Su interior constituye una maravilla geológica y espeleológica a nivel internacional, con grandes superficies tapizadas de aragonitos, falsos techos, gours, estalactitas y estalagmitas y concreciones excéntricas de extraordinaria belleza.
Hay que destacar el «falso suelo», una zona considerada por todos los espeleólogos como la «Capilla Sixtina» del mundo subterráneo, por su grandiosidad, disposición y conservación.
La cueva posee una longitud total de unos 17 kilómetros, aunque la visita turística actualmente contempla un recorrido de 1.500 metros a través de dos de sus ocho galerías, La Gorda y Los Fantasmas.
La entrada se realiza igualmente por el tren minero, y a pie hasta la zona del Falso Suelo dónde comienza la aventura. Soy Minero...La salida de la mina me recibe con la vista en lontananza del pico Arriellu
En Puente Viesgo, al borde del río Pas, se alza el Monte Castillo, una elevación caliza de forma cónica que esconde en su interior un intrincado laberinto de cuevas frecuentadas por el hombre durante al menos los últimos 150.000 años.
Su depósito estratigráfico, de unos 20 metros de profundidad, situado en la zona exterior a modo de abrigo, contiene abundantísimas evidencias de ocupación humana. Su estudio permite tener conocimiento de las condiciones ambientales, la flora y fauna, de la anatomía humana, el desarrollo tecnológico, las actividades económicas y el comportamiento social y simbólico de los últimos 150.000 años.
No te confíes. ¡Cuidado con el oso cavernario!
Las representaciones ejemplifican las técnicas, los temas y los recursos gráficos que los artistas del Paleolítico superior (36.000-10.000 a.C.) utilizaron para expresar su mentalidad.
Los signos de la cueva: Los signos son abundantes, destacando las agrupaciones de puntos y las formas rectangulares.
Los animales y las figuras humanas
Caballos, bisontes, ciervos y ciervas, uros, cabras, un mamut, etc., forman el elenco figurativo animal, un bestiario variado que representa a parte de los animales que cohabitaron con el hombre. Se encuentran situados a 2 km del núcleo urbano de Santillana del Mar, perteneciente a la comunidad autónoma de Cantabria en el norte de España.
La Cueva de Altamira fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985 y su techo de los polícromos ha recibido calificativos como la Capilla Sixtina del arte rupestre.
La creación de una escena integrando varias figuras, el uso de relieves propios de la cueva para generar volúmenes y la perfección en la técnica del grabado, que consigue claroscuros con sólo dos pigmentos, el negro del carbón vegetal y el rojo de óxidos, hacen única esta cueva.
Fue en 1868 y 1879 cuando se encontraron grabados del Homo Sapiens, correspondientes al Paleolítico Superior Magdaleniense y un número más reducido del Solutrense, en la conocida Cueva de Altamira, pero debido al deterioro de las mismas, se restringió el acceso
, y se construyó, junto a la cueva original, las nuevas instalaciones del Museo de Altamira y la Neocueva, réplica fidedigna y minuciosa de la original.
Pertenecen al solutrense, pinturas en rojo monocromas que representan caballos, una cabra, manos en negativo, y otras sin identificar.
Se atribuye al magdaleniense, hace 14500 años aproximadamente, el resto de pinturas del Techo de los Polícromos: una manada de bisontes, una cierva, caballos, un posible jabalí y otros signos sin clara identificación por el momento.
En la galería más alejada y estrecha, se encuentran los caballos, ciervos, bisontes y figuras abstractas “tectiformes” de la Cola de Caballo.
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