Inicio el viaje por carretera. Me dirijo hacia el Puerto Punta Bandera donde cogeré un catamarán para hacer la travesía por "El parque Nacional de los Glaciares".
Además del tour en barco por los glaciares, quería hacer un pequeño trekking por el glaciar Upsala, pero debido al viento patagónico que se ha levantado, desisto. La sensación térmica es de unos 0 grados, aunque la temperatura ambiente es de unos 12 grados.
Después de unos 70 km de carretera, llegamos al embarcadero. El catamarán nos acercará a diversos glaciares, pero nos avisan de que el recorrido puede variar en función del tiempo. Podremos ver El glaciar Seco (en retroceso), el glaciar Spegazzini de unos 135 metros, el glaciar Upsala con una extensión de 870 kilómetros cuadrados, el tercero más extenso del Hemisferio Sur y ya en el Canal de los Témpanos llegar a la pared del Perito Moreno.
El catamarán es el "Quo Vadis". Es lo que me pregunto yo, ¿Dónde vas jubilata?
Después tomamos otro brazo para visitar el glaciar Spegazzini. Pequeño, pero imponente. En el camino veo otro pequeño glaciar, el Seco, en el que su morrena ya no termina en el lago y la vegetación está venciendo al desierto blanco.
Y por fin, por el canal de los Témpanos, llegamos a la joya de la corona, El Perito Moreno. El nombre del glaciar hace honor a Francisco Moreno, director del Museo de la Sociedad científica Argentina y explorador de esta zona austral del continente americano. El tiempo ha mejorado pues apenas hace viento. La navegación es plácida. Estoy disfrutando con la vista y percibiendo mi impotencia. Pueden ser unos 80 ó 100 metros de altura sobre el nivel del lago. Nunca ninguna fotografía, al igual que en Iguazù, podrá representar este paisaje. Cuando la naturaleza habla es mejor guardar silencio.
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