viernes, 5 de abril de 2024

Una semana en CANTABRIA, Castro Urdiales y San Vicente de la Barquera.

   La atalaya de algunas localidades cántabras:  Los alrededores de la dársena del puerto, la iglesia gótica de santa María y el faro sobre el castillo constituyen los atractivos más significativos de esta villa marinera. 

   Dentro de su patrimonio civil también destaca el edificio que alberga el ayuntamiento, así como un conjunto de edificios modernistas de finales del siglo XIX y principios del XX que constituyen el núcleo urbano declarado Conjunto Histórico Artístico en 1978.


     El recorrido por Castro lo comienzo por el Parque de Cotolino, situado en la zona más oriental. Es una zona natural, un espectacular saliente de la costa hacia el mar. Aparco el coche sin preocuparme del lugar. Hoy es festivo en Cantabria.



   Inicio el Paseo Marítimo, que recorre gran parte de la villa y que acaba en el Rompeolas. Nada más empezar tras un mirador marinero, llego a una bonita playa, Brazomar


  Muy próximo bajo un cielo gris, el Chalet de Sutileza, construcción que presenta las características principales de la Escuela Montañesa, y el Palacio-Castillo de Ocharán de inspiración neomudéjar y neogótica.


   Sigo por el Paseo y llego al muelle de Don Luis, emplazamiento donde se ha construido el solarium, que junto con la playa, forma una pequeña bahía de aguas tranquilas; pienso que son el lugar perfecto para disfrutar, sin peligro, de un buen baño.
 
                             

  Continuo mi recorrido disfrutando del Mar Cantábrico y de las construcciones residenciales que fueron surgiendo a partir del siglo XIX. Llego al Muelle de Eguilior y al Parque de Amestoy.  Aprovecho la oficina de Información y turismo para "recoger información".

  

A pesar del gris del cielo y el sirimiri, el paseo es muy agradable.

     Después del parque, llego a la zona más popular de Castro su Pueblo Viejo. Un lugar para perderme por sus callejuelas y disfrutar de su ambiente marinero y de sus casas populares. Sigo por el paseo hasta la plaza del Ayuntamiento, rodeada de soportales en los que abundan las tascas, mesones y restaurantes. 

 

  Aquí encuentro el muelle, donde están atracadas sus barquitos y en esta ocasión su trainera, La Marinera, una de las más famosas del Cantábrico.


              Finalizo el paseo y veo en lo alto la Iglesia de Santa María, majestuosa vigía del mar. 

                  

    De camino veo la Casa de los Chelines, no sé de dónde viene ese nombre, pero así le llaman. Más adelante y justo enfrente está la Ermita de Santa Ana, que está unida al Castillo-Faro a través del puente medieval.

                                      
     En Castro Urdiales se encuentra la Iglesia gótica más importante de la región, la Iglesia de Santa Maria, del siglo XIII y reúne todas las características constructivas del gótico clásico. 
    


                              

     En el extremo del promontorio y próximo a la iglesia, se encuentra el castillo medieval, dominando el acceso marítimo, convertido en faro. El castillo sostiene la linterna que se iluminó por primera vez en 1853, y que desde esa fecha está funcionando como faro. 
   Frente a él y unida por el llamado puente medieval, se encuentra la ermita de Santa Ana.

                          
      Ha pasado la Semana Santa, pero todavía está la exposición de play-móvil sobre la Pasión de Cristo. Entro a echar un vistazo.
      

Desde esta atalaya me despido de Castro Urdiales. Al fondo quiero entrever el cabo Machichaco.




Aprovecho que vengo de la Cueva del Soplao, para visitar San Vicente de la Barquera. Allí la veo. 




   La Ría de la Rabia, también conocida como Ría de Oyambre, es un estuario en la costa oeste de Cantabria. Situada entre San Vicente de la Barquera, Valdáliga y Comillas. 
   Este humedal forma parte del Parque Natural de Oyambre  y es alimentado por pequeños arroyos, destacando el río Turbio.


   Leo en uno de los carteles informativos a la entrada del pueblo que no se conoce mucho acerca de los primeros asentamientos en esta zona. Sí consta que en su momento fue la Portus Vereasueca romana dada la posición estratégica que ocupa junto a la bahía. 
  Como villa fue fundada por Alfonso I a mediados del siglo VIII, cuando se alzó su castillo y a su alrededor se construyó el pueblo.
    Este cartel me indica lo imprescindible de esta atalaya marinera.

 

    El Castillo del Rey  fue construido en el año 1210 tras la concesión de fuero a la villa de San Vicente de la Barquera por Alfonso VIII . En 2002 fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Hoy estaba cerrado.





    Torreón del Preboste ubicado en plena Pueblo Viejo y levantado en el siglo XIII, se encuentra adosado a la antigua muralla. Su función fue la defensa de una de las puertas de entrada a la antigua villa, controlarla y cobrar el diezmo a la gente que accedía a ella. Posteriormente cumpliría el papel de Cárcel Pública de la villa. En la actualidad, su uso es albergar exposiciones temporales.

 

   El puente de la Maza es una importante obra de ingeniería medieval que comenzó a construirse en piedra en el siglo XV sobre otro anterior de madera que ya existía en el siglo VI. 
   Llegó a tener 32 arcos, siendo considerado como uno de los puentes más grandes del reino.
 El puente nuevo es de la época de Carlos III con medio kilómetro de longitud y permite cruzar la ría de San Vicente hasta la entrada de la villa.

Cuenta la tradición popular que si pides un deseo y cruzas el puente aguantando la respiración, éste se cumplirá, por eso se conoce también como el Puente de los Deseos. Cuando salga de San Vicente lo probaré...


    Al lado de la Iglesia de Santa María de los Ángeles y cerquita de la Torre del Preboste y el Castillo - Palacio , se encuentra este hospital (ahora en ruinas). Desde el siglo XVI sería refugio de los numerosos peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela . Apenas quedan en pie algunos fragmentos de sus muros.


   La iglesia de Santa María de los Ángeles está ubicada en la zona más alta de la villa en el casco antiguo, se construyó  entre los siglos XIII y XVI sobre, probablemente, otra iglesia anterior. En ella se aprecian con claridad las características del gótico montañés siendo uno de sus ejemplos más destacados de este tipo de arquitectura. 
   Lo que más llama la atención de esta iglesia es  su torre que puede verse desde cualquier punto de San Vicente. 


 



  La Iglesia cuenta además en una de sus capillas con la estatua del Inquisidor Corro que merecería un punto aparte porque está considerada como la escultura funeraria más bella de la región y una de las mejores obras del renacimiento español.



 

   Me doy una vuelta por la parte trasera de la iglesia y me encuentro con esta estructura de fortaleza. La iglesia se funde con las murallas.

  

                                  
                                                        Y desde las murallas este mirador a la ría.

              

   El santuario de la Virgen de la Barquera está situado en la entrada del puerto. Cuenta la tradición que la Virgen de la Barquera, patrona del municipio, hizo su aparición en una pequeña embarcación, sin tripulación, ni velas, ni remeros.
Estaba cerrada.


   El Faro de Punta de la Silla entró en funcionamiento en el año 1871 y fue incluído en el Primer Plan de Alumbrado, bajo el reinado de Isabel II. En la actualidad acoge el centro de interpretación del Parque Natural de Oyambre


      Vuelvo al centro del pueblo y busco en la plaza algún sitio para comer. El turismo abre el apetito.



y una cerveza





















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