viernes, 21 de marzo de 2014

CHILE, Castro capital del archipiélago


    Castro es la tercera ciudad más antigua de Chile.​ Los conquistadores españoles tomaron posesión del archipiélago en 1567 y en el sector llamado Quiquilhue "Lugar donde abundan los helechos costilla de vaca; llamada así por los Huiliches decidieron fundar la capital, debido a que era un lugar fácil de defender y contaba con abundancia de agua, además de pequeñas cantidades de oro arrastradas por el río. El fundador fue Martín Ruiz de Gamboa, quien bautizó al río con su apellido y a la futura ciudad la llamó Santiago de Castro, en honor al apóstol y al Virrey del Perú, un tal Castro. En 1594 Castro tenía aproximadamente 8000 habitantes hoy ronda los 40.000 castreños.

                             Éste es el centro de Castro, su Plaza de Armas. Mi hotel está a una cuadra.​
  

 El mercado y la feria artesanal  está ubicado en calle Lillo, donde se vende artesanía local y extranjera especialmente tejidos de lana, objetos de madera y cestería.
 

       Si vienes a Chiloé, dice mi libro guía, busca la imagen de los palafitos: casas que se construyen en altura, sobre palos o pilares que se fijan en el suelo de cuerpos de agua calmos. Los primeros palafitos en Chiloé son del siglo XIX, cuando se usaban como residencia, hosterías y almacenes que recibían a quienes llegaban a los puertos de la ciudad. En la isla de Chiloé los palafitos tienen la particularidad de contar con dos frentes, uno que da hacia el mar, donde solían «estacionar» las embarcaciones pequeñas, y otro que da hacia la calle.
 Los palafitos de la calle Pedro Montt, los veo desde la zona seca de la calle.

         
              
          

         Paseando por la costanera me siento en un banco, para ver como el cielo juega con las nubes.
 

Sol y lluvia, una mezcla necesaria para que nazca el Arco Iris. Sigo caminando hacia el puente Gamboa.

     Y desde aquí se ven muy bien los palafitos de Gamboa, que dan al mar. Un espectáculo de colores. No sé si aquí también se repite, que el color de las casas es debido a que los pescadores empleaban para pintarlas el sobrante de la pintura de sus barcazas. Lo oí y lo vi, en el barrio de Boca, en Buenos Aires.


 
  
 

La guía de Lonley Planet me recomienda este restaurante para probar la comida de Castro. Restaurante el Mercadito. Pido el menú de degustación, a base de vegetales y de pescado. Abundante y rico, rico.

 
     
              A esta tierra le llaman la Galicia Chilena. Ha vuelto a cambiar el tiempo y luce el sol.

                    
      
    Aprovecho para tomar un café. El bar es de un español de Sestao. Se vino por amor y aquí está. El café es de máquina. Y la terraza y sus vistas no tienen color. 
  
   
 Vuelvo a la Plaza de Armas y visito la Iglesia de San Francisco. No tiene el aspecto típico de las iglesias chilotas, sino un diseño neogótico.
 

Ahora, no hay servicios religiosos y puedo visitar su pequeño museo tranquilamente.  

          Repaso el conjunto de maquetas de estas iglesias repartidas por el archipiélago chilota. Tomo algunas notas pues mañana quiero hacer una visita a mi aire de algunas de estos edificios religiosos de los alrededores.
   




















 

No hay comentarios:

Publicar un comentario