sábado, 15 de febrero de 2020

COLOMBIA, Guatapé, los zócalos y el Peñol.



      Era una visita obligada estando en Medellín. 
      He elegido un tour organizado, que me recoja en el mismo hotel. 
      El autobús saldrá temprano; pararemos para tomar un ligero desayuno ( yo prefiero el del hotel) y nos llevará directamente hasta La Piedra de El Peñol. Tardaremos unas dos horas. Posteriormente haremos un recorrido en barco por el embalse y nos llevarán a comer a un restaurante típico de Guatapé. Después haremos una Visita guiada y tiempo libre por el pueblo.
De vuelta hacia Medellín, pararemos en el antiguo pueblo del Peñol, origen de todo este espectáculo turístico...

     Yo no soy muy partidario de este tipo de tours, pero para hacerlo en un día es la mejor opción que he visto.... A ver qué tal funciona.


     "... La culpa la tuvo el cura, que durante la misa del 11 de julio de 1954, propuso a sus feligreses el reto de subir a lo alto de la roca, antes que algún extranjero lo lograra...
 ... Luis Eduardo Villegas, Pedro Nel Rodríguez y Ramón Díaz aceptaron el desafío. El día 12 de Julio, equipados de cuerdas y maderas iniciaron la escalada. Optaron por seguir la gran grieta para ir abriendo la vía. La ascensión debió ser dura. El día 16, día de la Virgen del Carmen, hicieron cima...
...Posteriormente, Luis Eduardo Villegas, el paisa de la estatua, compró los terrenos y como buen albañil que era, fue construyendo la escalera, aprovechando la vía que habían abierto..."

  

     Después de pasar por taquilla, hay que pagar para subir y sufrir, me dirijo a la escalera. Me quedan unos 700 escalones... La subida es a pie, no hay ascensor. Hay una escalera para subir y otra para bajar, 
     Al principio, subo como si estuviera en la Sierra Madrileña, pero poco a poco, la escalera impone su ley... Cada 200 escalones hay una especie de miradores, para respirar un poco, pues se nota que estamos a 1800 metros de altitud y echas en falta el oxígeno.
    Llegar arriba, creo que merece la pena... Ya sólo me quedan 50 escaleras, unos dos pisos.
     


         Menos mal que he traído una toalla pequeña. ¡Qué sudada!
    Pero aún no estoy arriba. Me faltan unos 100 escalones de una escalera de caracol, que me lleva a la cima de la torre,

                                       
        Y llego arriba. No me ha llevado mucho tiempo, un cuarto de hora más o menos.
 Agradezco que el día esté un poco nublado. Con sol, me hubiera derretido.


       Una nube de mosquitos enanos, me recibe y , a pesar de que me habían avisado, no me he echado repelente...
     Las vistas son espectaculares. Ahora sí echo en falta el sol, pues el azul turquesa que la luz daría al agua, haría del paisaje algo inolvidable.


               El mirador de la torre es de casi 360º. Me quedo embobado y los mosquitos dale que te pego...                                                                             Pobres brazos...

           Una chica chilena que ha subido conmigo la última parte, me ayuda a inmortalizar este momento. Me recuerda en cierta manera al paisaje del lago Nahuel Huapi de Bariloche.


      Ya estoy abajo. Mientras dejo de sudar, y antes de cambiarme de camiseta, vuelvo a visitar esta estatua. Al lado hay un kiosko en el que se informa mediante paneles sobre la historia de la roca. 

    Me cambio el niki y me voy a tomar una cerveza. Me la he ganado.
    Un tour tiene estas cosas. Nos han citado en el bus y la gente es puntual. Somos pocos los que hemos subido a la roca. La mayoría se ha quedado en las tiendas de souvenirs.
    El bus nos lleva hasta el malecón, son unos 5 kilómetros. De allí, bajamos andando hasta el embarcadero para tomar el barco que nos dará una vuelta por el embalse.
    El paseo "por el mar", me relaja un poco más...
      





       No ha sido nada especial el recorrido por el embalse, pero estaba programado...
Ahora toca ir a comer al pueblo de Guatapé... se nota que este servicio "marcial" no es lo mío, pero es lo que hay.
     En el menú ejecutivo hay carne o pescado; elijo pescado. Entre jugo de papaya o cerveza, elijo cerveza... No tomo postre.

    La guía nos da la opción de ir por libre el resto de la tarde o hacer visita guiada. El pueblo es pequeño y yo no pienso perderme. Me voy, no sin antes escuchar por parte de la responsable Guía, por tres veces, el lugar y la hora de partida hacia Medellín.





    Un pueblo de hadas y elfos necesita "tuc-tuc", vehículos del país de las maravillas.
             Aquí, en esta casa, se originó el boom de los zócalos. Es "la casa del arriero".
                                                                        ¡Menuda idea!
La casa del Arriero



                   
                                                         Fuente y calle del Recuerdo

     


                 Y ahora me toca analizar los zócalos. Supongo que el zócalo de cada casa tiene su simbología. Aquí vive una persona que... Lo dejo a la imaginación de cada uno.














La plaza de los zócalos

              
                      Zócalos muy curiosos e imaginativos...
                
                                                   Espacios de ocio, de trabajo, tiendas...




  
                                                                ¡Y color, mucho color!


Plaza e iglesia de La  Calma

          
     Y vuelvo al origen de toda esta aventura. El antiguo pueblo del Peñol; el ave Fénix  le hace resurgir de sus cenizas y le devuelve a la actualidad...

El ave Fénix
      Antiguamente, estos lugares, eran campos de cultivo, principalmente de plátanos y tomates. pero decidieron que embalsando el agua del río Nare, podrían obtener la energía de origen  hidraúlico necesaria,  para dar electricidad a Medellín y sus alrededores... A partir de 1978 esta obra cambió el paisaje de la zona.
Embalse de El Peñol-Guatapé
        La cruz del fondo es el lugar donde se encontraba la iglesia del pueblo, el antiguo Peñol. Sus habitantes rescataron el edificio religioso, ladrillo a ladrillo, y volvieron a reconstruir la iglesia en una zona más alta.

 

Estos son los restos del antiguo pueblo de El Peñol, salvados de la inundación provocada por el pantano. Hoy lo han reconvertido en una atracción turística...



                               Seguimos el viaje. En una hora estaremos llegando a Medellín...





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