miércoles, 5 de febrero de 2020

COLOMBIA, caminando por Bogotá, Monserrate



     Es un poco deformación profesional, pero la orientación y los puntos de referencia, son importantes para mí, cuando viajo. El cerro de Monserrate me va a ayudar en este aspecto. Domina el Este de la ciudad. Allá voy.


       Subo caminando desde la Candelaria, dejando atrás las facultades universitarias. Algunos desaconsejan hacerlo a pie, por seguridad. Yo sólo he visto a gente paseando y estudiantes preocupados por llegar a clase. Bueno, algunos se han saltado la clase de las 10:00 horas.


        Han sido 20 minutos de un grato paseo y llego a esta casona donde se venden los billetes del teleférico y funicular. Yo compraré un billete-combo: subo en funicular y bajo en teléferico.


        A la izquierda de la casona parten unas escaleras, que llegan hasta la cima. Son 1500 escalones junto con algunos tramos de sendero muy concurridos el fin de semana por los bogotanos. El recorrido creo que lo hacen mitad por deporte, mitad por devoción a la Virgen de Monserrate. Hoy, entre semana, no he visto a nadie subiendo.


       








              Ya estoy  arriba. Monserrate es uno de los iconos de Bogotá. La verdad es que es un cerro dominante, desde sus 3142 metros de altura, según lo que leo en estos carteles que encuentro a la entrada.


 

Todavía queda un pequeño trecho hasta la capilla.
    La subida en rampa asfaltada de unos 200 metros es un viacrucis y nunca mejor dicho, con las catorce estaciones.
     Tiene sentido como centro de peregrinaje y devoción religiosa de los creyentes bogotanos.

   También veo llegar a algunos deportistas que parece que han subido andando o corriendo...

      Los historiadores cuentan que en 1657 se construyó una capilla, que dominase la ciudad. Tras su destrucción en el terremoto de 1917, se edificó esta nueva iglesia.


    El altar está presidido por la imagen del Cristo caído. La bandera española y "La Moreneta" presiden un altar lateral, por cierto, muy visitado, al menos hoy.

El Cristo caído

La Moreneta en un altar lateral


       

    Tras visitar la iglesia, aprovecho para recorrer el camino que he visto en el mapa de entrada. Las vistas de Bogotá y alrededores son impresionantes. Bogotá es inmenso. 
    Una pareja de colombianos me ayuda a ubicar algunos de mis recorridos de estos días.


        Paseando por unos senderos asfaltados que se encuentran tras la ermita, me topo con la parte turística, no religiosa: restaurantes de platos típicos y talleres de artesanía.

 Me ha entrado el hambre y todavía es pronto para comer.


    Aprovecho para comer una arepa de queso y dos infusiones de coca. La altura no me ha dado dolor de cabeza, pero necesito un poco de energía...
        Al final, compro la caja de 100 bolsitas de aromática de coca. Es una infusión legalizada...

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