viernes, 5 de abril de 2024

Una semana en CANTABRIA, la Costa Quebrada y el bosque de Secuoyas

       La Costa Quebrada es una lección de geología al aire libre. Su historia geológica se remonta hasta hace 125 millones de años, y es que esta costa está compuesta de estratificaciones de fósiles de aquella época. La Costa Quebrada se encuentra concretamente en un pliegue geológico y la erosión marina y el paso de los siglos han convertido esta zona en una combinación perfecta de plataformas de abrasión y acantilados. Conozco la ruta de los Flysch de Zumaia y aquí me los vuelvo a encontrar.

       Y entre acantilado y acantilado lo que voy a descubrir son calas salvajes y enclaves costeros que parecen de otro planeta ( lo estoy leyendo en un cartel informativo).

    Un camino que acompaña y se asoma al acantilado me invita a seguirlo...

      

Playa de la Arnía
    Me encanta esta playa, no lo puedo remediar. Me parece una joya.  Me siento y disfruto.
   Como playa para tomar el sol reconozco que no es muy práctica ya que el arenal para tumbarse en ella no llega a apenas 200 metros y supongo que en verano se llenará de gente, pero, su entorno entorno es  flipante.

 

    A la izquierda de la playa me encuentro una plataforma de abrasión llana y justo enfrente los Urros de Liencres, unas grandes rocas que son los símbolos de la Costa Quebrada.


    Las plataformas de abrasión se producen por procesos de erosión causados por el oleaje en la base de un acantilado, formando una superficie horizontal. 
    La erosión depende de la configuración de la costa, de la energía de las olas, y de la composición  de las rocas ( lo acabo de leer en un cartel informativo).
    ¡Menudo espectáculo!

       Desde la Playa de la Arnía y tras unos chalets que creo no respetan la ley de costas, parte un sendero precioso por la ladera que te lleva a la siguiente playa y a la siguiente... Como en el juego de la oca.   

           

Playa de Portío
  El acceso a esta playa es bastante sencillo. Sólo he tenido que seguir el camino y bajar unas escaleras adaptadas.
  La playa no es muy grande, tiene apenas 150 metros, pero el paisaje es para nota. Sobre todo te das cuenta de ello, cuando llego a la siguiente playa y veo la playa de Portío enfrente. 




                 Playa de los caballos
              Yo no veo caballos, pero alguien me vigila...¡Ahí está la cara! En la playa unos surferos cogen olas.

  

   Las dunas de Liencres 
 Las dunas se encuentran en la margen izquierda de la desembocadura del Pas, en una zona peninsular limitada por la ría de Mogro y varias playas adyacentes. Las montañas arenosas se han ido fijando por la repoblación con pino marítimo  efectuada allí a mitad del siglo XX.




¿Y qué cojones hace un bosque de Secuoyas en Cantabria?
La verdad es que resulta realmente curioso encontrarte con dos hectáreas y media de secuoyas en una zona tan atípica para estas plantaciones como es Cantabria. Las secuoyas es un especie común de la Costa Oeste de EEUU, que yo sepa. Todos hemos visto la foto de la secuoya túnel...

  Realmente las secuoyas se plantaron en Cantabria por necesidades industriales de la zona alrededor del año 1940, durante la época del franquismo. Se decidieron plantar 848 secuoyas en esta zona dada la rapidez con la que crecen estos árboles y así aprovechar la madera para la industria, de esta forma no sería necesario depender de materias primas exteriores.
Cuando crecieron ya no les interesó cortarlas y ahí se quedaron plantadas para el disfrute del personal.



 Dejo el coche en el aparcamiento, justo al lado de la carretera y camino por un carril bici hasta,la entrada al bosque. Cruzo la entrada y tomo  una pasarela de madera. La pasarela tiene muy poca pendiente y en apenas unos metros llegas a la profundidad del bosque. Antes de penetrar en el bosque me informo de lo que me voy a encontrar.

 


    El bosque va absorbiendo la luz. Los árboles se convierten en los actores principales de la obra y mientras se alza el telón. La oscuridad se va adueñando del paisaje.

 

   El entorno no puede ser más peculiar. Y es que este bosque tiene secuoyas de hasta 40 metros de altura, y un perímetro de unos dos metros. Yo creo que para abrazar algunas secuoyas se necesitan al menos tres personas.

 
    
    No hay gente y el bosque me penetra. Me siento entre las hojas y me relajo. Giro mi cabeza para buscar la luz. Está muy alta. 
     Sin darme cuenta y ya ha pasado una hora. Vuelvo sobre mis pasos antes de que la noche caiga de verdad.

 













    




No hay comentarios:

Publicar un comentario