles malagueñas.

Mi primer objetivo es subir al castillo. Subiré en autobús y bajaré andando. No hay tiempo que perder.
  El Castillo de Gibralfaro fue erigido en el siglo XIV para resguardar la Alcazaba y sus tropas.
  Su nombre, Jabal-Faruk o monte del faro, proviene de un antiguo faro ubicado en su cima. Aunque con presencia fenicia y romana, fue el rey nazarita Yusuf I quien lo transformó en una imponente fortaleza en 1340.
  Durante la Reconquista cristiana, fue convertido en residencia temporal por Fernando del Católico tras la victoria y designado como elemento clave en el escudo de armas de la ciudad.

  Considerado durante un tiempo la fortaleza más inexpugnable de la Península Ibérica, cuenta con dos líneas de murallas y ocho torres.


        La muralla exterior se conecta con la Coracha, muros en zig-zag que suben hasta el monte.

  Dividido en dos secciones, el patio principal, en la parte superior, alberga el Centro de Interpretación, donde se sumerge en la historia del castillo a través de sus habitantes.


Aprovecho la maqueta para orientarme un poco antes del paseo


Asciendo a la muralla interior que me permite un recorrido completo del perímetro de la fortaleza. 

 La torre Mayor tiene unos 17 metros de altura.


   La parte inferior, o patio de armas, solía albergar barracones de tropas y caballerizas. Hoy una gran parte está ajardinada. Hay incluso una plantación de aromáticas con sus respectivos carteles informativos.

 
     En el paseo por el adarve, me llama la atención la torre Albarrana o torre Blanca, que conserva un aljibe, dependencias y almacenes en su interior.
 

       Desde las murallas se pueden ver vistas panorámicas impresionantes de la ciudad. Hoy es uno de los atractivos de Málaga y muchos subimos al castillo para disfrutar de ellas.

         

                                       Bueno, ya va siendo hora de descender hacia la Alcazaba.


   A pesar de la cantidad de gente que sube y baja de la Alcazaba al Castillo y del Castillo a la Alcazaba, como es mi caso, consigo hacer esta foto en solitario del camino... Y llego al famoso mirador. Un joven está tocando el violín. Suena un tango de Gardel.

  

   

       La palabra Alcazaba proviene del árabe clásico “qasabah” y hace alusión a una fortificación dentro de una población amurallada. Es decir, es una ciudadela fortificada. Este hecho es lo que lo diferencia de un castillo, que no cuenta con una medina en su interior.
  La Alcazaba suele contar con un barrio de viviendas y un palacete donde residía un gobernador. También estas fortalezas musulmanas cuentan con silos y aljibes, para que las tropas y población puedan sobrevivir a la amenaza de un asedio.


   Está considerada una de las alcazabas más bellas que se pueden visitar en España.
Construida a las faldas del monte de Gibralfaro, donde anteriormente existirían algunos restos fenicios. Esta ubicación le da una dominación estratégica en la defensa de la ciudad.
Es una bonita maqueta que me recibe en la entrada.


   La Alcazaba de Málaga cuenta hoy en día con una superficie de 15.000 metros cuadrados, sin embargo, en época musulmana este tamaño era muy superior puesto que se han perdido parte del amurallamiento y el terreno del Haza Baja.
   Su construcción fue llevada a cabo por los musulmanes que ocuparon la Península Ibérica durante la Edad Media. No obstante, sus procesos de construcción están marcados por una evolución histórica y topográfica, pasando por numerosos cambios y circunstancias.

                                                   

   Desde el acceso inicial hasta la llegada a los palacios es un camino laberíntico entre las murallas, torres y puertas que desorientan a todo el que entra por sus puertas.

      

     La Alcazaba es conocida como la hermana pequeña de la Alhambra al contar con un estilo arquitectónico y artístico muy similar.
  Este palacio fortificado cuenta con unas increíbles vistas de la ciudad. Dentro de la Alcazaba encuentro hermosos jardines, palacios y un conjunto de torres y murallas laberínticas.

                          

   Fue construido entre los siglos XI y XV por los musulmanes. Dentro de este recinto amurallado vivía el gobernador, los altos funcionarios de la ciudad y una guarnición de soldados.




  Se convirtió en una fortificación casi inexpugnable, gracias también a su doble anillo de murallas, sus decenas de torres que cubrían casi todos los ángulos y las puertas de recodo que dificultan el acceso de tropas enemigas.



   Hoy en la Alcazaba no corresponde a las construcciones iniciales sino a las que se fueron desarrollando a partir del siglo XIII tras las conquista del reino nazarita. Es por ello, que se puede observar la influencia de la tradición en la arquitectura granadina, creando jardines, estanques, decoración muy refinada en la que en los interiores los alarifes crean un juego de luz y sombra dando al espacio un aire místico.

                    



   La Alcazaba cuenta con varios palacios en su interior que comparten una cierta similitud (aunque a menor menor escala) a los palacios la Alhambra de Granada.
  Esto se debe al hecho de que Málaga perteneció al Reino de Granada y se encontraba bajo control de la dinastía nazarí.












   Teatro Romano de Málaga fue construido en los primeros años del siglo I d.C, es decir, a comienzos del Imperio.
 

  Con anterioridad al teatro, en este espacio se localizaban unas termas de las que se conserva parte de un suelo de opus spicatum. El teatro se construye, en parte, sobre las estructuras de estas termas. Al fondo la Alcazaba.

                     

   El Teatro Romano de Málaga es un teatro de medianas dimensiones que conserva gran parte de la cavea o graderío, la orchestra ricamente decorada con grandes losas de mármol, y la scaena, en la que hoy se ha reproducido el pavimento . El aparato escénico cerraría al fondo con una fachada ornamental decorada con vanos, columnas y esculturas, de las que se han recuperado varios ejemplares.

               

   Desde el punto de vista constructivo, es una obra mixta ya que aprovecha, por un lado, parte de la ladera del cerro para asentar un sector importante de la cavea (gradas de asientos), al estilo de los teatros griegos, y el resto se alza sobre cimentaciones artificiales.

                     

   A partir del s. V d. C. se produce un nuevo cambio de uso. El espacio del teatro romano se presenta como una zona de necrópolis de la que se han excavado una serie de enterramientos de tejas de doble vertiente. Se conservan algunas tumbas a un nivel más elevado que el teatro, al oeste del centro de interpretación.

                               

























No hay comentarios:

Publicar un comentario