Amanece un buen día. Buen calzado, buen desayuno y optimismo para caminar...
A las 08:00 h. tomo un willy en la plaza de Salento, rumbo al Valle de Cocora. En 20 minutos llego. Es "una caminata" que tengo en la agenda de prioridades.
Aunque ya tengo claro lo que quiero hacer, elijo el sentido del recorrido. Voy a empezar por la piscifactoría, remontando el río, en sentido contrario a las agujas del reloj. Unos doce kilómetros en unas cuatro o cinco horas. Estaré caminando entre los 2.000 y 3.000 metros... ¡Vamos allá!
No veo a nadie en el sendero. Todos los que han venido conmigo en el jeep, han elegido otras sendas...¡Qué raro! o ¡Qué pringaos!
Enseguida encuentro una granja de truchas. Ayer probé este plato típico en un restaurante de Salento. Estaba muy rica.
Es el camino de los "siete puentes" que ayudan a cruzar el río Cocora en su recorrido por el Valle.
Este primer puente está muy cuidado...Empiezo mi aventura.
Primer puente |
Me habían informado que la entrada al parque era gratis... pero no; aquí está el primer peaje. Son unos dos euros.
He salido con un cielo con nubes. Mientras caminaba se ha ido despejando y eso que me dirijo hacia el Valle de la Niebla...
Sigo caminando en solitario, pero creo que por delante hay gente. El camino es fácil de seguir. Al ser propiedad privada, está limitado por vallas...
Es el primer signo de vida humana . El campesino carga la leche, supongo que hasta la entrada del valle.
Por ahora, el paseo es excelente. Buena temperatura y un paisaje estupendo. He encontrado a un matrimonio que caminaba más despacio. Creo que iban a llegar hasta la Cascada.
El segundo puente. Se mueve un poco al cruzarlo. Me siento Indiana Jones.
El camino es hacia arriba, aunque todavía, no muy exigente.
Segundo puente |
El cielo ha vuelto a despejar. Estoy sudando y ya voy por el tercer puente.
Cuidado, Natxo, que este puente tiene unas tablas sueltas.
Y sigo subiendo...
Aquí está el cuarto puente... Llevaré unos 4 km más o menos. La humedad va aumentando por fuera y por dentro. La selva adquiere protagonismo...
El río me acompaña con su sonido.
Esta gente ha escogido el camino de cuatro patas... pero no llegarán hasta arriba. Al menos eso creo.
El quinto puente. Me sudan hasta las gafas.
Soy un artista, me digo al cruzar el sexto puente. Tengo que estar cerca de la cascada. Ya me voy encontrando con más gente.
Y el séptimo puente está aquí. Tengo que hacerme una foto para dejar constancia. Una pareja de franceses me ayuda a esta instantánea.
La cascada está aquí mismo.
Salgo de la zona arbolada. Es buena señal, Llevo tres horas y media y sigo subiendo. Me está costando, pero ya casi veo la meta...
Por fin, La finca de la Montaña, son casi 3.000 metros de montaña.
Me cambio de ropa, me hidrato y disfruto de este paisaje del Valle de Cocora. Me han dicho que es una voz indígena que significa "la estrella del río". Bonito y sugerente, ¿no?
Llego tranquilamente al mirador. Hay bastante gente por dos razones: la subida hasta aquí es llevadera y van a dar las 13:00 horas.
A medida que desciendo hacia el valle me cruzo con más gente.
Son las palmeras de la NBA... Un paisaje diferente, nunca visto. El día me ha acompañado.
He esperado un poco para sacar la foto sin gente, pero me ha sido imposible. El personal está muy interesado en inmortalizarse...
Ya estoy en la entrada. Muy cansado, pero muy contento. No tengo chute extra de adrenalina, por lo que me tomo un jugo de Guanábana, que resucita a un muerto.
Tengo que esperar un poco al primer jeep-willy que salga hacia Salento.
Y el séptimo puente está aquí. Tengo que hacerme una foto para dejar constancia. Una pareja de franceses me ayuda a esta instantánea.
La cascada está aquí mismo.
La luz juega con el paisaje...
Ya estoy cerca de un avituallamiento . Es una especie de cabaña-chiringuito donde ver colibríes y tomar un tentempié. La senda se empina y bastante. Las mulas llevan las vituallas. El turismo vence a la selva, aunque no sé yo...
Enseguida hago los 5 km. llevo unas dos horas, incluidas las paradas.
Por euro y medio te dan chocolate con queso y observas a los colibrís. Yo pido agua con limón y panela (azúcar vegetal) y observo a los pajaritos... Ahí lo tenéis.
Desando los 500 metros de subida que he hecho, para llegar al chiringuito. Menos mal que es bajada. Me quedan más o menos unos dos kilómetros "muy exigentes" de subida hasta la Finca de la Montaña. Empiezo a notar el cansancio.
Voy viendo gente que viene en sentido contrario. Ahora me doy cuenta que he elegido el sentido del circuito más difícil. En esta subida voy a perder unos cuantos kilos de lorzas... La gente que escribe en algunas guías y blogs, no ha hecho este recorrido...doy fe.
Esta cuesta "cuesta"... La foto no hace justicia de la pendiente, ¡por Dios!
Sigo subiendo y me encuentro con este cartel. He visto aves, pero no mamíferos. Si aparecen, espero que sean amigos...
Salgo de la zona arbolada. Es buena señal, Llevo tres horas y media y sigo subiendo. Me está costando, pero ya casi veo la meta...
Por fin, La finca de la Montaña, son casi 3.000 metros de montaña.
Me cambio de ropa, me hidrato y disfruto de este paisaje del Valle de Cocora. Me han dicho que es una voz indígena que significa "la estrella del río". Bonito y sugerente, ¿no?
Cerro Morrogacho |
Enfrente el cerro de Morrogacho un compañero y referente durante toda la subida.
¡Gracias por estar ahí!
Ahora me doy cuenta de por qué la gente escogía otros itinerarios a la entrada del Valle. Hasta la finca, la subida según las agujas del reloj, es por una pista forestal de pendiente moderada. Mucha gente hace este esfuerzo y baja por la dura pendiente, que yo he subido. Un camino mucho más llevadero.
Otra gente incluso, no llega hasta aquí y se queda más abajo, en los miradores.
Comienzo a descender y me encuentro con otro espectáculo, para muchos el principal:
"el bosque de las palmeras de cera".
¿Por qué palma de cera? Pues porque su tronco está cubierto de cera. Son palmeras muy frágiles, que pueden medir hasta 60 metros y vivir unos 200 años. Parece que están en peligro, pues el ganado, muy abundante en la zona, se come los retoños.
Estas palmeras están presentes en la bandera de Colombia junto con el cóndor.
Llego tranquilamente al mirador. Hay bastante gente por dos razones: la subida hasta aquí es llevadera y van a dar las 13:00 horas.
A medida que desciendo hacia el valle me cruzo con más gente.
Son las palmeras de la NBA... Un paisaje diferente, nunca visto. El día me ha acompañado.
He esperado un poco para sacar la foto sin gente, pero me ha sido imposible. El personal está muy interesado en inmortalizarse...
Subas por el itinerario que subas, no te libras del peaje...
Ya estoy en la entrada. Muy cansado, pero muy contento. No tengo chute extra de adrenalina, por lo que me tomo un jugo de Guanábana, que resucita a un muerto.
Tengo que esperar un poco al primer jeep-willy que salga hacia Salento.
Adiós, Valle de Cocora, la estrella del agua...
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