domingo, 23 de marzo de 2014

CHILE, Valdivia y su bahía fortificada.

        Es la primera visión aérea que tengo de Valdivia. Una ciudad de la que he oído muchos piropos como "la perla del sur y la capital cervecera de chile". He leído que la bañan tres ríos y recuerdo desde mi infancia que sufrió un terrible terremoto, allá por 1960, quedando prácticamente destruida.
      

  Fue fundada en 1522 por el conquistador español Pedro de Valdivia, bajo el nombre de «Santa María la Blanca de Valdivia», siendo una de las primeras ciudades coloniales que se fundaron en Chile. ​

   Valdivia,  Paso obligado de los piratas hacia el sur del mundo y sede de la inmigración alemana del siglo XIX, es un lugar en que la historia, la gastronomía, la modernidad y la naturaleza se combinan perfectamente para así poder llamarla “Perla del Sur”.
 

         Una de las primeras cosas que quiero hacer en esta estancia es situarme y orientarme en la ciudad; por cierto ciudad universitaria de unos 140.000 habitantes.
         Me acerco a este embarcadero de barcazas turísticas que hacen un recorrido-taxi por los ríos. Por cierto, los ríos se llaman Calle-calle, Valdivia y Caucau. A ver si los localizo. 
   

         El puente Valdivia sigue en pie. Sus basamentos resistieron el Terremoto de 1960, con una intensidad 9'3 en la escala Richter, nos comenta la audioguía del barco. Respiro y siento el exquisito aire puro navegando por  el Calle Calle y el Valdivia. 
 

       Otro de mis objetivos es visitar tanto el Mercado de la Municipalidad como el Mercado Fluvial.
Desde el Puente Valdivia tomo esta foto donde se observan ambos Mercados, ubicados a un costado de la costanera Arturo Prat.

   El Mercado De la Municipalidad alberga una gran muestra de la artesanía local y chilena. La artesanía es otra constante en cada ciudad que visito de esta zona austral chilena.
 

                              

                Para una experiencia valdiviana total, hay que dar un paseo por el Mercado fluvial.
 

   Es un disfrute para los ojos observar los mejores productos del mar recién colocados en los puestos. No hay mucho alboroto ni ruido entre los puestos. "Los pescateros" no gritan para llamar mi atención y responden con educación y cariño a mis preguntas sobre su pescado. 
  Junto al río, los lobos marinos se amontonan esperando "la caridad" de los pescadores y el aperitivo gratuito de esta temprana hora mañanera. Los turistas como yo, encantados.
   
      Recorro las calles centrales que salen de la Costanera. Llego a la Catedral, pero no entro. Voy a tomar un café, que he visto en una cafetería que lo dan expreso.
  

   Me recuerda a La Florida, un parque de mi Vitoria natal. Me siento y disfruto del día, unos 22º C.
      
 
      Leo en mi guía que merece la pena disfrutar de dos espacios verdes en Valdivia: Jardín Botánico de la Universidad Austral de Chile y El Parque Oncol, ambos representantes de la selva húmeda Valdiviana.
    Como todavía me queda en el viaje la zona de el Pucón donde me encontraré con estas selvas húmedas Patagónicas decido dejarlo para, tal vez, un próximo viaje.

 
     Mi paseo por la Costanera. El elemento central de la «Costanera de la ciencia» es un péndulo de Foucault.   
Sobre la torre octagonal del péndulo se encuentra el «Faro Péndulo», histórico instrumento de ayuda a la navegación que iluminó de 1896 a 1986 el faro Morro de Niebla, en la bahía de Corral. El faro, donado y reacondicionado por la Armada de Chile, tiene una visibilidad de 10 millas náuticas y está ubicado a 19,25 m sobre el nivel medio del río Valdivia.


A los pies del Faro Péndulo, está proyectado un gran mapa de Chile, el cono sudamericano y la Antártica. En este mapa se destacan los principales glaciares y cuerpos de hielos australes de nuestro país y del continente helado. Se indican asimismo las principales bases antárticas de investigación de varios países.

   
  Sigo caminando por La Costanera y me encuentro con este submarino-museo. No entro, pues ya conozco un poco los vericuetos de este artilugio de mis cursos de buceo en Cartagena.


      

  

  Busco algunos de los restos coloniales españoles: Torreones de vigilancia en el puerto, fortines en la bahía que mantenían a salvo de los piratas ingleses los lavaderos de oro de la zona.... Año 1657, mediados del XVII. 
 
   He madrugado. Hay tours largos por el río para llegar a la Fortaleza de Niebla. Yo prefiero tomar un bus que me lleve hasta la bahía de Corral y allí embarcar hasta la fortaleza. De esta manera conozco un poco la ribera, playas y el interior de la costa. El viaje en bus me llevará una hora aproximadamente.

    La Bahía de Corral es un lugar perfecto para conocer las principales fortificaciones españolas. Se trata de un sitio que esconde mucha historia y que forma parte de la llamada ruta de los castillos y fuertes de la región.
    

                    

   El entorno cuenta con áreas de selva valdiviana, pequeñas islas, zonas de pesca y una frondosa bahía en la que desemboca uno de los tres ríos que confluyen en Valdivia.


         
  
 El sistema de fuertes de Valdivia es un conjunto de fortificaciones o fortalezas defensivos más grandes que construyeron los españoles en América. Esta es la fortificación de Niebla.
  
 
   

Deshago el camino, pero el conductor del bus me tiene reservada una sorpresa que no tenía programada. Me para en el museo de la cerveza Kursntmann y me dice que puedo utilizar el billete para coger el último autobús que pase con dirección Valdivia. Podré visitar el museo, cenar y tomar unas cervezas...

 

                     
 
           
   Pero no contaba con la fábrica-museo de cerveza artesanal KURSNTMANN que me he he encontrado a la vuelta de mi excursión. Sin comentarios. Al llegar a Valdivia ha caído alguna cerveza más. Buscando todo lo artesano " ja, ja".                                  
                                                 Ya estoy en el hotel... No os preocupéis.

 




 


 


















 




































El Jardín Botánico de la Universidad Austral de Chile está situado en el mismo Campus Universitario de la Isla Teja. Dispone de unas 10 hectáreas de zonas verdes para pasear y para ver más de 900 tipos de especies vegetales. Este paraje natural es un lugar imprescindible para los amantes de la naturaleza.
El Mercado Fluvial es uno de los lugares más concurridos y famosos de Valdivia. Está situado junto al río y rodeado de zonas verdes. Se trata de un lugar ideal para degustar productos locales, como el marisco o el pescado típico de la zona. Una de las curiosidades que te puedes encontrar a orillas del mercado son los lobos marinos alimentándose de las sobras de los pescadores ¡un espectáculo muy curioso de ver!.





El Parque Natural de Oncol se encuentra situado a 28 kilómetros de Valdivia y cuenta con más de 750 hectáreas de reserva natural. Su privilegiada situación junto a la Cordillera de la Costa te permite disfrutar de panorámicas espectaculares. Así como adentrarte en un extenso bosque considerado de los puntos con más biodiversidad de todo el planeta. El parque cuenta con infinidad de rutas senderistas que te guían a diversos miradores en los que se puede disfrutar de vistas espectaculares. Si el día se encuentra despejado incluso puedes llegar a ver extensas panorámicas del Océano Pacífico y los volcanes de la Cordillera de los Andes.



1 comentario:

  1. Buena aclaración, la de que has llegado al hotel, porque esa cerveza tiene buena "pinta". Eso que yo de cervezas entiendo poco.

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